Guía práctica de un viaje al Gers, alma mosquetera de Gascuña
Gascuña es la tierra de la que partió un jovencísimo D´Artagnan para defender al Rey de Francia y protagonizar una historia magistralmente contada por Alejandro Dumas. Una antigua región del sur del país galo soplada desde la distancia por los Pirineos que se divide hoy día en varios departamentos, entre ellos el de Gers, en el cual estuve viajando durante cuatro días en un coche que alquilé en Toulouse. Sorprendentemente resulta un destino desconocido, si lo comparamos con otras zonas de Francia, pero ese es precisamente su mayor atractivo, la inocencia. En el Gers hay un sinfín de pueblos medievales por los que discurren cuatro variantes del Camino francés a Santiago de Compostela, el amarillo de los inmensos campos de girasoles que le pintan al viajero un cuadro de Van Gogh en cada mirada, el sonido del mejor jazz en las noches de verano en Marciac y, sobre todo, la sensación de vivir algo auténtico disfrutando de esa alegría gascona tan contagiosa.
No puedo negar que el Gers ha sido una de las más gratas experiencias viajeras que he tenido en Europa. Uno cree que conoce mucho y se da cuenta que frente a a sus narices se baten en duelo rincones espectaculares que están por descubrir. Francia, un país que me apasiona recorrer lentamente, es una maravilla. Y en plena Gascuña, dentro de Midi-Pyrénéés, tuve la suerte de perderme y orientarme por el azar y el alma de los tres mosqueteros. A continuación podréis leer una guía con lo mejor del viaje al Gers, corazón gascón y valiente, con información sobre lugares qué visitar y consejos prácticos con los que poder seguir una ruta similar.
GERS, CORAZÓN DE GASCUÑA EN EL SUROESTE DE FRANCIA
Siendo una amalgama de maravillas mecidas por los vaivenes de la Historia y su aparencia tan «toscana», el Gers se ha mantenido siempre silencioso. Quizás porque el gascón, pueblo abierto y entrañable tocado por la varita de la buena vida, no habla demasiado de puertas hacia fuera de lo que tiene en su casa, que es mucho. No abundan los libros de viajes sobre el Gers, salvo las menciones a las rutas del Camino francés de Santiago (el más célebre el de Puy) o a la partida de un lugar llamado Lupiac del vecino más ilustre de la región, D´Artagnan, del que se decía fue un grandísimo vividor además de mosquetero. Este pedacito de la Gascuña situado en el suroeste francés, en la dulcísima y apasionante región de Midi-Pyrénéés, es un descubrimiento para el que se anima a abrir sus puertas. Y entonces surge la misma pregunta que me hago desde que viajé al Gers, ¿cómo un lugar tan maravilloso y auténtico se ha escapado de las redes del turismo de masas? Su ciudad principal, Auch, queda a aproximadamente un par de horas desde el Pirineo aragonés, o a una desde Toulouse, ciudad francesa muy visitada. Y aún así permanece intacto, por fortuna de quienes van buscando lugares de verdad de los que jamás hubiesen escuchado hablar.
Si hace años hice la ruta de los cátaros partiendo en coche desde Toulouse esta vez fui dirección oeste. Tras tomar la carretera N-124 hay apenas ochenta kilómetros con Auch, que bien puede servir de base para conocer el Departamento de Gers, puesto que es el emplazamiento más importante. Desde allí todo queda relativamente a tiro de piedra para ir y volver en el día, pero las posibilidades son tan grandes que de los cuatro días y tres noches que pasé en la zona, me hospedé en tres sitios diferentes (Auch, Condom y Marciac).
El Gers es una región teñida por campos de trigo y girasoles, poblaciones de pequeño tamaño (no hay más de 150.000 habitantes en todo el Departamento y en Auch, la ciudad más poblada no llegan a los 30.000), iglesias románicas y góticas con las huellas de los peregrinos a Santiago, abadías en mitad de la nada y una colección de bastidas (poblaciones fortificadas por un Señor Feudal) que conservan su esencia con un encanto propio de los cuentos de hadas (o, mejor dicho, de espadachines). El aroma de las buenas tabernas gasconas hace el resto. Pero, sobre todo, que deja sentir que el tiempo no ha pasado tan rápido como a veces nos creemos. Da la impresión que de un momento a otro va a salir D´Artagnan caminando desde su villa natal en busca de aventuras que le regalen el don más preciado, el de la inmortalidad.
MAPA DE LA RUTA DEL VIAJE AL GERS (GASCUÑA)
Ha sido uno de los viajes más improvisados que he hecho nunca. El foco, muy al principio, era el Festival de Jazz que se celebra cada verano en Marciac. Del Gers reconozco no sabía nada o casi nada. Desde ahí empecé a rasgar los mapas, a anotar nombres y a leer, aunque este no es un Departamento que ofrezca demasiada literatura de viajes. No existe mucha información en español al respecto, pero de ahí fueron saliendo unos pilares básicos desde los cuales vendrían destinos prácticamente sobre la marcha o tras conversar con la gente local y los responsables de las distintas oficinas de turismo de los pueblos que iba visitando.
