La ruta de los templarios en el centro de Portugal - El rincón de Sele

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La ruta de los templarios en el centro de Portugal

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Los templarios no desaparecieron de la noche a la mañana tras la contundente bula papal que promulgaba su extinción en 1314 o la ejecución en la hoguera del último Gran Maestre, Jacques de Molay, frente a la catedral de Notre-Dame en París. Los pasos de la institución fueron dispersados o, más bien, diluidos bajo la creación de nuevas órdenes o sumando presencia en otras ya existentes. En Portugal la Orden del Temple, esencial en la reconquista de las posiciones musulmanas en el reino, así como en su consolidación, vio garantizada su continuidad y protección bajo el manto del Rey Don Dinis, quien mandó crear la Orden de Cristo en 1319 y, de ese modo, legitimar las posesiones y privilegios de los caballeros. Su vínculo a la corona marcó los designios portugueses de los siglos sucesivos y bajo la enseña de la cruz de esta orden militar se alcanzaron innumerables descubrimientos en América, Asia y África. Las huellas de los templarios en Portugal, o de la posterior Orden de Cristo, continúa latente en el conocido como pentágono defensivo en el corazón del país con tres castillos y dos monasterios que gozaron de un papel fundamental en la historia lusa.

Castillo de Almourol (Castillo erigido por los templarios en Portugal)

Recientemente tuve la ocasión de enlazar rincones dentro de una ruta tras los pasos de los templarios en el centro de Portugal. Entre los distritos de Leiria y Santarém pude de visitar su sede principal en Tomar, el fabuloso castillo de Almourol en una isla sobre el Tajo, la hermosísima ciudad fortificada de Óbidos, así como los monasterios de Batalha y Alcobaça, prodigios del gótico y Patrimonio de la Humanidad donde la cruz de la Orden de Cristo aparece tallada en claustros que dejan boquiabiertos a los visitantes. Un recorrido monumental, cultural y religioso que corresponde a uno de los viajes históricos más apasionantes que se me ocurren en Portugal

“Non nobis Domine, non nobis, sed Nomini Tuo da Gloriam!” 

Portugal, refugio templario

En Portugal, con el máximo apoyo del rey Don Dinis tras los sucesos de París de 1314, los templarios no temieron un segundo por su permanencia en el país. Su apoyo a la Corona portuguesa había sido decisivo para reconquistar territorio a los musulmanes que lo ocupaban desde el siglo VIII, así como en la consolidación de su reino, ya separado definitivamente bajo una frontera acordada tanto con Castilla (Tratado de Alcañices) como con León. La manera que ideó el monarca para guardar relaciones cordiales con la iglesia católica y, por otro lado, mantener su compromiso con la Orden del Temple, fue crear una nueva institución, la Orden de Cristo. Bajo otra denominación, Dinis les permitió mantener buena parte de sus privilegios y posesiones, e incluso les dotó de más poder, pero se guardó una buena carta para él, asegurando una férrea e indisoluble vinculación con la corona portuguesa asignándose el derecho a nombrar al Gran Maestre.

Cruz de los templarios

Con su enclave predilecto el castillo y convento de Cristo en Tomar, situados en el centro del Reino de Portugal, se hicieron fuertes en otros territorios del país donde conservaron o levantaron nuevas edificaciones de carácter defensivo o incluso religioso. Su influencia en los siglos venideros, y no sólo en Portugal, fue realmente notable. La cruz de los caballeros, diferente a la cruz patada de sus predecesores, navegó por todos los mares del mundo en la época de los descubrimientos. Vasco de Gama, Magallanes, Colón y muchos portaron en sus naves un emblema que aún hoy día se ve repetido no sólo en distintas instituciones portuguesas sino además en castillos, palacios, monasterios y otros lugares históricos donde su huella permanece en el recuerdo de una institución que mantuvo como pudo el gen de los caballeros templarios.

Barco de Magallanes con la cruz de la Orden de Cristo

La ruta de los templarios: El Pentágono defensivo en el centro de Portugal

En dos distritos de la Región Centro de Portugal como son Leiria y Santarém existe lo que hay quien ha venido a denominar como el «pentágono defensivo de los templarios». Una ruta de castillos y monasterios en pueblos históricos que consta de cinco lugares marcados, los cuales se puede decir que gozan de un gran interés turístico. Tres de ellos, de hecho, son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Batalha, Tomar y Alcobaça). No se trata de una ruta oficial pero que sí permite un fusión extraordinaria de puntos relacionados entre sí que, además, se encuentran a una distancia cómoda los unos de los otros.

