Guía de visita a Tikal, la ciudad maya - El rincón de Sele

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Una visita a Tikal contada a través de 20 postales

Toda mi vida había soñado con Tikal. Mucho antes incluso de que supiera que existía. Quizás porque de niño me encantaba jugar a ser Indiana Jones recreando en mi mente antiguas ciudades escondidas en la selva con pirámides escalonadas y animales salvajes protegiendo lugares sagrados. Cuando por fin tuve la ocasión de viajar a Tikal, en Guatemala, todas aquellas imágenes de la niñez se convirtieron en reales. La ciudad más importante de los mayas en las selvas del Petén, honor compartido con su rival Calakmul, había permanecido abandonada durante más de nueve siglos hasta que la arqueología volvió a recuperar muchas de sus historias enredadas en los árboles. Durante horas, del amanecer a la tarde, visité muchos de sus rincones en una caminata que sumó no pocos kilómetros los cuales me enseñaron uno de los lugares más fascinantes que había visto en mi vida. El tiempo pasó demasiado rápido y entendí que algún día tendría que volver. Pero esa oportunidad llegó incluso antes de lo previsto. Un par de años después tendría la fortuna de regresar a Tikal y poder darme cuenta que, llevando la contraria al dicho popular, segundas partes sí que resultan buenas.

Guía con lo mejor que ver en Tikal (Guía de visita)

En el Petén, una de las selvas más profundas de Centroamérica, donde todavía moran los jaguares, se encuentra un lugar maravilloso del que llevaba mucho tiempo queriendo hablar pero nunca encontraba las palabras exactas. Me he sentido (y me siento) incapaz de expresar los porqués de lo que supone visitar Tikal, pero considero que es una historia que merece ser contada. Jugando con dos incursiones a la ciudad maya en distintas épocas y distintas horas del día os propongo realizar un viaje juntos a Tikal a través de 20 postales o imágenes disfrazadas de momentos que pude traerme de allí.

TIKAL, EL TESORO DE LOS MAYAS EN GUATEMALA

Describir las ruinas de Tikal requiere de su tiempo y sus respectivos suspiros. Todo allí es exagerado, como los más de quinientos kilómetros cuadrados que se pierden en la inmensidad de una selva como Petén. O las hipótesis que calculan que cerca de cien mil personas pudieron habitar esta ciudad en un tiempo en el que Europa oscurecía la época más dura de la Edad Media. Para hacernos una idea, en el siglo IX después de Cristo la gran Londres no tenía ni la décima parte de la población de Yax Mutul, el verdadero nombre maya de Tikal como se ha sabido tras descifrar los jeroglíficos referidos a este lugar. Se calcula que el período de esplendor de la ciudad va entre el 200 y el 900 dC, quedando abandonada y olvidada por completo durante un largo milenio.

Los trabajos de la Universidad de Pennsylvania durante los años cincuenta y sesenta fueron pioneros en Petén, aunque muchos objetos fueron llevados a Estados Unidos en un tiempo en el que la arqueología tenía más que ver con la recolección de tesoros que con el estudio. Los trabajos continúan hoy en día tratándose del parque arqueológico más grande jamás excavado. Y lo más curioso de todo es que lo que podemos ver hoy día es apenas un 20% de la ciudad original. El resto aún sigue siendo posesión de la selva. Basta caminar y observar multitud de montículos cubiertos de vegetación que esconden escalinatas, mascarones y, en definitiva, lugares que fueron sagrados para el pueblo maya que habitó la vieja Yax Mutul.

Templos I y II de Tikal (Guatemala)

El nombre de Tikal viene a significar «Pozos de agua» en una derivación de la lengua yucateca, título que fue añadido en el redescubrimiento de la ciudad perdida en el siglo XIX, haciendo referencia al modo que acumulaban el agua de lluvia. No sabemos si una sequía prolongada o las sucesivas guerras de Tikal con otros reinos fueron la causa por la que este importantísimo centro de la civilización maya se abandonó a su suerte. Esta historia no es nueva en el mundo, podemos encontrar más paralelismos en Centroamérica o en lugares lejanos como Angkor (Camboya) o Borobudur (Indonesia).