En la tierra del mosquetero más ilustre, surcada por las huellas de los peregrinos a Santiago desde hace siglos, las posibilidades son enormes, pero entre tres y cuatro días da tiempo a hacer muchas cosas. Sobre todo si se cuenta con coche (propio o alquilado), ya que muchos son pueblos de no más de cincuenta habitantes o abadías en mitad del campo.
Al final, parte planificado de antemano y parte improvisado, surgió esta hoja de ruta:
El punto de partida y de fin es el aeropuerto de Blagnac en Toulouse, pero he querido colocar el comienzo del recorrido en el Gers propiamente dicho dentro su ciudad más carismática, Auch. Por tanto queda la siguiente ruta:
Auch – Lectoure – Condom – Larressingle – Abadía de Flaran – Montesquiou – Bassoues – Marciac – Lupiac y castillo de Castelmore – Tillac – Mirande – Miélan – Simorre –> Regreso a Toulouse.
Justo después de la visita a la abadía de Flaran comenzó lo que se conoce como «Ruta de las bastidas», en la que aparecen en el mapa numerosos pueblos fortificados y, en su mayoría, realmente pintorescos como Montesquiou, Bassoues, Tillac, etc… . Todos estos lugares nombrados guardan el común de su aspecto claramente medieval y un estado de conservación admirable. Sus dimensiones son tan menudas que apenas tienen una visita que pueda llegar a duras penas a la media hora (salvo algún caso como Marciac, sobre todo cuando se da el festival de jazz). Hablamos de poblaciones de no más de 100 habitantes muchas veces.
Es un recorrido super asequible y sencillo utilizando vehículo propio. Si se van más de cuatro días se puede ampliar el número de poblaciones a visitar añadiendo Fources o Gimont, por poner dos ejemplos. O también detenerse en bodegas o hacer alguno de los cortos cruceros fluviales que se preparan en el río Baïse y suelen salir desde Condom.
NOTAS SOBRE LOS LUGARES VISITADOS EN LA RUTA AL GERS (GASCUÑA)
La Gascuña ha sido para mí una gran revelación. Hablamos de rutas no demasiado trilladas y esa posibilidad de disfrutar de un pedacito de Francia la naturalidad e inocencia de ciertos lugares, convierte cada visita en un asombro asegurado. Ese es un factor que pesa mucho en un viaje al Gers, que como no es demasiado turístico nuestra mirada es otra. Y es que muchas veces es mejor no llevar expectativas y dejarnos sorprender sin más. Os cuento un poquito de cada sitio que formó parte de un itinerario mitad planificado mitad improvisado:
Auch
El centro político, cultural e incluso espiritual del Departamento de Gers es Auch. Históricamente su poder siempre ha ido de la mano de ser sede arzobispal en la región y estar dentro del Camino de Santiago francés en la vertiente que parte desde Arlés. Su casco viejo se arremolina en una pequeña colina cercenada por el Río Gers. Tiene el encanto de las poblaciones pequeñas pero no está falto de infraestructuras turísticas (hoteles, hostales, restaurantes, transportes, etc…). Se puede recorrer absolutamente todo a pie, ya que nada está a una distancia inasequible.
Su gran valor es la Catedral de Santa María, uno de los últimos restos del gótico francés mezclado con elementos renacentistas (el interior es más gótico mientras que la fachada pertenece al siguiente estilo arquitectónico). El mismísimo Napoleón Bonaparte se enamoró de lo que vio dentro, y no es para menos, puesto que además de sus dimensiones (100 x 40 metros) y su colección de detalles, posee una colección de dieciocho vidrieras magníficas realizadas por el artista Arnaud de Moles entre 1507 y 1513 que sólo compiten en belleza con las que se pueden ver sobre Juana de Arco en Orleans, en el corazón del Valle del Loira. Aunque la gran joya de este templo es su coro (hay que pagar 2€ para entrar) elaborado en madera de roble previamente bañada en aguas de río durante más de 30 años (la madera se mantiene inalterable después de siglos) con más de 1500 personajes y criaturas esculpida con una meticulosidad sublime. Merece la pena pagar el extra y percatarse de los detalles (A ver quién encuentra en una de las sillas obispales una bañera con mujeres desnudas dándose un delicioso baño. Pillines…). Igualmente el órgano principal, del Siglo XVII, es de los más grandes y bellos de toda Francia.
Pero además de la hermosa catedral hay mucho más en Auch, como una torre medieval (la Torre de Armagnac) de 40 metros de altura y que sirvió de cárcel, conservando aún el espacio de las celdas. Desde allí serpentea la conocida como «Escalera monumental» con 370 escalones que se hizo a propósito a finales del XIX para que quienes pasaran en el recién estrenado ferrocarril apreciasen la grandiosidad de Auch. En mitad del recorrido surge una estauta de D´Artagnan, el gascón que fuera capitán de los mosqueteros del Rey de Francia, y cuyo origen se sitúa en Lupiac, a 35 km de Auch.