Detalle del monasterio de Batalha (Portugal)

Lo del pentágono defensivo de los templarios lo leí por primera vez en una imagen que vi en la ciudad fortificada de Óbidos. Y me pareció interesante tirar del hilo, enfocando temáticamente algo más que un viaje familiar con el pequeño Unai atravesando su primera frontera. Y, aunque se sitúa de manera obvia a Tomar como el centro de operaciones de la Orden de Cristo, en esta escapada de cuatro días que pudimos llevar a cabo en Semana Santa, escogimos como base la ciudad de Batalha para, desde allí, salir a conocer los demás lugares. Su situación céntrica y con un extraordinario monasterio gótico nos pareció un punto de partida excepcional para este viaje con varios hilos.

Con Unai en Alcobaça (Portugal)

Al final del artículo podrás empaparte sobre la Historia de los Templarios en un apéndice aparte para conocer cómo se formó (y terminó) la Orden de Caballeros más importante de la Edad Media.

 

Cruz de los templarios

Mapa con el recorrido por los enclaves templarios en Portugal centro

Así es el mapa de la ruta del pentágono defensivo de los templarios en Portugal que llevamos a cabo en nuestro vehículo particular. El campamento base lo pusimos en el Hotel Villa Batalha (Batalha) a escasos metros del monasterio medieval y, desde allí, nos fuimos trasladando a los distintos lugares que visitar.

LUGARES VISITADOS (en este orden): Batalha – Castillo de Almourol – Tomar – Fátima (único no perteneciente a la ruta templaria) – Alcobaça – Óbidos.

Dado que íbamos con nuestro pequeño, lo que hubiéramos podido hacer en dos días completos (apretado, eso sí), lo invertimos en cuatro (contando ida y vuelta desde España). En este tipo de viajes familiares, más que abarcar mucho en poco tiempo, conviene ser bastante flexibles.

Las distancias kilométricas en coche para una ruta de este estilo, utilizando Batalha como base, son las siguientes:

+ Batalha – Fátima: 20 km (aprox 25 minutos hasta llegar al santuario).

+ Batalha – Castillo de Almourol: 70 km (aprox 50 minutos).

+ Batalha – Tomar: 45 km (aprox 35 minutos).

+ Batalha – Alcobaça: 22 km (apox 25 minutos).

+ Batalha – Óbidos: 57 km (aprox 50 minutos).

Unai en Tomar (Portugal)

Con todo eso, se pueden combinar por ubicación próxima distintos lugares en un solo día. Y la cosa quedaría de este modo:

+ Batalha – Almourol – Tomar – Batalha: 70 km + 29 km + 45 km. Total –> 144 kilómetros.

+ Batalha – Alcobaça – Óbidos – Batalha : 22 km + 35 km + 57 km. Total –> 114 kilómetros.

Se pueden añadir a este recorrido, sobre todo con la llegada del buen tiempo, poblaciones costeras con playa como Nazaré y São Martinho do Porto, que quedan a 30 y 42 kilómetros de Batalha respectivamente.

Monasterio de Alcobaça en Portugal

Detalle de los lugares que forman parte de la ruta de los templarios en Portugal Centro (Pentágono defensivo):

BATALHA, ORGULLO NACIONAL

Probablemente junto al de los Jerónimos en Lisboa, el Monasterio de Batalha sea para muchos, entre los que me incluyo, el más hermoso de cuantos se pueden visitar en todo Portugal. La gran cima del gótico manuelino fue erigido a finales del siglo XIV por orden del Rey João I, de la Dinastía de Avís, con el objeto de conmemorar la victoria contra los castellanos en la batalla de Aljubarrota en 1385. Una contienda que no sería precisamente una más, puesto que ésta aseguraba la Corona y la consecuente independencia de Portugal del poderoso reino de Castilla. Y, aunque su nombre oficial es Mosteiro de Santa María da Vitória, desde siempre ha sido conocido como Mosteiro de Batalha.