Una vista de satélite puede resultar significativa para comprender dónde nos encontramos, que se trata de una de las zonas arqueológicas más importantes del planeta y que por todo ello fue declarada Patrimonio de la Humanidad mixto (ecológico y natural) en 1979. Hoy día es el lugar más visitado de Guatemala sin discusión alguna y seguimos conociendo más cosas sobre cómo fue en el periodo clásico maya, su momento cumbre. No sólo a través de los nuevos hallazgos en ella sino en estelas de otras ciudades mayas tanto de las Tierras altas como de las bajas. Fue esencial para comprender el universo de una civilización repartida en reinos y pueblos a lo largo de Guatemala, sur de México, Belice y parte de Honduras. Hay quien incluso habla de Tikal como la Nueva York de los mayas debido a la altura de sus construcciones.

Imagen vía satélite de Tikal (Guatemala)Vista de la Gran Plaza de Tikal a través de Google Maps.

20 POSTALES DE TIKAL: UNA RUTA PASO A PASO

Demasiadas palabras, ¿verdad? Vamos con una serie de ejemplos con imágenes con las que poder explicar mejor una ruta y dos viajes a esta ciudad embebida por la selva en Guatemala.

1. Todo viaje a Tikal comienza con Flores

Lago Petén Itzá (Guatemala) al atardecer

La isla de Flores, un regalo del lago Petén-Itzá, así como la ciudad que hay al otro lado del puente, Santa Elena, pueden considerarse las bases desde las cuales salir a explorar Tikal u otras ciudades mayas. Estamos en Petén, el mítico Petén, y desde allí se puede decir que nace este viaje a lo más profundo del mundo maya en la selva. Si bien Tikal es lo más conocido se montan rutas a otros emplazamientos cercanos como Yahxá, que también tuvimos la oportunidad de conocer sin la compañía de un solo turista. Sin hablar de El Mirador, ese sueño arqueológico para el que hace falta un duro trekking (Maya trekk) porque no existe carretera alguna para llegar hasta él.

Flores, cuya foto de un atardecer explosivo tras una dura tormenta, fue protagonista de uno de los últimos instantes viajeros publicados en este blog. Tras la tempestad siempre llega la calma.

Cómo ir de Flores (Santa Elena) a Tikal: Hay numerosos medios de transporte los que te hacen el traslado de Flores (Santa Elena) a Tikal, sobre todo minivans privadas que te buscan en el hotel (antes de que las busques te habrán encontrado a tí). Hay quien reserva (con antelación) no sólo el transporte de ida y vuelta desde el hotel, sino también las entradas, la comida en el complejo así como un guía experto en el mundo maya con el que conocer Tikal de una manera mucho más profunda.  El viaje suele ser de una hora y la recomendación es hacerlo lo más temprano posible si sólo se tiene previsto visitar Tikal. Eso fue lo que hice en mi primer viaje. En el segundo lo combiné con Yahxá y dejé Tikal para después de comer para quedarme a ver el atardecer. Yahxá es otra ciudad maya bastante más desconocida y que también merece una excursión de un día completo.

2. Manto de niebla sobre Tikal

Manto de niebla sobre Tikal (Guatemala)

Cuando se madruga para ver Tikal (abren a las 6:00 am) suele suceder que lleguemos justo en los instantes en que las nieblas matutinas se abrazan con la selva y, por supuesto, los templos de una de las ciudades más grandes del mundo maya. No hay que desesperar sino todo lo contrario. Es una niebla que se va marchando poco a poco, muy despacio, y que va despejando a medida nos internamos por los senderos en los que es fácil escuchar, y a veces presenciar, cómo despierta la naturaleza.  Personalmente creo que ver durante unos minutos a Tikal cubierta de niebla es parte del espectáculo. El encanto es aún si cabe, más cercano a los universos creados en nuestra cabeza cuando queríamos ser Indiana Jones…

3. La cara vista de las pirámides gemelas

 Pirámides gemelas de Tikal (Guatemala)

Al poco de haber iniciado el recorrido a las profundidades de Tikal, pasada la gran ceiba, nos encontramos con una de las primeras pirámides. En realidad, a pesar de estar viendo sólo una descubierta frente a varias estelas ya ilegibles, se trata de un complejo formado por cuatro edificios. Uno norte, otro sur, una pequeña pirámide al oriente (la de la foto) y otra al occidente. Estas estructuras o complejos tan simétricos conocidos como piramidales se construían al finalizar cada Ka´tun, es decir, cada período de veinte años en el calendario maya (haciendo la cuenta larga). Hay varios de estos lugares en Tikal, aunque el complejo Q (por el que se pasa siempre) podemos hacernos una idea de cómo eran estas pirámides conmemorativas. Lo más curioso es que los arqueólogos han destapado sólo una, la oriental, mientras que la occidental que queda justo en frente podríamos confundirla precisamente con una colina. Es el antes y el después de los trabajos de los arqueólogos y una manera de comprender cómo se encontraban muchos de los edificios de la ciudad maya de Tikal. De hecho casi el 80% de Tikal sigue formando parte de la selva y pasan perfectamente por colinas o accidentes naturales.