Otro de los rincones que merece la pena visitar y que más me sorprendió fue el Museo de los Jacobinos (4€ de entrada y gratis el primer domingo de cada mes), que guarda la segunda mayor colección de arte precolombino en Francia sólo superado por el Museo du quay Branly de París. Distintas donaciones privadas hacen que en Auch uno pueda ver urnas funerarias mochicas, objetos ceremoniales de culturas lambayeque, chimú o tiahuanaco. La joya de la corona es un mosaico sacro de plumas («La misa de San Gregorio») elaborado en México y que es uno de los mejores ejemplos de arte cristiano en el Nuevo Mundo.
Pero Auch es callejear, partir de la casa más bella completamente abrazada por entramados de madera que hace de Oficina de Turismo, y buscar rincones que conservan su encanto de manera especial. Todavía se conservan las conocidas como «pousterles», que es el nombre gascón de estrechísimas calles de origen medieval por las que se accedía al corazón de la ciudad arzobispal. Es entonces cuando Auch se convierte en una máquina del tiempo y nos permite descubrir una casa antiquísima en la que pernoctó el Rey Enrique IV o un mercado porticado (Le Halle) que durante las noches de verano se vuelve «la mejor terraza de Auch».
Sin duda Auch es el campamento base ideal para realizar diversas rutas por la región porque prácticamente todo le queda cerca. Y únicamente a una hora de coche desde Toulouse viniendo por la N-124.
Lectoure
A 38 kilómetros desde Auch por la carretera N-21 nos damos cuenta que empezamos a subir con el coche. Lectoure se encuentra en lo alto de una colina, gobernando las praderas gasconas, abrazado por una muralla que se aprovecha del elevado emplazamiento de una de las localidades más pintorescas del Gers. Lectoure es un pueblo encantador, con una arteria principal que lo parte en dos convirtiéndose en un mercadillo tradicional de alimentación los fines de semana. Con restos de la residencia de los Condes de Armagnac y la casa episcopal, en el mismo centro se eleva la Catedral de St-Gervais desde la cual se contempla la mejor panorámica de la campiña de toda la Gascuña. En la Oficina de Turismo dicen que sólo dejan subir el campanario los viernes por la mañana pero conviene preguntar. Lo que sí está claro es que las vistas merecen todos y cada uno de los escalones de la estrecha torre catedralicia.
El pueblo, con sus grandes contraventanas de madera de color gris, las enredaderas ocultando muros acariciados por la estela de los siglos, es de los que se deja callejear por fuera de la vía principal a base de bien. Recomiendo perderse, no por salir a la caza de monumentos (hay una fuente medieval y algún convento) sino para encontrarse consigo mismo en el silencio que abate en Lectoure.
Si se va con poco presupuesto recomiendo comer en el Bar Le Bastion, que queda a la entrada del pueblo y con una terraza con grandes vistas. Son expertos en «panschettas», que son pizzas cuadradas hechas con pan, y que valen 6€ (ponen gratis botellas de agua de grifo).
Y un consejo: A las afueras de Lectoure, camino a Condom, justo cuando pasas las vías del tren, girando a la derecha existe un lugar donde se elabora un tipo de azul único en el mundo: Bleu Pastel de Lectoure. Los dueños de la casa descubrieron unos pigmentos azules restaurando una ventana y les llamó mucho la atención. Lo mandaron examinar y encontraron un tipo de azul que se utilizó desde el Antiguo Egipto a Roma, llegando a la Edad Media, y cuya forma de prepararlo se había perdido. Averiguaron el modo de obtenerlo de nuevo con las hojas de una planta muy presente en Gascuña llamada Isatis tinctoria y ahora comercian con ropa, pintura para las paredes y un largo etcétera con ese azul pastel de Lectoure como protagonista. La visita guiada para ver el proceso artesanal con el que lograr este color tan antiguo es realmente interesante.
Condom
Su nombre levanta muchas suspicacias, pero para ser justos hay que decir que no tiene nada que ver con lo que estamos pensando. En realidad hablamos de un lugar histórico que únicamente queda a la sombra de Auch en todo el Departamento del Gers. A menos de media hora de Lectoure, este antiguo emplazamiento galo-romano es una localidad muy frecuentada por peregrinos que utilizan la Vía Podensis (desde Puy) para llegar a Santiago de Compostela y tienen uno de sus sitios mayores en la Catedral de San Pedro (de estilo gótico tardío).
Una de las villas floridas más importantes de Francia, destaca por la riqueza arquitectónica de muchos de sus edificios y por la preservación de las calles medievales de origen galo-romano. Por ella pasa el río Baïse y desde su puerto se organizan excursiones fluviales que tienen bastante éxito en verano, cuando el tiempo es más benevolente en la región.
Este es otro de los lugares de la zona que posee una estatua de D´Artagnan. En este caso, junto a la fachada principal de la Catedral, aparece juntando floretes con Athos, Portos y Aramis. Se encuentran en ese momento de…»¡Uno para todos y todos para uno!»