Monasterio de Batalha (Portugal)

Aunque su construcción llevó más de doscientos años, se puede decir que buena parte de la impronta del edificio tiene las huellas del Maestro Huguet, quien trabajó durante casi durante tres décadas en éste. Dicho arquitecto y escultor, que unos dicen fue irlandés, otros inglés e incluso muchos aseguran que si no fue catalán, bebió de las fuentes de lo que se había hecho en Ripoll o en Castelló d’Empúries (Alto Ampurdán, parte de la gerundense Costa Brava) durante aquel tiempo. Sería él quien se encargaría de algunos de los elementos más destacados del monasterio y de los que los visitantes no negar una atención inevitable, como es la iconografía de la portada principal, la Capela do Fundador, que alberga varios túmulos de la Dinastía de Avís, la cupula de la Sala Capitular, el diseño de las Capillas Imperfectas y parte de lo que sería el claustro (tiene dos, el más bello es el primero) y sus grandes ventanales flamígeros.

Claustro gótico del monasterio de Batalha (Portugal)

Para enterarse un poco del lugar, la visita requiere de una hora u hora y media como mínimo, aunque si se tiene la posibilidad de pernoctar en la villa, como fue nuestro caso, lo mejor es pasarse en más de una ocasión y comprobar el juego de luces de las vidrieras en distintas horas del día, cómo iluminan por la noche el monasterio o contemplar la complejidad de un claustro en el que se ha modelado la piedra como el que lo hace con plastilina. Así como asomarse a las capillas imperfectas preparadas para nuevos enterramientos y que nunca se culminó (no tiene techo, pero es junto al claustro y la Capela do fundador, uno de los lugares más inspiradores del monasterio). Realmente este lugar es una auténtica maravilla.

Capela do fundador en Batalha (Portugal)

Horarios y precio de la entrada al Monasterio de Batalha

  • El horario de entrada es de 09:00 a 18:00 horas entre mediados de octubre a finales de marzo. El resto del año cierra a las 18:30. Conviene tener en cuenta de que se acepta el acceso hasta media hora antes de la hora fijada para el cierre del monasterio.
  • El precio de la entrada al monasterio de Batalha es de 6€ por persona. El 50% para mayores de 65 años y estudiantes que así lo acrediten (trajeta ISIC o similar). También para familias con dos adultos y dos hijos. Por otro lado conviene conocer (y sale a cuenta) que existe una tarjeta especial válida para la entrada a los monasterios de Batalha, Alcobaça y Tomar por 15 euros (por separado serían 18€).

Capillas imperfectas del monasterio de Batalha (Portugal)

Pero Batalha va más allá del monasterio. A su alrededor creció una bonita y agradable ciudad de la que conviene no perderse la portada gótica (también estilo manuelino) de la cercana Iglesia Matriz, la Plaza dedicada a Joao I (con tiendas y terrazas para sentarse a tomar algo) o darse un paseo hasta el puente decimonónico de Boutaca (Ponte da Boutaca).

Puerta manuelina de la Iglesia Matriz de Batalha (Portugal)

Algunos consejos para Batalha

  • Un lugar muy recomendable para comer bien es Burro Velho (en Rúa Nossa Sra. do Caminho 6A, tel +351 244 764 174, burrovelho.com). Se llena pronto, conviene reservar.
  • Calidad/precio, el Hotel Villa Batalha es de los mejores de todo el recorrido por el Pentágono defensivo de los Templarios en Portugal. Está a escasos 5 minutos caminando desde el monasterio.
  • Es la ciudad mejor equipada de la ruta para caravanas o autocaravanas (pudiéndose aparcar totalmente gratis en pleno centro y contar con restaurantes, supermercado y hasta un polideportivo con piscina/duchas a escasos metros del aparcamiento).

Sele, Unai y Rebeca en el monasterio de Batalha (Portugal)

TOMAR, EL CORAZÓN TEMPLARIO DE PORTUGAL

El epicentro de la cruz de la Orden de Cristo o del conocido como Pentágono defensivo de los templarios no podría ser otro que Tomar. Junto a un gran castillo medieval, que desde una colina gobierna esta hermosa y entrañable ciudad con un prominente patrimonio histórico-artístico, el conocido como Convento de Cristo se convirtió en la sede principal de esta Orden de Caballeros. Levantado a partir del año 1162 por el Gran Maestre de los templarios en Portugal, Gualdim Pais, se erigió uno de los conjuntos arquitectónicos más imponentes de cuantos existieron y existen en el país. El elemento más reconocible de aquella primera época es la girola octogonal, una rotonda románica (s. XII) basada en el modelo del Santo Sepulcro de Jerusalén, aunque reformada y con pinturas agregadas de siglos posteriores. A partir de ese momento el monumento fue creciendo, añadiéndosele claustros y tantas dependencias que más que un convento se asemejaba a un gran palacio.