4. La Acrópolis Central de Tikal

Acrópolis Central de Tikal (Guatemala)

Las acrópolis, siempre a mayor altura que las plazas centrales en gran parte de las ciudades mayas, siempre albergaron las residencias de los personajes más importantes del momento. En Tikal es esencial la acrópolis central y lo ideal es acceder a ella antes de entrar a la Gran Plaza, apurando la vista magistral que nos espera (y si se ha levantado la mañana con niebla esperar a que se disipe del todo), y conociendo lo que sería el palacio de los reyes. Las ruinas de viejas dependencias, escalinatas, ventanales y puertas ya huecas por donde se cuelan ruidosas aves son realmente interesantes para visitar.

Se cree que la familia real de Tikal vivía en un complejo de aproximadamente una hectárea y media que contenía en torno a 45 edificios y 6 patios.

 5. Su Majestad el Templo V desde la Acrópolis, mi vista preferida de Tikal

Templo V de Tikal (Guatemala) visto desde la Acrópolis central

Justo en la parte más posterior de la Acrópolis Central y, por tanto, alejada de la Gran Plaza, se encuentra uno de esos lugares en los que conviene sentarse, respirar y tratar de asimilar dónde te encuentras. La vista escondida hacia el Templo V es, si no la más completa, la panorámica más sugerente de lo que viene a significar Tikal como ciudad arqueológica. El remate de la pirámide con recargados mascarones que se intuyen en la distancia es escapa de una maraña de árboles bien altos de copas frondosas. Es seguramente mi rincón preferido de Tikal, y en esta segunda incursión a las ruinas mayas recordaba perfectamente cómo llegar y busqué también la fotografía de este inigualable telón de fondo. No podía olvidar la primera vez que tuve frente a frente la imagen del Templo V donde además conté la suerte de ver pasar (y juguetear) por delante una familia de monos araña. Y sin nadie más…

6. La cúspide del Templo V

Cúspide del Templo V de Tikal (Guatemala)

Sin salir de la vista magistral del Templo V desde la Acrópolis Central es imposible no maravillarse con esta estructura de 57 metros (la segunda de todo el parque arqueológico tras el Templo IV), que tras diversas restauraciones y limpiezas es una de las pirámides más hermosas que uno puede admirar en Tikal. Construida en el año 700 después de Cristo (haciendo el paralelismo europeo, en España aún no habían entrado los musulmanes y vivíamos el período visigótico), siempre se ha creído que fue un lugar de enterramiento de un líder maya.  Los arqueólogos no dejan de investigar el lugar que hace apenas una década era una colina más del entorno. La Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, por su parte, ha participado muy activamente en las labores de restauración.

7. La Gran Plaza de Tikal (vista nº1)

Gran Plaza de Tikal (Guatemala)

Nos devolvemos hacia nuestras propias huellas en la hierba mojada y, sin ya neblina, nos asomamos desde un ángulo muy cercano al Templo I. Por lo tanto, echamos el primer vistazo desde la Acrópolis Central a la Gran Plaza. Es un primer acercamiento al lugar más importante de Tikal. La Plaza, entre la Acrópolis Central y la Acrópolis norte, nos deja dos pirámides I y II). Estos templos pertenecientes a la época del gran rey Jasaw Chan K’awil (siglo VIII dC) representan el periodo de máximo esplendor en Tikal. Y antes de bajar a la plaza tomamos fotografías desde distintos lugares medianamente elevados.

8. El Templo I resurge levemente

Templo II de Tikal (Guatemala)

Sin abandonar aún la Acrópolis Central y apurando el momento de bajar a la Gran Plaza, volvemos a encontrar señales que nos vuelven a incitar para tocar el corazón de Tikal. Levemente vemos asomarse el último cuarto del Templo I, el mítico Templo del Jaguar que sirve de icono para representar al tipo de pirámides mayas que sólo se hallan en este importante complejo arqueológico. Esta peculiar estructura (algo más estrecha y espigada) es única en el mundo maya.

