Hoy estamos de enhorabuena. Ya podemos anunciar que habrá Expedición Kamchatka en 2019. Todo está perfilado y bien hilado para llevar a cabo un asombroso viaje al extremo oriental de Siberia donde recorreremos parajes volcánicos y salvajes, accederemos a cuevas de hielo, surcaremos bosques petrificados por la lava y tendremos la oportunidad de ver y fotografiar enormes osos pardos en plena temporada del salmón. Utilizando vehículos 6×6 para adentrarnos por territorios indómitos de la que para muchos es la «Alaska rusa» pero donde todavía el turismo extranjero resulta casi anecdótico. Con más de una treintena de volcanes activos, la tradición de una tierra mágica que siempre estuviera habitada por los pastores de renos, la presencia de humeantes fumarolas, géisers y una fauna muy notoria en cielo, tierra y mar. Kamchatka es, sin lugar a dudas, uno de los territorios más auténticos e inexplorados de Rusia. Tanto que hasta los años noventa, tras décadas de guerra fría, no estuvo permitido el acceso de ciudadanos no pertenecientes a la Unión Soviética.

Tenemos fecha de salida, el 9 de agosto de 2019. Un viaje de aproximadamente dos semanas con plazas muy limitadas aptas para quienes ardan en deseos de apuntarse a una de esas citas de una vez en la vida. No todos los días se acampa frente a un gran volcán, ni se vuela en helicóptero para ir a ver osos, ni se baja en barca por un río salmonero ni se mira la vida desde un cráter donde conviven fumarolas y glaciares. ¿Quieres formar parte de esta gran aventura? ¿Te vienes este verano conmigo a Kamchatka? Pues sigue leyendo, que te cuento todos los detalles. 

¡Vámonos a Kamchatka!

Quizás lo recuerdes, la Expedición Kamchatka surgió hace aproximadamente un año de cara a septiembre de 2018. Planificamos este viaje con una ilusión y todos los empujones que tanto Pangea como yo pudimos dar para sacarlo adelante. Y nos quedamos en la orilla, a un pasito de poder salir a Rusia. Por eso en esta ocasión hemos aprendido de algunos errores y nos hemos adelantado todo lo posible. También hemos movido el viaje a unas fechas más propicias (del 9 al 23 de agosto) y bloqueado diez plazas. Por supuesto ahí no nos contamos ni Roberto Carlos López Seixas ni yo, que seremos quienes lideremos esta expedición.

¿Cómo es Kamchatka? ¿Dónde se encuentra?

Kamchatka constituye uno de los grandes (y últimos) tesoros naturales euroasiáticos y, me atrevería a asegurar, que del planeta. Un destino privilegiado que siempre han ansiado los amantes de la aventura, los nostálgicos de las expediciones de antaño, apasionados de la geología (la península se originó hace menos de un millón de años y continúa su formación) y, por supuesto, la fotografía. Los parajes naturales vírgenes y la posibilidad de avistar fauna como osos, alces, renos, lobos, linces y los pigargos gigantes (no existe águila más grande en nuestro planeta), así como ballenas, orcas, focas o nutrias marinas, hacen de éste un escenario predilecto para traerse a casa unas fotografías increíbles.

La península de Kamchatka (Камчатка en alfabeto cirílico) se ubica en el extremo oriental ruso con 1250 kilómetros de longitud y rodeada por el océano Pacífico. Se trata de una península de una enorme actividad volcánica ya que posee nada menos que dos cadenas de volcanes. Más de treinta se encuentran activos en estos momentos. Y, de hecho, los volcanes de Kamchatka forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que declara a esta parte Siberia como «una de las regiones volcánicas más excepcionales del planeta, debido a la gran concentración y variedad de volcanes en actividad, así como a la diversidad de los fenómenos geológicos conexos (…) La interacción entre volcanes y glaciares activos confiere al paisaje un dinamismo de gran belleza. Por otra parte, el sitio alberga la mayor variedad de salmónidos del mundo y grandes concentraciones de nutrias marinas, osos pardos y águilas marinas de Steller.»

Hablamos de un territorio con las dimensiones de Suecia (España sería poco más grande) pero con menos de medio millón de habitantes, con un número ingente de especies animales donde destaca el oso, aunque también hay alces, renos, zorros árticos y un largo etcétera que nos daría para escribir una enciclopedia del mundo animal.

Una península con muy modestas infraestructuras, donde apenas hay carreteras y no tienen cabida los vehículos normales, por lo que aún se utilizan esos camiones militares de la guerra fría reconvertidos para otras actividades más corrientes. Donde hay pocos hoteles fuera de la capital, Petropávlovsk, de ahí que para poder permitirse acceder a determinadas zonas fuera de los núcleos urbanos haya que improvisar campamentos y dormir en tiendas de campaña. En plena naturaleza.