Charolao girola del Convento de Cristo de Tomar en Portugal, el corazón templario

Porque desaparecidos los templarios o, más bien, diseminados en la nueva Orden de Cristo, el edificio siguió creciendo hasta bien entrado el siglo XVII, por lo que este complejo puede considerarse como un gran museo de la arquitectura portuguesa, con lo mejor del románico, el gótico (desde el más primitivo al flamígero o manuelino), el estilo renacentista y hasta el barroco.

Convento del Cristo en Tomar (Portugal templario)

La visita al Convento de Cristo en Tomar a nosotros nos llevó cerca de las dos horas. ¡Y nos quedó mucho por ver!. De hecho existe la posibilidad de perderse dentro del monumento. Pero si hay que escoger los imprescindibles, además de la charola o girola templaria, que es soberbia, destacaría la ventana manuelina (Janela do Capítulo), considerado el elemento cumbre del manuelino en Portugal y en la que se basaron para la gran ventana del Palacio da Pena de Sintra. Sin olvidar el claustro principal, obra del arquitecto Diogo de Torralva en la que el español Felipe II fue coronado en 1581 como rey de todos los portugueses. A diferencia del claustro principal de Batalha, por ejemplo, éste es renacentista tirando a un plateresco más que evidente.

Janela do Capítulo en Tomar (La ventana manuelina más bonita de Portugal)

Horarios y precio de la entrada al Convento de Cristo en Tomar

  • De octubre a mayo el monumento abre de de 9:00 a 17:30, mientras que de junio a septiembre cierra a las 18:30 (el acceso está permitido hasta media hora previa al cierre).
  • El precio de la entrada Convento de Cristo es de 6€ por persona. El 50% para mayores de 65 años y estudiantes que así lo acrediten (tarjeta ISIC o similar). También para familias con dos adultos y dos hijos. Por otro lado conviene conocer (y sale a cuenta) que existe una tarjeta especial válida para la entrada a los monasterios de Batalha, Alcobaça y Tomar por 15 euros (por separado serían 18€).

Claustro del Convento de Cristo en Tomar (La Portugal de los templarios)

Pero Tomar no se queda, ni mucho menos, en el castillo o el Convento de Cristo. En la parte baja de la ciudad un punto de encuentro recurrente es la Praça da República, donde destaca la iglesia dedicada a San Juan Bautista. En realidad todas las calles del casco viejo de Tomar llevan hasta esta encantadora plaza. Siempre con sus características fachadas en azulejo y la pervivencia del comercio tradicional. Otros conventos como el de Santa Iria o, algo más lejana, la iglesia de Santa Maria del Olival permite admirar los túmulos de varios caballeros templarios, donde destaca la tumba de Gualdim País, el primer Gran Maestre en tierras portuguesas y fundador de la ciudad así como del castillo de Almourol.

Praça da República en Tomar (Portugal)

Tomar también fue un enclave receptor de judíos sefardíes tras su expulsión de Castilla debido al Edicto de los Reyes Católicos. En la antigua Rua da Judiaria permanecen lo que fue una sinagoga del siglo XV, que ahora conforma el Museo Luso-Hebraico de Abraham Zacuto, astrónomo y matemático en aquel tiempo.

Algunos consejos para la visita a Tomar

  • Es posible viajar a la Edad Media y vivir una gran experiencia gastronómica en Taverna Antiqua (en plena Praça da República, tel +351 249 311 236, tavernaantiqua.com.). Un restaurante puramente medieval donde degustar grandes platos (las carnes son riquísimas) bajo la luz tenue de velas y faroles.
  • Como plato clave de la repostería de Tomar, las queijadas de almendra y calabaza y, sobre todo las conocidas como «fatias», que consisten en yemas batidas y cocidas al baño maría en una cazuela doble creada por un latonero hace ya mucho tiempo (vendía estas cazuelas con la receta dentro).
  • A las afueras de Tomar, detrás de la colina del castillo y el convento de Cristo, se puede pasear por un acueducto de finales del siglo XVI. Es conocido como acueducto de los Pegões y mide nada menos que 6km. En su parte más visible acueducto se levanta hasta 30 metros de altura y dispone de con 58 arcos de medio punto apoyados sobre otros 16 arcos apuntados.