Larressingle
Parte de la ruta jacobea, la que fuera residencia fortificada de los obispos de Condom, está catalogado como uno de los pueblos más bellos de Francia (Les plus beaux villages de France). Es un pueblo amurallado al que se accede a través de un puente de piedra y que es una de esas máquinas del tiempo a las que el Gers nos tiene acostumbrados. Apenas con varias decenas de vecinos, esta diminuta comuna (la más pequeña villa fortificada del país) conserva la torre del castillo y un templo cristiano prácticamente adosado a la misma).
Para disfrutar de Larressingle y sus particularidades conviene, además de entrar, rodear por completo su muralla habitada. Es una visita corta pero tremendamente recomendable desde Condom, al que tiene a tan sólo 6 kilómetros (menos de 10 minutos en coche). Conviene perderse por las carreteras que lo circundan, ya que atraviesan granjas y lindísimos campos de girasoles. Aunque el que tenga más ganas de guerra, a las afueras del pueblo hay un lugar con armas medievales que se pueden utilizar in situ. Para el que siempre ha querido disparar una catapulta es perfecto…
Abadía de Flaran
A las afueras de Valence-sur-Baïse, a no más de 10 minutos en coche dirección sur desde Condom, pude visitar una estupenda abadía cisterciense fundada a mediados del Siglo XII. Ese día había expectación por parte de quienes trabajaban en la misma puesto que el Presidente de la República de Francia, François Hollande, iba a visitarla durante sus vacaciones de verano en el sur del país. Pero en lo que a turismo se refiere no había casi nadie.
La Abadía de Flaran recoge los movimientos de distintos siglos, desde que los monjes eran austeros a más no poder hasta que se «aburguesaron» y creyeron vivir en un palacete. El lugar ha vivido de todo, desde las guerras de religión entre protestantes y católicos hasta Napoleón y aún peor, la compra por parte de una familia que decidió «quemar el sitio» para cobrar el seguro. Afortunadamente desde 1972 el monumento está a cargo del Departamento del Gers y se ha hecho una rehabilitación exquisita que incluye una galería de arte con las mejores colecciones privadas de Francia.
El claustro de columnas historiadas es fabuloso, aunque lo mejor es observarlo en un día despejado desde los viejos jardines en los que se disfruta contemplando el monasterio y su iglesia en mitad de la naturaleza. El coste de entrada es de 5€ y se hacen visitas tanto por libre como guiadas.
Montesquiou
Con este pueblecito inicié lo que se conoce como «Ruta de las Bastidas», que pude hacer en dos jornadas. Las bastidas son pequeños pueblos fortificados desde el medievo en que imperaban los señoríos en la región. Montesquieu es una bonita representación de todos ellos, con la muralla perfectamente visible y una puerta que separa las casas del filo de una colina elevada desde la que se observa una bella panorámica de la campiña gascona.
Conserva numerosas casas medievales, con los clásicos entramados de madera sobresaliendo de las paredes. Apenas supone un paseo de no más de 15 minutos en los que se respira la soledad y un aroma muy carismático, ya que no es una población que reciba numerosísimas visitas ni de la que se hable demasiado en las guías de viajes.
Bassoues
Por la misma carretera regional por la que hemos llegado a Montesquiou (D943) continuamos ocho kilómetros más hasta que nos llama la atención una torre medieval de bastante altura (aprox 40 metros). Hemos llegado a otra bastida, la de Bassoues, que conserva magistralmente las mazmorras de dicha torre del Siglo XIV y parte del castillo perteneciente a los Arzobispos de Auch. La historia de este lugar es tremenda, viviéndose aquí uno de los capítulos de las tropas de Carlos Martel tratando de detener a los musulmanes en el 733, quienes ya habían invadido prácticamente toda la Península Ibérica. En la Basílica están los restos de San Fris, sobrino de Martel, que sucumbió en aquella batalla contra los sarracenos.
Además de la fortaleza, caminando rectos se llega al Halle, un mercado cubierto de la época medieval en cuyos lados hay varios restaurantes ocupando viejas casas con las vigas de madera por fuera.
Una curiosidad etimológica, «Bassoues» proviene de la palabra del euskera «basoa», que quiere decir, bosque. Y es que el emplazamiento de este pueblo estaba situado en un bosque frondoso, de los que tapizaban antaño la práctica totalidad de Francia.
Marciac
Marciac es parte de la ruta de las Bastidas y de por sí es un pueblo realmente recomendable. De mayor extensión que los demás, con la torre de la iglesia más alta de todo el Gers y una plaza principal (Place de l’Hôtel de ville) bastante coqueta, por lo que es conocido este pueblo es por organizar cada verano (desde 1978) uno de los mejores Festivales de Jazz que se celebran en toda Europa (Jazz in Marciac). Desde finales del mes de julio y durante aproximadamente veinte días, esta localidad de no más de 1000 habitantes se multiplica hasta ver pasar a más de 200.000 personas que buscan vivir lo que sucede en el enorme club de jazz en que se convierte Marciac cada verano.
Los conciertos principales, con la presencia de figuras de enorme prestigio, se realizan en una enorme carpa cubierta con capacidad de hasta 8.000 espectadores (Le Chapiteau). Este año vi el show del trompetista Wynton Marsalis junto a la The Sachal Hazz Ensemble, que fusionaron sonidos más típicos como el piano, el saxo o la trompeta con instrumentos tradicionales de Pakistán, obteniendo una mezcla magistral. Fueron dos horas absolutamente geniales que tuve la suerte de disfrutar en primera fila.
