Cuacos de Yuste y la última voluntad del Emperador Carlos V en La Vera
¿Por qué un emperador como Carlos V, de seguro entre de las figuras más poderosas de la Historia, decide despojarse de la corona y retirarse a un lugar apartado y solitario como un monasterio como es del de Yuste en el extremo occidental de la comarca de La Vera? Esa pregunta nos la hemos hecho muchas de las personas que hemos estudiado los pasos de este insigne personaje histórico. Pero cuando uno alcanza la cacereña Cuacos de Yuste y se decide por fin a indagar en sus verdes bosques, desgajar el rumor de las gargantas de agua abiertas en canal desde la Sierra de Gredos o abrir los oídos a la sinfonía onírica de los pájaros alrededor del tapial de la vieja abadía resulta más fácil entenderlo todo. Ni todo el poder que un día el monarca sostuvo en sus manos se compara con la sensación de haber hallado por fin el sitio que muchos llevan (llevamos) buscando tanto tiempo. En la bella Cuacos, los sorprendidos visitantes quienes un día se empeñan en perseguir el epílogo de este retiro imperial, coinciden en la sensación de tocar con la yema de los dedos un capítulo fundamental de la Historia así como de encontrarse a sí mismos.
Este lugar lo tiene realmente todo. Una abrazo amable de naturaleza y flores pintando la foresta, fuentes manando agua fresca en el recato de las plazas, los nervios de madera sobresaliendo de las fachadas de un conjunto histórico-artístico con aroma a pimentón y a retamas en flor. Turismo rural con mayúsculas. Todo cuanto hay que ver en Cuacos de Yuste es capaz de ilustrar una escapada excepcional y, por qué no, una retirada a tiempo en forma de victoria.
Cuacos de Yuste, una decisión sensata
Cuando en la Flandes de 1555 el Emperador Carlos V anunció el momento de echarse a un lado, tambalearon los cimientos de la Corte, de Europa y del mundo. El hombre más poderoso de la Tierra tenía el deseo de terminar en paz en un lugar que por entonces nadie hubiese imaginado. Pretendía apartarse a un rincón del que le habían hablado muy bien en la comarca de La Vera, al norte de Cáceres, resguardado por montañas, bosques interminables y la sacralidad de un monasterio de monjes de la Orden Jerónima. El monasterio de Yuste y la entonces aldea de Cuacos se prepararon para ser la humilde morada, suficientemente alejada del ruido de la Corte, de quien hasta entonces había regido los designios de un imperio donde no se ponía el sol. El nacido en Gante anhelaba estar cerca de Dios, cerrar cuentas pendientes y decir adiós sin ruido ni pompa. Aunque tampoco vayamos a crear se iba a convertir en un eremita de la noche a la mañana ni a retirarse a rezar padrenuestros en una celda monacal. Ordenaría la anexión de un palacio al monasterio ya existente desde donde seguiría recibiendo insignes invitados, familiares y hasta un hijo no reconocido que también estaba predestinado a convertirse en Leyenda. Su delicada salud era una mochila de piedras, pero tampoco le privó de ciertos lujos, buenos asados, cerveza a mansalva y dar rienda suelta a su afición por los relojes y otros aparatos mecánicos para los que hizo traer un «relojero» con alma de Leonardo Da Vinci llamado Juanelo Turriano.
La llegada del Emperador con su séquito un 22 de febrero de 1557 debió ser la comidilla de Cuacos y otras aldeas próximas. Compuso un gran capítulo de una gran Historia. Pero para Cuacos de Yuste (antaño su apodo era «de La Vera» como en buena parte de los pueblos de la comarca) aquello supuso germinar un futuro prometedor y tan florido como las retamas de una eterna primavera. Casi cinco siglos después de la muerte de Carlos un 21 de septiembre de 1558 la impronta de aquellos meses de estancia continúa latente.
Un adalid del Turismo Rural en España
Cuacos de Yuste no se terminó el día que el Emperador cerró los ojos. Al contrario. Esta población de alrededor de 800 habitantes se mantiene hoy día como uno de los valores turísticos más importantes de la comarca de La Vera, de la provincia de Cáceres, de tierras extremeñas y, por supuesto, de España. De hecho es una de las candidatas que se postulan en 2021 como Capital del Turismo Rural según el portal EscapadaRural.com y cuyas votaciones están abiertas hasta el 14 de mayo (vota aquí), siendo el día 18 cuando se publique el veredicto final.
Mi última visita a Cuacos de Yuste coincidió con el honor de haber sido designado embajador de la localidad cacereña (Gracias Alcalde) para este hecho de la capitalidad rural. Uno de esos orgullos que uno acumula en un cajón de buenos recuerdos. Y por el cual hoy os encontráis leyendo el presente escrito que tenéis frente a vuestros ojos.