9. La Gran Plaza de Tikal (vista nº 2)

Gran Plaza de Tikal (Guatemala)

Ya dispuestos a bajar a la Gran Plaza nos topamos con el Templo II que, aunque parezca extraño, fue construido con anterioridad al Templo I. Mientras éste (el II) tiene sus escaleras y su altar mirando al oriente, el Templo I o del Jaguar lo hace al oeste. Y como las casualidades no existen en las obras de las grandes civilizaciones, se entiende que uno buscaba mirar el amanecer, el otro hace lo propio con la puesta de sol. El principio y el final, la vida y la muerte…

No hace falta mucho para darse cuenta que Tikal es, además, uno de los lugares arqueológicos más impresionantes del mundo. Es comparable a muy pocas cosas…

10. Sentados en la hierba de la Gran Plaza frente al Templo I (El Gran Jaguar)

Templo I de Tikal (Guatemala) en la Gran Plaza

Por la mañana, salvo mucha suerte, se suele compartir la Gran Plaza con los demás turistas. No muchos, sobre todo si es temprano, pero es difícil quedarse a solas entre las pirámides I y II. En este segundo viaje a Tikal logramos estar absolutamente solos en la Gran Plaza. Y el momento no pudo ser mejor. Tiene su explicación, ya que mayoritariamente quienes hacen la ruta de Tikal acuden por la mañana y se vuelven aproximadamente para comer. Por tanto, en el tramo entre las 15:00 y 18:00 horas existen opciones (fuera de temporada alta) de vivir el corazón de la ciudad maya como si hubieses tenido que caminar durante días por la selva para vislumbrar un hallazgo arqueológico de estas dimensiones. Y compartirlo contigo mismo y tus compañeros de expedición.

Tikal con su color original

El Templo I o Gran Jaguar, de 47 metros de alto, se construyó para enterrar al Rey Jasaw Chan K’awil, artífice también del Templo II dedicado a su esposa, aunque jamás se supiera de la tumba de ésta. Algo que mucha gente desconoce es que todas estas pirámides estaban pintadas de vivos colores, aunque esta policromía se ha perdido completamente salvo en partículas que han servido a los arqueólogos para recrear cómo fueron exactamente. Imaginarse cómo fue Tikal hace mil años es posible gracias a estos trabajos.

11. La Gran Plaza de Tikal desde lo más alto del Templo II

La Gran Plaza de Tikal (Guatemala) desde el Templo II

Hace años se podía subir por los escalones de todas las pirámides de Tikal, pero para evitar dañar la estructura sólo en algunas de ellas se han habilitado escaleras. En la Gran Plaza unicamente se puede ascender el Templo II, también llamado de las máscaras. A partir del mediodía las vistas despejadas de la acrópolis norte o central y, por supuesto, de la pirámide del Gran Jaguar, son magníficas. Y, por ello, es uno de los lugares más recomendables para tomar fotografías.

12. El zorro de la pirámide

Zorro en el Templo II de Tikal (Guatemala)

Sin duda una de las grandes sorpresas que nos llevamos durante nuestra incursión por Tikal, la segunda en mi caso, tuvo que ver con un curioso «hallazgo vivo» en la pirámide de las máscaras, el famoso Templo II de la Gran Plaza. Cuando ya estábamos bajando las escaleras nos percatamos de que un pequeño zorro nos observaba desde arriba. Y tan rápido como vino, se fue. Cómo había llegado hasta allí, si se encontraba también su familia en alguno de los huecos de la pirámide o si se había quedado él solo a expensas de ser devorado por las rapaces que surcan los cielos del Petén son algunas de las preguntas que nos hicimos y nunca pudimos solucionar. Nunca me hubiera imaginado encontrar un zorro subido a los casi 40 metros de pirámide del Templo II.

13. Estelas y bajorrelieves en la ciudad de los mayas

Figura de un rey de Tikal en una estela

Una de las mejores formas que tenían los mayas de narrar y transmitir su historia particular era a través de las estelas. Grandes bloques de piedra caliza bien pulida, la misma con la que se erigían sus templos, era el manuscrito de la época. A través de figuras o jeroglíficos databan los acontecimientos más importantes del Reino. Gracias al desciframiento de estos jeroglíficos y a una comprensión más o menos nítida del calendario maya se ha podido saber de los líderes de estos reinos además de sus relaciones, bien de colaboración o rivalidad belicosa, con otros pueblos de alrededor. Se sabe que Calakmul, así como Caracol en Belice, fueron grandes enemigos de Tikal, mientras que la pequeña Quiriguá fue una gran aliada para derrotar juntas a Copán (Honduras). Todo nos lo cuentan las estelas, muchas de ellas deterioradas, pero algunas como la de la foto con un estado de preservación magnífico.

