Se me ocurren muchas maneras de disfrutar de un invierno en Andorra, pero ninguna mejor que la de hacer una ruta conduciendo una moto de nieve. En mitad de una montaña más blanca imposible desaté toda mi adrenalina jugando con la velocidad de aquella máquina que se deslizaba por una auténtica alfombra de nieve que no tenía final. Sin otra meta que la diversión, la de las motos de nieve en Andorra se ha convertido en una de las actividades favoritas de los viajeros que viven el pequeño país de los Pirineos de otra manera.

¿Qué tal si os subís conmigo a dar un paseo en motonieve? Os garantizo que no nos vamos a caer pero que lo vamos a pasar realmente bien.

Andorra en moto de nieve

El mismo día que hice trineo de perros en el sector Pal-Arinsal, perteneciente a la estación de Vallnord, me animé igualmente a montar con varios amigos en motos de nieve. Íbamos dos en cada una y por un tiempo de sesenta minutos fuimos siguiendo al «líder de la manada», que alcanzaba unas velocidades tremendas en su vehículo. Lo primero que sorprende al conducir una motonieve, algo que ya había podido probar en Laponia finlandesa, es la potencia de estas máquinas. Alcanzan más velocidad de la que nos podamos pensar y la dificultad mayor puede estar en las curvas y, sobre todo, en zonas en las que la nieve es demasiado alta y no muy dura. Pero aún así, para novatos como yo, se le acaba cogiendo el truco enseguida. Es mucho más sencillo de lo uno cree a priori y, si seguimos las recomendaciones de los instructores, todo irá como la seda.

Ni que decir tiene que al que le gusta conducir motos, coches y todo lo que se mueva va a ser una experiencia de la que saldrá con el corazón latiendo fuerte y con ganas de llevársela puesta para casa envuelta como un regalo de Navidad. Reconozco que lo pensé, pero cuando miré que en mi bolsillo habían unas cuantas monedas de menos de un euro y que no tenía dónde dejarla (mi casero no creo que me deje aparcarla en el salón) me desperté del sueño para volver a la realidad.

Al menos se están poniendo más de moda en estaciones de esquí y, sobre todo, en los países nórdicos, este tipo de vehículos que, si los combinamos con el mushing (trineos), nos queda un día perfecto. Pero, dejémonos de palabras y vamos al grano. A continuación podréis ver unas imágenes en vídeo de aquella experiencia con amigos con motos de nieve por Andorra.

Vídeo montando en motos de nieve por Andorra

¿Os ha gustado? ¿Os apetecería hacerlo? Aunque no es una actividad extremadamente barata que digamos, puede salir a cuenta si son dos personas las que van en la moto y pueden compartir gastos. Estas excursiones (que se pueden reservar con antelación) tienen un precio variable en función de que quiera ir uno solo, o hacerlo de noche, o más tiempo. Que merece la pena, eso es algo de lo que no tengo ninguna duda. Sobre todo quienes no sabemos esquiar y nos ahorramos los forfait.

Si sois como yo, que no me veo capaz de subirme a unos esquís o una tabla de snow, ni tenéis intención de hacerlo, no os perdáis esta lista con 10 cosas que ver y hacer en Andorra sin saber esquiar. Y si este escrito lo encontráis por casualidad a las puertas del calor, no dudéis en leer algunas razones e ideas para viajar a Andorra en verano.

Andorra es más grande de lo que nos cuentan sus montañas…

Sele

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PD: Si os interesa este destino podéis ver todos los posts sobre Andorra publicados en este blog.