Pero no sólo hay jazz en Le Chapitau sino en todo el pueblo, sobre todo en el escenario fijo de la Place de l´Hotel de ville y en bares y restaurantes de la mañana a la noche. Se montan stands, tiendas de souvenirs, galerías de arte, exposiciones, rutas… el corazón de la ruta de las bastidas, más conocido por su fisonomía medieval, es por unas semanas la capital mundial del jazz. Joe Cocker, Diana Krall, el propio Marsalis e incluso Paco de Lucía, le han dado lustre al cartel de este año.
El caso de Marciac es el mejor ejemplo de que instigar la cultura y organizar bien las cosas (sobre todo bien) es una manera de dinamizar la actividad local y atraer gente de todo el mundo. Allí cada uno aportaba su granito de arena y se aprovechaba del evento. Restaurantes llenos, casas de huéspedes (porque no puede haber muchas habitaciones de hotel en un pueblo de mil habitantes) a rebosar, campings hasta arriba. El Festival no sólo se nota en Marciac sino en toda la comarca.
Yo me hospedé en la casa de una señora que me prestó por una noche una enorme habitación en la segunda planta. Y como si estuviera en el mejor de los hoteles, a dos pisadas de la Plaza…
Lupiac y Castelmore
Al norte de Marciac, a no más de quince o veinte minutos, se encuentra Lupiac, considerado el pueblo natal de D´Artagnan. De hecho, si somos más específicos, el capitán de los mosqueteros nació en un castillo a aproximadamente cuatro kilómetros una vez pasado Lupiac.
Éste no es, ni mucho menos, un parque temático del héroe. Salvo porque la Plaza lleva su nombre y hay un pequeño museo (tipo centro de interpretación) con el que conocer mejor su vida y sus aventuras plasmadas en libros, comics, cine o televisión.
Lupiac es un pueblo que de punta a punta no tiene más de cinco minutos caminando, pero se ha conservado de manera excepcional. No hay más que mirar las fachadas de sus casas y ver ese punto a decorado (real) del medievo. Es un lugar encantador que te hace volar con la mente e imaginarte al propio D´Artagnan saliendo de su casa para ir a París a vivir aventuras y proteger al mismísimo Rey de Francia.
Pero como he comentado antes, el mosquetero nació en un castillo a las afueras de Lupiac. Castelmore, que es como se conoce, fue el lugar exacto del que partió este personaje reconocido en todo el mundo. El nombre completo del protagonista de la obra maestra de Dumas era Charles de Batz-Castelmore, d’Artagnan, gascón de pura cepa como su padre y como su madre. Y el castillo, que se encuentra siguiendo la carretera que parte de Lupiac (D-102), es una residencia privada que no se puede visitar. De hecho lo único que pude inmortalizar fue la fachada, y enseguida apareció el dueño diciendo de muy malas maneras que es propiedad privada y que para entrar a su chateau hacían falta permisos.
Tillac
El pueblo con más encanto de la Ruta de las Bastidas personalmente creo que es Tillac. Este pueblo que parece una postal se sitúa a once kilómetros al este de Marciac (por la carretera D3), siendo un ejemplo claro de castelnau (pueblo nacido a partir de un castillo feudal) del sur de Francia. De hecho para acceder al mismo hay que pasar por una torre (Tour de Mirande), al igual que para salir se camina junto a otro de los restos más evidentes de la fortificación, la Tour de Rabastens.
La fotogenia de Tillac es asombrosa, sobre todo la calle principal que une las dos torres, que está porticada y se conserva de manera excepcional. Columnas de madera, así como los entramados configuran una preciosa metáfora al ser los huesos y las venas de los muros de las casas, que se miran las unas frente a las otras.
No viven más de 300 habitantes (menos aún durante el invierno), lo que nos indica que el tamaño del pueblo es minúsculo. Se puede visitar en muy poco tiempo, a no ser que nos de por tomarnos algo en un bar de comida eusko-gascona (Bar Gorka) que se distingue por una ikurriña a la entrada.
Mirande
Desde Tillac surgen dos opciones por carretera, o Mirande o Miélan. Durante el viaje me decidí ir primero a conocer Mirande para después bajar a Miélan y continuar con la ruta de las bastidas en el corazón del Gers. Y aunque lo encontré algo desangelado, es una de las poblaciones más importantes de la zona, con más de 3500 habitantes. Me llamó la atención la fachada y los arcos de su Catedral gótica enlazándose con la calle en forma de puentes arqueados. Igualmente conserva muchos edificios antiguos y restos de cuando Mirande estuvo completamente fortificada, como sus localidades vecinas.
Al ser domingo bien pasado el mediodía, no hallé nada abierto y tan sólo aproveché para comer, ya que debía ir saliendo hacia Toulouse, donde volaba por la tarde. Aunque lo haría utilizando vías secundarias para continuar con la ruta. Aún quedarían por ver Mielan y una última sorpresa, Simorre.