14. Tikal está en Petén y Petén es una selva…donde también viven las tarántulas

Sele con una tarántula sobre su mano en Tikal (Guatemala)

No hay que olvidar que las selvas del Petén están entre las más densas del planeta. Y como tal hay animales, no sólo mamíferos o aves sino también insectos. Por tanto, no podríamos considerar extraño que nos topáramos con una «bonita y peluda tarántula». En realidad nos advirtió sobre su presencia un señor que recogía hojas con una escoba. Y ni corto ni perezoso la cogió con la mano ofreciéndonosla posteriormente. Cierto es que nos lo pensamos pero… ¡qué demonios! Queríamos saber qué se sentía teniendo una tarántula en la mano y verla caminar sobre el brazo. Reconozco que las arañas, sobre todo en la cercanía, no son santas de mi devoción, pero desde ese día las tengo un poco más de aprecio. ¿Será verdad eso de que el roce (en este caso físico) hace el cariño?

15. El templo V desde la base

Templo V de Tikal (Guatemala)

Después de la Gran Plaza, de encontrarnos con un zorro en el Templo II y el «momento tarántula» que acabo de narrar, tomamos uno de los senderos hacia el sur, es decir, hacia el Templo V. Éste se trata del mismo que tantas veces había fotografiado desde la Acrópolis Central (postales 5 y 6 respectivamente). Tan solitaria ruina, la segunda construcción más grande de Tikal, es una pirámide que muestra dos caras muy distintas. Por delante, en el lado de la escalera, se ven los trabajos de restauración y limpieza de los arqueólogos, mientras que en los lados y en la parte de atrás todavía está camuflada por la vegetación de una falsa colina. Es la manera de comprender cómo se encontró Tikal en el siglo XIX y cómo podemos observar hoy día algunos de los edificios más importantes.

Mientras que en 2012 había unas escaleras por las que se podía subir por el lateral izquierdo, en 2014 éstas se habían eliminado por completo, quizás para evitar cualquier tipo de daño en la pirámide.

16. Los extraños caminantes de Tikal

Mono araña caminando por la selva en Tikal (Guatemala)

Cuando se aproximaba el fin de la tarde y ya casi todo el mundo se había marchado de Tikal, lo complicado era encontrarse con personas. Pero no con animales, con los loros revoloteando por encima amplificando su extravagante sonoridad, los curiosos pizotes (coatís de nariz blanca) o especies de roedores que dudara que existieran realmente. Por no hablar de los gritos lejanos de los monos aulladores y los más acróbatas de la selva, los ágiles monos araña. Dicen que estos últimos pasan la vida en los árboles, que forman parte incluso de una profecía maya que les impedía tocar el suelo. Pero en Tikal todo es posible y cuando terminábamos el sendero entre el Templo V y la Plaza de los siete templos vimos algo que normalmete es extremadamente complejo. Numerosos miembros de una familia de monos araña caminaban plácidamente por el suelo, bien estirados y muy al modo humano. Minutos antes nuestro amigo Willy Posadas nos había dicho que nunca veríamos un mono araña tocando el suelo, que jamás bajaban de los árboles. Pero sucedió lo que no podíamos imaginar y durante muchos minutos, encaramados a un antiguo templo observamos cómo andaban por allí cuando creían que nadie les miraba. La Naturaleza es así de caprichosa, y más en Petén, donde muchas veces abrimos los ojos pero no vemos…

17. Nos miran…

Mono aullador vigilando desde los árboles (Tikal, Guatemala)

Tantas escenas con los monos aulladores dan, al menos, para una postal más en esta sucesión de imágenes del Parque arqueológico y natural de Tikal. Estaban los que parecía el suelo les quemara y se limitaban a vigilar desde los árboles antes de iniciar una serie de piruetas en las que desafiaban al propio vértigo. Se les llama araña precisamente por el tamaño de sus extremidades, incluido el rabo, con el que se sostienen a pulso como si fuesen de puro acero. De rama en rama se sienten más seguros que en el suelo, aunque comprobásemos semejante excepción en la fotografía anterior, puesto que abajo quién sabe si puede aparecer el legendario jaguar, que no se le ve salvo cuando llega la noche y los vigilantes se lo encuentran cada dos por tres incluso en la Gran Plaza. No hay que olvidar que Petén es la selva con mayor densidad de jaguares por kilómetro cuadrado. Los «mortales» como nosotros no los vemos nunca, pero debemos saber que estamos precisamente visitando su casa.

