Flandes no se mide sólo en ciudades bonitas, en las muestras de genialidad de la pintura flamenca o en la puntualidad de unos trenes que te llevan de una punta a otra de la región en apenas treinta minutos. Porque tras montar en bicicleta junto a los canales de Brujas, recorrer Gante de arriba a abajo, emocionarnos con la Grand Place de Bruselas, sorprendernos con la belleza de Malinas o perseguir lo que queda de Carlos V y de los famosos Tercios, siempre llega el instante de sentarnos a la mesa, refrescar el gaznate y deleitarnos con una oferta gastronómica amplia que va más allá de la típica fusión Moules-frites hecha a base de patatas fritas y mejillones.

Os propongo hacer un viaje con mesa y mantel a través de seis ciudades y seis restaurantes en los que saborear la buena cocina nacida en los fogones de Flandes.

Dónde comer en Flandes: Seis restaurantes de seis ciudades

El buen comer en Flandes ya tiene quien le escriba. Tras viajar en diversas ocasiones a la región he tomado nota de los restaurantes que más me gustaron y que no puedo dejar de recomendar en esta sección dedicada a la buena vida titulada ¡CÓMO VIVES!. En este viaje gastronómico dejaremos la cámara de fotos y sacaremos la cubertería para sentarnos a la mesa en ciudades como Bruselas, Brujas, Gante, Amberes, Malinas o Lovaina.

Bruselas (Brasserie de l’Ommengang)

Qué mejor sitio que la Grand Place de Bruselas para iniciar un viaje por la región (Bruselas no sólo es capital de Bélgica sino también de la región de Flandes). Llegar caminando desde la estación central y detenerse en el centro de la plaza para admirar el corazón de Europa es algo, incluso, que llega a dejarte la piel de gallina. Por eso mi primera elección en Bruselas pasa por aquí. Se trata de la Brasserie d l’Ommengang, en el número 9 que hace esquina entre el costado del Ayuntamiento y el Hotel Résidenz Le Quinze. Se distingue por un cisne esculpido encima de la puerta.

El mejor regalo que ofrece esta brasserie (cuyo nombre de Ommengang hace referencia a la más importante festividad bruselense) es poder comer o cenar admirando la Grand Place. Pero sobre todo, hacerlo bien. Si el tiempo es apacible y hace para terraza, no conviene dudarlo. En caso contrario el interior es elegante, aunque sin pretensiones, y con la calidez que suelen ofrecer los escenarios de madera forrada.

Preparan buenas carnes y guisos, con una guarnición siempre muy cumplida, y tienen unas croquetas de gambas que son para chuparse los dedos. También los scampi bañados en salsa son de nota. Sus precios no son populares, pero tampoco llegan al punto de convertir el almuerzo en un lujo inasequible. Conviene reservar con antelación para no encontrarnos que esté lleno y no nos puedan facilitar una sola mesa.

Brujas (Lieven)

A tres minutos de la emblemática Grote Markt de Brujas se llega a una de las apuestas más interesantes de la cocina fusión en la región de Flandes. El chef Lieven Vynck deja completamente a la vista la cocina para convertir a los comensales en testigos de excepción de la elaboración del menú. Se puede decir, y no equivocarse, que preparan los mejores ceviches de todo el BENELUX y que le hace un claro homenaje a la gastronomía española poniendo a disposición de sus clientes buen jamón de bellota e incluso tostas con anchoas del Cantábrico.

El precio de un plato principal en el almuerzo es de 18€ y con un entrante 22€. Por las noches no hay fórmula especial y la cuenta puede superar fácilmente los 50€.

Gante (Pakhuis)

Un almacén de hierros reconvertido en uno de los restaurantes de moda en Gante. Así es Pakhuis, con una interesante propuesta en mariscos y donde los platos son son precisamente minimalistas. Sirve carnes a la brasa y se vanaglorian de servir uno de los mejores steak tartar de Flandes (doy fe de ello). A pesar de lo grande del espacio, así como de disponer de terraza, se llena un día sí y otro también. Quizás porque la calidad/precio que ofrece merece ser tenida en cuenta.

Amberes (Brasserie Appelmans)

Appelmans hace referencia al principal arquitecto de la catedral de Amberes, la cual tiene a la vista. Se trata de un local nuevo en la ciudad que se ha puesto muy de moda últimamente. A pesar de que el centro de la ciudad está repleto de bares y restaurantes turísticos donde abundan los platos internacionales, Appelmans supone una bonita excepción en la que sus propuestas culinarias se adecuan a unos precios más que asumibles.

La hamburguesa de la casa es excelente y en muchos de sus platos no faltan ingredientes made in Spain como el queso manchego. Éste lo utilizan, por ejemplo, en el carpaccio de buey Kobe Wagyu, una de las estrellas de Appelmans.

Además es absentería y sirven copas hasta las 2 de la madrugada durante los fines de semana.

Malinas (Het Anker)

Het Anker lleva casi siete siglos haciendo cerveza en Malinas. Se encarga de elaborar la popularísima Gouden Carolus siguiendo la receta original de la Mechelschen Bruynen que hacía perder el juicio al mismísimo Emperador Carlos V. Las visitas a la fábrica son uno de los objetivos principales para quienes viajan a Malinas y, como no podía ser menos, se suelen complementar en su propio restaurante donde te ayudan a maridar los alimentos con sus cervezas.

Los muy cerveceros disfrutarán la experiencia. Y es que el jugo de cebada será el protagonista en la mayor parte de los casos.

NOTA: ¡Tienen un salmón exquisito!

Lovaina (Barba)

A corta distancia de la Grote Markt de Lovaina se encuentra este local donde la innovación se mezcla con los grandes clásicos de la cocina belga. La atención es exquisita y conviene dejarse llevar por las recomendaciones de los camareros, que saben orientar perfectamente al comensal para llevarle a su terreno y terminar una comida o una cena con una buena sonrisa.

Espero que os hayan gustado estas recomendaciones sobre dónde comer en Flandes. A mí se me acaba de abrir el apetito, pero la fuente gastronómica más cercana que tengo en estos momentos es la nevera de casa…

Sele

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