Acueducto dos Pegoes en Tomar (Portugal)

  • Aparcar en el casco viejo de Tomar no es tarea fácil, salvo si lo haces en un parking. A las faldas de la colina, justo donde están las escaleras por las que se sube al castillo/convento de Cristo hay uno cubierto. Y arriba del todo hay otro descubierto, aunque se llena pronto, sobre todo durante los fines de semana.

ALMOUROL, EL CASTILLO TEMPLARIO SOBRE EL TAJO

Tan sólo a 27 kilómetros al sur de Tomar nos encontramos con la próxima localización de la ruta. De hecho, junto al Convento de Cristo sería la más templaria de todas. Estamos hablando del castillo de Almourol levantado en el año 1171 durante el mandato de Gualdim País, el primer Gran Maestre, sobre unas ruinas romanas (el fuerte de Almorolan) en un pequeño y rocoso islote del río Tajo.  Sin duda este enclave templario tuvo en lo económico (algo de lo que entendían muy bien en esta Orden) buena parte de sus objetivos, ya que era una aduana intermedia para el cobro de impuestos a las mercancías que eran transportadas de un punto a otro del río. Pero también fue un símbolo de la reconquista en esta parte de la Península Ibérica. De hecho, este fortín de diez torreones se defendió en distintas ocasiones de acometidas almohades. Aparece referenciado al detalle en Palmerín de Inglaterra, una de las obras de caballerías mencionadas en el Quijote.

Castillo de Almourol (Portugal)

En esta parte de Portugal el curso del río Tajo es lo suficientemente holgado como para que se dejen ver las embarcaciones yendo a uno y otro lado de la orilla. Precisamente hay que subirse a una barca para alcanzar el islote y, de ese modo, poder visitar la fortaleza (fue lo que más disfrutó mi hijo Unai sin lugar a dudas). Se trata de una corta travesía que dura apenas cinco minutos y por la que se pagan 2´5€. Después el barco pasa a buscar a sus ocupantes en una hora fijada, que suele ser media hora después del desembarco. Tiempo, más que suficiente, para visitar el castillo, pues éste es pequeño y lo más interesante se encuentra en lo más alto del edificio, donde la perspectiva desde el centro del río es del todo fotogénica.

El castillo de Almourol y el río Tajo en Portugal (Ruta de los templarios)

Horarios de apertura del castillo de Almourol (y de las embarcaciones que llevan a él)

  • El castillo abre todos los días de mayo a septiembre (el resto del año cierra únicamente los lunes).
  • De noviembre a febrero (ambos incluidos) el horario de apertura del castillo es de 10:00 a 12:20 y de 14:30 a 16:40.
  • De marzo a septiembre (incluidos) abre de 10:00 a 12:20 y de 14:30 a 18:30.
  • El barco desde la orilla más próxima al castillo sale del muelle cada 10/15minutos aproximadamente. Su funcionamiento depende de las condiciones meteorológicas y de las crecidas del río, por lo que hay ocasiones en las que no se puede llegar al castillo. Caben un máximo de veinte personas por trayecto.
  • Existe otra opción para ir en barco y es desde el puerto de Tancos o de Arripiado, en excursiones de apenas 6€ que incluyen un paseo por el río Tajo, así como la entrada al castillo (duración de 75 minutos aproximadamente). Requiere reserva previa.

Castillo de Almourol (Portugal templaria)

MONASTERIO DE ALCOBAÇA Y LA TUMBA DE LOS AMANTES

Junto al Convento del Cristo de Tomar y al Monasterio de Batalha, Alcobaça conforma ese gran tridente de lugares religiosos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en esta parte central del territorio portugués. En esta localidad entre los ríos Alcoa y Baça que componen su nombre, además de las ruinas de un castillo también templario, no existe mejor imán que la del monasterio o abadía de Santa María de Alcobaça, considerada la primera gran obra del gótico en el país. Fueron iniciadas las obras en el año 1178, aunque el beneplácito tuvo lugar en 1153 bajo el beneplácito de D. Afonso Henriques, el primer rey de Portugal, para cumplir una promesa que había hecho a San Bernardo después de reconquistar Santarém a los musulmanes. Sus primeros ocupantes serían los definitivos. Y es que los monjes cistercienses se quedarían en esta rica abadía que no dejó de crecer hasta bien entrado el siglo XIX. Se llegó a documentar la presencia de un millar de monjes viviendo a la vez en este lugar, así como que había misas de manera ininterrumpida.