¿Qué ver en Cuacos de Yuste? Lugares y razones esenciales para marcarse una escapada rural a la última morada del Emperador
A continuación detallaré esos lugares, razones o quehaceres con los que componer una buena ruta o estancia en Cuacos de Yuste. Bien para una escapada de un día o para quedarse un fin de semana, unas vacaciones o lo que sea preciso, ya que además puede ser la base ideal para recorrer la comarca de La Vera en su totalidad. Más de una quincena de alojamientos rurales en el término municipal avalan esta posibilidad. Ya veréis cómo hay muchos más rincones que visitar y disfrutar en Cuacos que el propio monasterio. Por supuesto éste se trata de su imán más poderoso, pero no el único.
Visitar el Monasterio de Yuste e ir tras las huellas del gran Carlos V
De un modestísimo cenobio de comienzos del siglo XV a un monasterio jerónimo. Y de ahí a un palacete imperial donde ofrecer cobijo a la personalidad más importante de la época en sus últimos años de vida. Por supuesto hay un antes y un después de la llegada de Carlos V junto a su séquito, mayoritariamente flamenco. Algo apreciable en las obras de la casa-palacio a las que se agarra la hiedra en unos balcones que se asoman a un estanque diseñado por Turriano, el ya mencionado relojero, alejado de los dos claustros, gótico y renacentista, que posee tan peculiar conjunto.
Por ello hay que considerar la visita en una doble vertiente, la puramente monacal que se percibe en dichos claustros, en el refectorio o en la iglesia gótica con la réplica en el altar mayor de «La Gloria» pintada por Tiziano cuyo original se exhibe en el Museo del Prado, y que encargaría para la ocasión el mismísimo emperador para poderla contemplar desde una vasta apertura realizada en un costado de su dormitorio. La otra faceta sería, como no podía ser menos, la del palacio en sí mismo, las dependencias que acogieron al monarca «retirado» (realmente seguía al pie del cañón todos los asuntos) así como a buena parte de sus acompañantes.
Se puede realizar esta visita por libre, pero para comprender muy bien los pormenores de lo sucedido en el lugar en tiempos de Carlos y hacerse una buena composición de todo, recomiendo encarecidamente hacerla de manera guiada. Y si se tiene la suerte de que te asignen a Julia, que incluso tuvo un papel en la serie de RTVE «Carlos, Rey Emperador», puedo asegurar que el recorrido se hace aún más apetecible por la gran cantidad de enseñanzas y anécdotas impartidas con la pasión de a quien le entusiasma su trabajo.
Resulta esencial darse un paseo por los jardines frente al palacio y gozar con la paz del estanque, lugar al que, por cierto, algunos estudiosos de la vida y muerte del Emperador atañen la culpa de la enfermedad de paludismo contraída por éste, ya que avivaría la presencia de mosquitos. No hay que olvidar que la malaria no se erradicó de la comarca de La Vera hasta entrados los años sesenta del pasado siglo.
Enormes eucaliptos cuya circunferencia supera los cinco metros, nos acompañarán en la salida. Si es posible rodear el tapial, ofrece unas vistas agradables de los bosques que encandilaron al mismísimo Carlos V. Aunque las mejores panorámicas del monasterio están bastante más arriba (ver en el próximo apartado «el mirador de la barrera de Yuste»)
PRECIO Y HORARIO DE VISITAS (ACTUALIZADO A ABRIL DE 2021)
El monasterio de Yuste se puede visitar de martes a domingo (lunes cerrado) de 10:00 a 19:00 horas de abril a septiembre (incluidos), mientras que de octubre a marzo los días de diario abre de 10:00 a 16:00 y sábados y domingos de 10:00 a 18:00. Durante los oficios religiosos no se podrá visitar la iglesia (Horario de misas: Martes a sábado de 13:00 a 13:30 y domingos de13:00 a 14:00), aunque sí todo lo demás.
El precio normal de la visita libre es de 7€ por persona, aunque conviene saber de abril a septiembre los miércoles y domingos de 15:00 a 19:00 y de octubre a marzo los miércoles de 10:00 a 16:00 y domingos de 15:00 a 18:00 horas, la entrada es gratuita para los ciudadanos de la Unión Europea que así lo acrediten. Para hacer la visita guiada hay que añadir 2€ más.