18. La Plaza de los 7 templos… y el mundo perdido

Plaza de los siete templos de Tikal (Guatemala)

No nos queda mucho tiempo para marchar al Templo IV, el más alto de Tikal (que se sepa hasta la fecha si la arqueología no demuestra lo contrario), por lo que tenemos que dejar atrás la plaza de los siete templos, a nuestros amigos los monos y alcanzar cuanto antes El Mundo perdido. Suena todo a película de Spielberg, pero en este lugar todo resulta tan cinematrográfico que no se ha escatimado ni siquiera en la espectacularidad de los títulos. El mismísimo Indiana Jones se sentiría como en casa entre pirámides y templos arrebatados por la selva…

La Plaza de los 7 templos hace referencia a una fila de edificios simétricos ante una explanada de hierba y árboles. Es el acceso a la gran pirámide del Mundo perdido, cuyo envés aún está cubierto de vegetación. Este complejo se trata de una de las zonas más antiguas de Tikal y se cree fue en los inicios un centro de observación e interpretación astronómica en un tiempo en el que leer las estrellas era una forma más de administrar los designios de un reino. El Mundo perdido consta de 38 edificios nada menos y cuentan que su nombre viene de una desilusión de los arqueólogos al comprobar en una estela que la que a priori parecía una sociedad prehispánica idílica también practicaba sacrificios humanos a los dioses. Se pierde así una idealización, un mundo que creían diferente. No sé cuánto tiene de cierto esta hipótesis, pero es la única explicación que recibí cuando pregunté el porqué del mundo perdido.

Esta es otra de esas partes de Tikal donde hacer fotografías es un placer, y saberse casi siempre solo al estar suficientemente alejado de la Gran Plaza. Por otro lado, al estar un poco más alto se tienen más accesibles las copas de los árboles y es un punto excelente para observar aves. De hecho en mi primera incursión a la ciudad maya fue el lugar exacto en que vi volar a dos tucanes pico iris.

19. Tikal desde el Templo IV, el lugar en el que siempre hay recompensa

Tikal y la selva del Petén desde lo alto del Templo IV

No se me ocurre mejor final en Tikal que subir al Templo IV, el más alto del parque arqueológico con aproximadamente 66 metros. La pirámide de la serpiente bicéfala, centro funerario y ceremonial levantado en el año 734 por el hijo del Gran Jaguar, es accesible a través de escaleras externas y pasarelas con las que salvar el desnivel, la vegetación y las raíces enquistadas en una falsa colina. Es un lugar excepcional para cerrar ruta y sentarse a observar la puesta de sol (aunque esté detrás de los templos y haya que pedir permiso a los guardas para que te dejen pasar).

En el Templo IV uno se siente una hormiga sobre el dosel infinito de selva. El Petén no tiene límites y algunas pirámides (I, II, III o V) se escapan con sus crestones de la dictadura de los árboles. Como si fueran flores de primavera, se estiran en la búsqueda constante del sol, el origen y final de la vida. Es ahí donde se escriben los epítetos más poéticos de Tikal, donde desde un escalón anónimo de piedra siempre fría es inevitable pronunciar loas cargadas de solemnidad. Aquello es mucho más de lo que podría expresar un viajero, y no sirven demasiado las metáforas o hipérboles porque por sí sola Tikal es un género literario que limita nuestra manera de entender el lenguaje.

Una curiosidad, justo desde este punto se filmaron algunas escenas de la Guerra de las Galaxias (episodio IV), siendo la sede de los rebeldes en Yavin 4 (precisamente 4), una de las lunas habitables del gigante gaseoso Yavin. Igualmente aparece en Apocalypto, la cinta de Mel Gibson grabada en el año 2006.

20. Atardecer en el Templo IV de Tikal

Atardecer en Tikal desde el Templo IV

El sol, con su voracidad de siempre, condecora a los valientes que se quedan a despedirle con una soberbia actuación. El atardecer en Tikal sólo tiene un lugar, el Templo IV, y desde allí no cabe sino silencio y reflexiones de una mente en blanco incapaces de alcanzar sonoridad. El cielo se convierte en la hoguera de interminables ascuas incandescentes al otro lado de los árboles de la selva más impenetrable que uno se pueda imaginar.  Se termina la luz, pero empieza todo realmente…

Sele

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Viaje a Guatemala, el corazón del mundo maya

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