Monasterio de Alcobaça en el centro de Portugal (Ruta de los templarios)

El monasterio de Alcobaça toma, al igual que Tomar, elementos de distintas épocas históricas y artísticas, siendo como una especie de Escorial, donde convivía la función religiosa y el poder de la realeza. Cuenta con regios enterramientos, destacando dos sepulcros maravillosos de Pedro I de Portugal y su amante gallega Inés de Castro (sólo fue considerada esposa de forma póstuma), asesinada bajo traición cuando éste todavía era un infante. Cuenta la leyenda de que su enamorado, una vez proclamado rey, exhumó a Inés de la tumba y la hizo sentar en el trono para que sus vástagos pudieran honrarla y besar sus manos como jamás habían hecho en vida. Ambos están enterrados en dos impresionantes sepulturas de mármol, uno frente al otro, para que nada más levantarse del sueño eterno se encuentren mirándose a los ojos. Además existe un panteón real donde yacen los cuerpos de Alfonso II y III y sus respectivas esposas Urraca y Beatriz de Castilla.

Tumba de Pedro I de Portugal en el monasterio de Alcobaça (Portugal)

La nave central de la iglesia del monasterio es un hermoso ejemplo de gótico tardío. El claustro del silencio, sin ser el de Batalha (probablemente el más bonito de Portugal junto con el de los Jerónimos), tiene dos plantas de épocas distintas, siendo la inferior la más destacada. Un lavatorio llevaba a la sala de columnas del refectorio. Existen infinidad de dependencias, celdas y patios, pero si algo me impresionó fue la cocina, preparada para dar de comer cada día a cientos de personas.

Lavatorio en el monasterio de Alcobaça (Portugal)

Horarios y precios de entrada al monasterio de Alcobaça

  • Entre octubre y marzo (incluidos) abre todos los días de 9:00 a 18:00 horas.
  • Entre abril y septiembre (incluidos) abre a diario de 9:00 a 18:00.
  • La taquilla cierra treinta minutos antes de la fecha de cierre determinada.
  • El precio de la entrada al monasterio de Alcobaça es de 6€ por persona. El 50% para mayores de 65 años y estudiantes que así lo acrediten (trajeta ISIC o similar). También para familias con dos adultos y dos hijos. Por otro lado conviene conocer (y sale a cuenta) que existe una tarjeta especial válida para la entrada a los monasterios de Batalha, Alcobaça y Tomar por 15 euros (por separado serían 18€).

Monasterio de Alcobaça (Portugal)

ÓBIDOS, VILLA FORTIFICADA Y TEMPLARIA

De la ruta, es el lugar más próximo a la ciudad de Lisboa (aprox 80 km), por lo que hay quien lo hace en la clásica excursión de un día desde la capital portuguesa (combinádolo con Fátima o Batalha). De Alcobaça, ya en el norte, está a poco más de veinte minutos. En este caso Óbidos no se trata de un monasterio o un convento como los anteriores sino de una admirable villa amurallada de algo más de 3000 habitantes capaz de detener a los viajeros en el tiempo. Con un enorme castillo templario (que a su vez es Pousada) siendo el final último de la mayoría de las callejuelas estrechas y peatonales por las que cada día se mueve un buen número de visitantes. Óbidos es famoso, y no sólo por el turismo. Ya cuando el rey Don Dinis se lo regaló a su esposa, la Reina Santa Isabel, en el siglo XIII, se convirtió en tradición monárquica que éste fuera uno de los regalos de bodas de los reyes a sus reinas. De ahí que uno de los apodos de Óbidos sea «A Vila das Rainhas” (La villa de las reinas), puesto que esta práctica se llevó hasta la conversión definitiva de Portugal en una República, ya bien entrado el siglo XIX.