Miélan
A apenas quince minutos al sur de Mirande, aparece otra bastida de mucho menor tamaño cuyo nombre se debe influenciado por la ciudad de Milán. Si dejamos el coche junto a la iglesia caminamos a la Plaza, que es donde está todo lo que hay que ver y fotografiar. Un edificio municipal porticado, como se hacían en el medievo para que la comuna se reuniera a debatir, está colocado en el mismo centro de la plaza. Alrededor también aparecen casas realmente antiguas sostenidas por columnas de madera.
Aquel día no vi un solo alma por las calles de Miélan. Di un pequeño paseo alrededor de la plaza, me fijé en un precioso pasaje cubierto de origen medieval, y volví al coche para continuar yendo hacia Toulouse por vías secundarias.
Simorre
Cuando iba camino al aeropuerto y hacía poco rato que había salido de Miélan, dando por buena la ruta y creyendo no iba a detenerme más, me llamó la atención una iglesia de ladrillo con forma de castillo que sobresalía de una población llamada Simorre. Salí, por supuesto, a conocer este enclave que resultó ser un pueblo nacido a partir de una abadía (a este tipo de lugares se les conoce en Francia como «sauvetés») y que conservaba una templo religioso con unas formas más cercanas a las de una poderosa fortificación que a un lugar de culto.
Pero Simorre no sólo es su preciosa iglesia abacial, sino también el encanto florido de sus viviendas de juguete. Junto a Tillac me pareció uno de los lugares más interesantes de esta ruta improvisada de las bastidas. De esos que dan a cámara muy pero que muy bien y que por sí solos son un regalo para la vista.
Simorre fue la mejor propina posible a este viaje a la Gascuña.
TRANSPORTE UTILIZADO EN EL GERS
Para llegar
Aunque el Gers queda a algo menos de dos horas de la frontera española (por Aragón), tomé un avión desde Madrid hasta el Aeropuerto de Blagnac de Toulouse. Volé con la aerolínea Air Nostrum, que tiene varias frecuencias con ésta y otras ciudades francesas, e incluso se puede decir que es la que más operaciones mueve entre la capital de España y el país galo. Sin duda es una opción a tener en cuenta y con la que uno puede partir para comparar rutas, precios y horarios con otras compañías que también vuelan a Francia.
A Toulouse volando desde Madrid se llega en apenas una hora y lo bueno de Blagnac es que es un aeropuerto pequeño en el que ni hay que esperar mucho para recoger el equipaje facturado, ni llegar con demasiada antelación porque se hace todo bastante rápido.
Por supuesto el coche es una de las formas más usuales por las que los viajeros llegan (o pasan por) el Gers. Y es que desde Madrid son casi ocho horas, desde Bilbao apenas cuatro y desde Zaragoza o Bilbao aproximadamente cinco. También es una posibilidad interesante si alguien está de visita (espiritual o no) a Lourdes, que tiene a Auch a no más de hora y media de viaje por carretera. Desde Burdeos hay que sumarle media hora más, pero en un par de horas está el camino hecho.
Para moverse
Para recorrer el Departamento de Gers y descubrir tantos tesoros gascones utilicé el medio estrella… el coche. En este caso, aunque mucha gente utiliza vehículo propio, yo traté de moverme en un coche alquilado que recogí en en el Aeropuerto de Toulouse. Para alquiler de coches algo que vengo haciendo desde algún tiempo es comparar precios en una web como Rentalcars.com, que busca entre compañías de prestigio a nivel internacional (Como Hertz, Avis, Sixt, Budget, etc.) y suele ofrecer descuentos de hasta un 15%. Además es bastante fácil y manejable. Si queréis echar un vistazo al comparador, aquí tenéis un cajón de búsqueda donde ver precios y poder alquilar vehículos en Europa y en todo el mundo:
Sin duda, el coche, es el medio que más compensa, sobre todo si no abunda el tiempo disponible, porque permite tener más libertad de movimientos y detenerse en lugares donde a veces uno no piensa. Creo que en una zona como Gascuña, que no es demasiado turística y que cuenta con pueblos que apenas aparecen en el mapa, la posibilidad de improvisar y detenerse en lugares como Tillac, Simorre, Lupiac, Castelmore, Flaran, Larressingle y un largo etcétera, es una realidad cuando uno va conduciendo un coche, una moto o una autocaravana (Hay mucha tradición y facilidades al respecto en Francia). Sean de alquiler o propios, permitirán optimizar los tiempos y salirnos de la ruta en no pocas ocasiones.
A este respecto cabe decir que en Francia es ahora mismo más barato el Diesel que en España, y que conviene llevar un vehículo con este tipo de motor para ahorrarnos unos eurillos. Y recomiendo elegir las gasolineras de los supermercados o centros comerciales (tipo Carrefour, Auchan, etc..) que abundan en las afueras de poblaciones medianamente grandes de la región, ya que hay una diferencia de precios bastante notable con las «grandes marcas». En las Estaciones de Servicio francesas conviene irse fijando en las tarifas porque en pocos kilómetros puede haber una variación del coste por litro que nos puede hacer perder o, por el contrario, ahorrar para cosas más necesarias y gratificantes.