Alaska tiene dos millones de visitantes por año. Kamchatka apenas llega a los 200.000, en su mayoría de origen ruso. Aficionados a la naturaleza más salvaje, a caminar por senderos agrestes, a perderse en la soledad de un paisaje. A estar relativamente desconectados de la rutina para conectar precisamente con el mundo.

¿Te sigue llamando la atención Kamchatka? ¿Sigues pensando que quieres formar parte de la expedición? Entonces sigue leyendo, que aquí te cuento más de lo que estamos tramando…

Algunas de las cosas que haremos en el viaje a Kamchatka

Para este gran viaje a Kamchatka contaremos con vehículos todoterreno así como un camión 6×6 que nos permitirá avanzar por terrenos abruptos. También propondremos excursiones en helicóptero así como en barco. Pero serán, sobre todo nuestros pies, quienes nos permitan disfrutar de Kamchatka en un recorrido ambicioso en el que no faltará de nada. Casi calcado, de hecho, al que propusimos hace un año aunque cambiando septiembre por el 9 de agosto (salida única):

• Iniciaremos ruta en Petropávlovsk, la capital de la Península de Kamchatka, habitada por la mitad de la población presente en la región y que fuera fundada en 1740 por Vitus Bering, el explorador danés que da nombre precisamente al Estrecho de Bering que separa Asia de América (O Siberia de Alaska). Pernoctaremos en hotel, el último en varios días.
• Llevaremos a cabo una bonita travesía en barco por la bahía de Avacha. Estaremos preparados para fotografiar la fauna marina que habita la zona (focas, frailecillos e incluso opción de ver ballenas), además de disfrutar de una perspectiva del horizonte volcánico de Kamchatka.

• Buscaremos ascender al cráter superior del volcán Mutnovsky. Un camino en el que nos aguardarán los glaciares, las fumarolas y, sobre todo, unas vistas que quitan el aliento. También transitaremos otro volcán considerado activo como el Gorely, subiendo a través de coladas de lava petrificadas, sin olvidarnos de la zona de Tobalchik, que erupcionó fuertemente hace cinco años. Por supuesto este plan nos hace depender de las condiciones meterologócias y vulcanológicas. ¡Kamchatka es una caldera en pleno cinturón de fuego del Pacífico! ¿Os imagináis que coincidimos con una erupción en la zona? No me lo perdería por nada del mundo.

• Conviene tener en cuenta de que, dado que nos internaremos en territorio salvaje y sin apenas infraestructuras, habrá numerosas noches en las que hagamos acampada, aunque alternaremos con algún hotel entre medias. La idea es pernoctar en los escenarios más idílicos. Y después de las travesías o los recorridos, contar con una reconfortante y caliente cena.

• Bajaremos haciendo rafting (muy suavecito) en el río Bystraya. Precisamente se trata de una zona donde suelen avistarse osos, y más en la época del salmón, así que permaneceremos atentos por si podemos ver alguno.
• No está de más meter algún bañador en la maleta porque hay aguas termales, como buen destino volcánico como es Kamchatka. Por supuesto tendremos ocasión de probarlas.

• Se propondrá un vuelo en helicóptero al lago Kuril (con descenso para ver a los osos pescando salmón) o al increíble valle de los géiseres. Yo después de ver osos en Alaska, os aseguro que, si el tiempo no lo impide, trataré de hacer lo del lago Kuril. Y más sabiendo que en agosto puede haber decenas en el lago atiforrándose e a salmón.
• Todas las noches mantendremos buenas conversaciones sobre viajes (y sobre fotografía) junto al fuego de una hoguera o en el entorno del campamento. Estoy convencido de que daremos varias vueltas al globo terráqueo a través de grandes destinos y mejores historias por contar.

Cabe destacar que el programa, tratándose de un destino en el que la naturaleza se encuentra tan presente, está sujeto a cambios. Aún así contamos con alternativas suficientes. No estamos dejando de buscar atractivos para aprovechar al máximo la experiencia. No conviene olvidar que a Kamchatka no se viaja todos los días…

Como ya dije en su momento, este proyecto, la Expedición Kamchatka es algo más que un proyecto. Se trata de un reto. Sin duda algo que no suena extraño a cuando se tiene a las puertas uno de esos viajes de los de una vez en la vida.

En los próximos días, semanas y meses iré publicando novedades tanto en el blog como en las redes sociales Twitter, Facebook e Instagram.  Probablemente también organicemos alguna charla en la propia Pangea para contaros más cosas sobre lo que estamos organizando e irnos conociendo.

¿Nos veremos en Kamchakta en agosto de 2019? ¡Yo espero que sí!

Sele

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