Óbidos, la villa templaria en el centro de Portugal

Óbidos es de los municipios más bellos del país luso. De largo. Ideal para una escapada de medio día/un día completo, e incluso un fin de semana, uno encuentra en sus callejuelas un mar de buganvillas que juegan con las paredes blancas de las casas así como sus zócalos y remates en amarillo o añil. Porque, aunque exista una avenida más ancha (Rua Direita), conviene dejarse llevar por las estrecheces y las cuestas para encontrar los perfiles más inspiradores y pintorescos de esta villa medieval que sabe a licor de cereza (A ginjinha), la cual se ha convertido en un clásico beber de un trago en vasitos de chocolate.

Detalle de Óbidos en la Portugal templaria

Caminar, pasar a las tiendas, probar dulces típicos (y darse una alegría de ginjinha) y tomarse las cosas con calma, hacen de Óbidos una de las mejores experiencias viajeras de esta ruta de templarios en el centro de Portugal. La villa está cargada de detalles para saborear a fuego lento (como hacer el camino de ronda, sentarse junto al Pelourinho o contemplar el atardecer desde el Mirador de Puerta Tallada).

Calle principal de Óbidos en Portugal

Consejos para disfrutar de lleno una escapada a la villa templaria de Óbidos

  • Además de los azulejos de Porta da Vila, uno de los accesos principales a Óbidos, completamente opuesta al castillo, súbete hasta arriba de la misma para tomar las mejores fotos de la villa.
  • Busca una de las librerías más bonitas del mundo dentro de una iglesia del siglo XIII justo antes de comenzar a subir el castillo: La Livraria de Santiago (Largo de São Tiago do Castelo). En  Rúa Direita nº 27 merece echar un vistazo en otra librería, la Livraria do Mercado, donde se venden libros de segunda mano a la vez que frutas, verduras, chocolates, etc.

Librería de Santiago en Óbidos (Portugal)

  • A Nova casa de Ramiro (Rúa Porta do Vale 12,) se trata no sólo de uno de los restaurantes con más encanto y elegancia de Óbidos, sino además de una buena representación de la cocina local. La atención del personal es excelente y conviene dejarse asesorar por él. Para reservar y asegurarse una mesa, mejor llamar antes de ir al teléfono +351 262 958 324.
  • Hay muchos hoteles económicos, pero si puedes, hospédate en la Pousada y duerme en un castillo medieval. Uno de los alojamientos con mayor encanto en la zona.
  • En Praça de Santa María hay un museo con las marionetas y obras del artista Abílio de Mattos (entrada gratuita).

Rebeca en el museo de marionetas de Abílio, que además se llama como su padre

  • Dada la imposibilidad de aparcar en el casco histórico, en su mayoría peatonal, hay un parking de pago fuera de las murallas.
  • Alcobaça y Nazaré son dos muy buenas combinaciones para unirlo a una excursión de un día.

En nuestro caso, con Unai, no puedo olvidarme de recalcar que no es un destino muy apto para pasear cómodamente con carritos de bebé, ya que el suelo es empedrado y bacheado Por la calle principal puede resultar más fácil transitar, pero para hacer el resto de la villa no está de más una mochila o pañuelo de porteo. O los brazos de papá o mamá si fuera necesario…

Calle de Óbidos (Portugal)

OTROS LUGARES PRÓXIMOS A LA RUTA

No estaría de más olvidar que muy cerca de estos lugares que forman parte de la ruta de los templarios en el centro de Portugal se encuentran las villas costeras de Nazaré o São Martinho do Porto, ideales para quienes vayan en busca de buenas playas y la brisa atlántica. O, como en el caso de Nazaré, las olas más altas que se pueden surfear en Portugal. ¡Se ha sobrepasado varias veces el récord de los 30 metros de altura!

Muy próximo, también, está el Santuario de Fátima (apenas a cuarto de hora de Batalha), uno de los centros de peregrinación más importantes de Europa junto al de Lourdes en Francia. Sin duda, un pilar de la advocación mariana al que acuden miles de personas cada día, algunos caminando de rodillas para dar las gracias o rogar a la Virgen María. Sin duda este lugar merece un capítulo aparte y, se tengan creencias cristianas o no, no deja indiferente a nadie, sobre todo cuando se ve a la gente encender grandes velas (algunas con formas de niño o de partes del cuerpo) o se siente el fervor popular en las muchas ceremonias que allí tienen lugar (las nocturnas son las más impresionantes).