Gascuña es perfecta para viajar en coche…
ALOJAMIENTO EN EL VIAJE AL DEPARTAMENTO DE GERS
El Gers está repleto de hotelitos con encanto, sin demasiadas pretensiones y perfectamente acordes con el entorno en el que se encuentran. En la región es posible encontrar verdaderas joyas aptas para toda clase de presupuestos, con la elegancia y el buen hacer por bandera. A pesar de que Auch puede ser una base excelente para recorrer la zona, me hospedé en tres alojamientos diferentes, que me aportaron distintos elementos durante el viaje.
+ Auch: Hôtel de France (1 de agosto): Tradición, situación y buen gusto. Estos son los tres valores más importantes de la institución hotelera más reconocida de la ciudad de Auch. Situada en la Place de la Libération conserva esa chispa de los hoteles de finales del XIX y principios del XX, unas vistas excelentes desde los ventanales (desde los cuales en muchos casos se aprecian perfectamente las torres de la Catedral) y un trato personalizado. Pero no estoy hablando de que sean necesarios presupuestos elevados, ni mucho menos, sino de habitaciones para dos personas con desayuno incluido (tipo buffet) desde unos 60€ en las ofertas que a menudo preparan para internet. Para las grandes suites cobran entre 125€ y 150€ la noche (hay una a este precio con jacuzzi incluído). Creo que la relación calidad/precio es buena. Un capricho que no cuesta tanto…
A su favor tiene que a pocos metros hay un enorme parking gratuito. Por supuesto, wifi gratis que llega a todas las habitaciones, y uno de los mejores restaurantes de la ciudad a sus pies.
+ Condom: Hotel Continental (2 de agosto): Un hotel sencillo y limpio con vistas al frente del Río Baïse y la silueta monumental de la ciudad que se esconde detrás. Con precios que van desde los 50€ la doble y 60€ con media pensión (tiene un buen restaurante, aunque los desayunos son bastante limitados) Le Continental aparece sin grandes estridencias pero con todo lo que el viajero necesita para sentirse confortable. Camas cómodas, limpieza, aire acondicionado para veranos tipo «horno» como este último, buena situación, vistas y, por supuesto, wifi gratis que llega perfectamente a todas las plantas.
El coche hay que dejarlo en el parking que hay a orillas del río, en el puerto. Es gratuito. No las plazas que hay en la acera del hotel, que son de las de poner un cartón con relojito y mover el coche cada noventa minutos. No vale la pena, el otro parking queda justo en frente y el coche se puede quedar allí gratis el tiempo que haga falta.
+ Marciac: La casa de Madame Beth (3 de agosto): En este caso no hablo de un hotel sino de una de las muchas viviendas de particulares que se alquilan a visitantes durante el Festival Jazz in Marciac. El cartel de «chambre a louer» se encuentra en bastantes puertas durante este acontecimiento que multiplica por veinte cada jornada los habitantes de esta entrañable localidad gascona. Los pocos hoteles que hay se llenan enseguida con reservas hechas desde hace meses, por lo que las casas de huéspedes son una de las opciones de alojamiento ideales en Marciac.
En mi caso me encontré con una habitación enorme en la buhardilla de una casa junto a la Plaza. El desayuno iba incluído en el precio total (que va desde los 40€). En sí mi cuarto estaba bien salvo que no tenía wifi y la ducha estaba abajo. Por lo demás, perfecto. La señora que vivía allí fue siempre muy simpática conmigo. Para saber algunas de las casas en las que poder alojarse encontré una web muy recomendable para pisar firme y reservar con antelación y no tener que llamar a la puerta probando suerte. Es www.chambres-a-marciac.com
Cabe decir que en Marciac hay varios campings y espacios para dejar el coche y la autocaravana. Es mucha gente la que llega allí de esta manera y, aunque no quepa un alfiler en el pueblo, parece haber sitio para todo el mundo. Como he comentado antes, la organización es perfecta.
DISFRUTEN DE «LA TOSCANA FRANCESA»
En definitiva, sólo queda aproximarse a conocer el Gers, en la Gascuña, esa especie de «Toscana francesa» que poco o nada tiene que envidiar a muchas regiones de Italia, Francia o el mundo, y que he sentido como una de esas grandes victorias dentro de un viaje en los últimos años. Porque apenas sabía nada de la zona, porque se dio todo fantásticamente bien y porque me he dado cuenta que la Región de Midi-Pyrénéés la tenía algo olvidada injustamente.
Cada vez que descubría un pueblo nuevo, saboreaba los mejores platos o me detenía con el coche a retratar los pintorescos campos de girasoles me daba cuenta que todavía soy capaz de ilusionarme con rincones novedosos, y que son muchas más las sorpresas que esperan ahí al lado. Este lado de Francia, la histórica Gascuña, es tierra de mosqueteros, y también de viajeros que salen a buscar lugares hermosos que no siempre aparecen en los mapas, pero sí en los libros de aventuras.