Santuario de Fátima (Portugal)

Por otro lado, me gustaría terminar comentando que si se accede en coche desde Cáceres, no está de más detenerse en el camino para conocer lugares monumentales como Coria, en el Valle del Alagón y, por supuesto, la zona que abarca el Parque Natural Transfronterizo Tajo Internacional, un refugio de paisajes, fauna y pueblos con encanto entre ambos países. Aunque, pensándolo bien, ese también es otro viaje.

Paisaje del Parque Natural Tajo Internacional, el primer parque transfronterizo de Europa

Y desde Lisboa. ¿Se puede hacer la ruta del pentángono de los templarios?

Por supuesto que se podría hacer la ruta de los templarios desde Lisboa, aunque particularmente lo utilizaría como mero punto de partida y no como base para varios días. Entre Lisboa y Batalha hay 120 kilómetros (no llega a las dos horas en coche). Con Óbidos hay apenas 80 km, que supone aproximadamente una hora (haciendo un símil, se puede comparar con un trayecto entre Madrid y ciudades como Ávila, Segovia o Toledo, al igual que Barcelona con Vic). Con Tomar o Almourol hay aproximadamente 135 km. No es mucho si se tocan uno o dos lugares y se regresa, pero para hacer todos, quizás sea mejor contar con un núcleo mejor situado.

 

Sele y Rebeca con el pequeño Unai

 

También se ofrecen interesantes excursiones organizadas (con guía en castellano y traslados) de un día desde la capital lusa, que pueden resultar interesantes para quien esté de viaje y no desee alquilar vehículo:

Portugal sigue siendo el foco de muchas de mis ensoñaciones viajeras. Tan cerca, y a la vez, con tantos lugares por conocer. Da igual la ruta que se arme. Todas dejarán con el mejor sabor de boca posible.

Sele en Óbidos (Portugal)

La Orden del Temple en Europa. Un poco de historia

Bajo el amparo de la primera Cruzada a los Santos Lugares, allá por el año 1118 nació una orden de soldados de Cristo que tendría una gran trascendencia en la Historia. Nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns fueron los primeros integrantes de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón, más conocida como la Orden del Temple. Reconocida y aprobada por la iglesia católica en 1129 tenía la premisa de proteger la vida de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén, así como todos aquellos lugares considerados sagrados para la cristiandad, los cuales consideraban en peligro en manos sarracenas. Entonces el sobrino de Godofredo de Bouillon y tercer Rey de Jerusalén, Balduino II, cedió a Hugo de Payns y sus hombres las instalaciones de su palacio situado en que fuera parte del Templo de Salomón para que en el lugar donde se ahora se yergue la mezquita de Al-Aqsa, este cuerpo militar y religioso tuviera su cuartel general.

 

Cruz de los templarios

 

Los primeros templarios fueron grandes combatientes que custodiaban los caminos a Jerusalén, así como a la propia ciudad y otros lugares santos de Palestina. Mientras tanto muchos caballeros no destinados a entrar en batalla, se ocuparon de crear una compleja e innovadora estructura económica para su viabilidad. Levantaron numerosas fortalezas y edificios religiosos, tanto en Tierra Santa y alrededores así como en territorio europeo. Pero además se convirtieron en «los bancos» de la época socorriendo a monarcas y nobles europeos, poseedores de enormes deudas debido al coste inasumible de las múltiples guerras externas e internas en las que participaban. Eso, precisamente, fue lo que les llevó a su inevitable extinción junto a la falta de apoyos tras la pérdida paulatina de sus territorios y fortalezas.

 

Templarios en Tierra Santa

 

El rey de Francia, Felipe IV, endeudado hasta las cejas por los préstamos obtenidos de la Orden del Temple, se ocupó de presionar al Papa Clemente V, quien había sido siempre una marioneta en sus manos, para castigar por herejía a sus miembros y lograr la disolución definitiva de una institución cuyo poder era incapaz controlar. Así que tras años de torturas y ejecuciones, un 18 de marzo de 1314, en el Sena y con la mirada puesta en Notre-Dame, el último Gran Maestre de la Orden, Jacques de Molay, ardía en la pira. Cuenta la leyenda que de las llamas la voz del anciano gritó la siguiente maldición: ¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo! ¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia! ¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!» Cosa que sucedió con ambos tal como vaticinó el que para muchos había sido el último templario.

 

Jacques de Molay en la pira que le vería arder en París. El último Gran Maestre de los templarios.

Sele

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