Gritemos juntos… ¡Uno para todos! ¡Y todos para uno!
Sele
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PD: Dos años después regresé a Midi-Pyrénées para recorrerla en coche con mayor profundidad y visitar otros Departamentos como Lot, Aveyron, Tarn y Tarn-et-Garonne. No te pierdas la guía práctica en busca de los pueblos más bellos de Midi-Pyrénées.
23 Respuestas a “Guía práctica de un viaje al Gers, alma mosquetera de Gascuña”
Sele, estamos mirando para hacer algo parecido en Septiembre, que buena idea de viaje, nos servirá como fuente de información (como tantas veces)…muy completo
un abrazo
Israel
Preciosa región, parece. Me la apunto para un futuro viaje en bicicleta!
Qué bonito es descubrir lugares perdidos con tanto encanto.
Muchas gracias por el artículo.
Desde que estuve en Toulouse llevo con la mosca detrás de la oreja para recorrer más a fondo esta región y aún no he encontrado el momento.
En fin, has hecho una guía estupenda, espero recurrir a ella en el futuro.
Un saludo 😉
Soy una enamorada de Francia y aunque hemos recorrido muchas zonas del sur, conocemos sólo muy de pasada el Departamento del Gers. Me has puesto los dientes largos y me lo apunto para una próxima escapada, porqué veo que merece mucho la pena.
Un abrazo
Cuánto te agradezco este post, una excelente, precisa y excelente guía nos has dejado. Encantador relato de esta región tan literaria…
Saludos, fue un placer.
Muy artículo, ya que nos una buena recomendacion de que lugares visitar y en que orde, y así poderlos vistar todos y disfrutarlos.
La proxima vez que vaya a Tolouse,no se cuando, hare este recorrido mas o menos. De hecho no lo hize por el tiempo, vivo del lado de aca del charco y custa mucho. Bueno es otro sueno, por ahi se empieza.
Oye…escribes de maravilla, con una naturalidad y fluidez poco comun.
Gracias por tu mágnifica informacion sobre esta zona de Francia. Precisamente nos vamos en Julio a Burdeos y de regreso a España queríamos conocer lo de las bastidas sin imaginarnos que nos esperan todas esas sorpresas que nos cuentas.
Sele, muy interesante, completa y precisa toda la información que nos das en este artículo. Será nuestra guía de cabecera para recorrer en moto la región en Julio. Muchísimas gracias!
Otro que me apunto a la saca.
Gracias por compartirlo.
Felicidades por el artículo…viví durante un año entre Auch y Nogaro, cien porciento «Gersois» y tu artículo me trajo muchos recuerdos…hermosa región, totalmente auténctica…la Francia real y hermosa. Un saludo ahora dese México!
Por «culpa» de este artículo hemos hecho buena parte de esta ruta. Ha sido un viaje fantástico. Gracias por las sugerencias.
Qué bueno leer eso Jorge. Así da gusto regresar de vacaciones!!!
Mil gracias,
Sele
Acabo de leer tu relato del Gers, muy bueno, claro y con información detallada. Nosotros somos una pareja de jubilados que vivimos en Cantabria y nos encanta Francia, así que si sale todo bien, nos iremos a mediados de junio a ese departamento con tu información. Muchas gracias por compartir.
Olvidé comentar que viajamos en autocaravana.
Sele,
Una duda…cuantas horas te parece que necessito a mirar Auch?
muchas gracias,
João
Muchas gracias por el artículo!! Muy completo. Estamos en Barbotan les Thermes, y vamos a pasar el día viendo Condom, Larressingle…y puede que también aprovechemos a ver Lupiac.
Muchas gracias!!
Eunate
Espero hayáis disfrutado vuestro viaje al Gers!!!
Un saludo,
Sele
Me gusta mucho tu blog Sele, siempre suelo echarle un vistazo cuando voy a viajar para ver si tienes algún artículo sobre mi lugar de destino…
Voy a pasar unos días a la región de Gascuña, en un pueblo al lado de Landas, sólo 4 días, pero espero poder visitar alguno de los pueblos que están en los alrededores, y ojalá saque una tarde para pasar por Marciac al festival de jazz.
Un saludo. Javier.
Otro viaje que me gustaría hacer dentro de unos meses es Gran Canaria, una mezcla de playa y relax con lugares para visitar, también he visto que tienes un artículo dedicado, ya le estuve echando un ojo hace unas semanas, lo mantendré como referencia, saludos, Javier.
[…] respecto a otros roatrip hechos en Francia como el del Valle del Loira, la ruta de los cátaros, el Gers o el Périgord es que sí existió una base principal, en este caso Cannes. Los cuatro alquilamos […]
[…] viajar a la región francesa de Midi-Pyrénées. En la anterior ocasión me había centrado en un viaje en coche por el Departamento del Gers y así completar una ruta de pueblos y bastidas siguiendo las huellas de D´Artagnan, el célebre […]
[…] pocos días fue mi cumpleaños y lo celebré marchándome de viaje al Departamento de Gers, en la Gascuña francesa, una aventura por carretera que muy pronto os contaré. Hubo quien me felicitó diciendo que “no […]