* Nota: Dada la variabilidad de los horarios y precios en tiempos de pandemia, se puede obtener más información en la web oficial entradas.patrimonionacional.es/es-ES/informacion-recinto/17/monasterio-yuste donde incluso es posible adquirir las entradas online)
Admirar el paisaje desde el mirador de la barrera de Yuste
Si resultan estupendas las vistas que Carlos V obtenía desde su recién estrenado palacio dentro del monasterio, las que se pueden disfrutar desde el mirador de la barrera de Yuste, en un espacio mucho más elevado, me parecen realmente extraordinarias. Recién tomada la carretera hacia Garganta hacia la Olla desde el propio monasterio aparece de manera repentina un desvío señalizado a mano derecha. La gente suele subir con sus propios vehículos, aunque se trata de una pista sin asfaltar la cual, si ha llovido recientemente, puede entrañar cierta dificultad (sobre todo si la suspensión de los automóviles es baja). Después de unos pocos kilómetros se alcanza un mirador de madera con una mesa y sus correspondientes asientos desde donde la vista no sólo llega a la abadía amurallada sino hasta los mismísimos Montes de Toledo cuando hay suficiente claridad en el horizonte.
Ir al cementerio alemán
A mitad de camino entre el monasterio y el pueblo de Cuacos de Yuste por la carretera que los une (EX-391) despierta cierta curiosidad la presencia de un cementerio alemán. Mucha gente entonces se pregunta qué es lo que hace un camposanto de tumbas de un país extranjero en este recodo de La Vera. La respuesta la obtenemos nada más acceder al lugar. Se trata de un cementerio militar donde hay enterrados nada menos que 26 soldados de la I Guerra Mundial y 154 de la II Guerra Mundial. En 1983 la embajada alemana en España inauguró este cementerio en el cual reposan los restos de militares germanos fallecidos en territorio español, en su mayoría tripulantes de aviones caídos o derribados, submarinos u otros navíos hundidos para su desgracia.
Todas las sepulturas son idénticas, cruces de granito oscuro con inscripciones que indican el nombre y apellido del soldado, su categoría militar, así como su fecha de nacimiento y muerte. Llama la atención la juventud de la mayoría de los mismos, siendo mayoritariamente de poco más de veinte años.
La embajada alemana organiza una ceremonia in situ cada año el segundo sábado de noviembre. Y los horarios de apertura de este pequeño y sobrio recinto son bastante amplios, por lo que se puede visitar sin dificultad alguna. Un lugar realmente interesante.
Pasear por el conjunto histórico-artístico de Cuacos de Yuste
La Villa de Cuacos de Yuste ya fue declarada como Paraje Pintoresco en 1959, aunque años más tarde sería englobada dentro de la categoría de Conjunto Histórico-Artístico, uno de los cinco con los que cuenta la comarca de La Vera. Y razón hay para ello, aunque sé de buena tinta que sucede no pocas veces de visitantes que pasan con su vehículo por delante cuando van camino del monasterio y cometen la insensatez de no detenerse. ¡Craso error! Hay que parar en Cuacos, olvidarse del coche y ponerse a caminar por el casco viejo estupendamente conservado de un municipio con muchas huellas de su pasado. Con lustrosas plazas bien conectadas por una red de callejuelas estrechas y con el denominador común de las fuentes, que recuerdan que nos encontramos en un área donde el agua fría mana desde solitarios parajes serranos.
Se puede empezar por la Plaza Juan de Austria, a la cual no sería descabellado definir a sí misma como una especie teatro al aire libre con su propio graderío, columnatas que sostienen sombríos soportales y casonas ilustres como la que acogiera durante meses al pequeño Jeromín, un niño que no sabía que le habían traído a la aldea para conocer nada menos que al Emperador Carlos V. Y quien era, además, su padre, aunque esto se convirtiera en un secreto de Estado hasta que el monarca dejara por escrito a su hijo Felipe II la verdad de quien, a la postre, sería Juan de Austria, héroe de Lepanto y Gobernador de los Países Bajos españoles. Existe además una leyenda sobre algo acaecido con este personaje como protagonista, quien a sus once años tuviera una refriega con los niños de Cuacos, los cuales, por supuesto no sabían de la condición de hijo ilegítimo del bueno de Jeromín. Se cuenta que fueron llevados ante el mismísimo Emperador quien les pidió las explicaciones pertinentes. A ellos y sus padres, otorgándoles su perdón y haciéndoles volver por donde habían venido. Desde entonces se considera a los cuaqueños como «Los perdonaos», un apelativo que en el pueblo se lleva con bastante orgullo.
A un costado de la Plaza Juan de Austria, de un roquedo corre el agua en la Fuente de la Higuera. Si se baja la cuesta se llega enseguida a la Plaza de España, la más grande de la villa y seguramente de toda la comarca. También porticada (dicen que con restos de columnas del monasterio tras las desamortizaciones) y también con su propia fuente. De ahí que la unión entre ambos lugares sea denominada calle Entrefuentes. En esta plaza late el día a día de un pueblo vivo que poco tiene que ver con la España vaciada. Se percibe este rumor ciudadano en los bares, siempre ajetreados, comercios así como en las fachadas vetustas que no han quedado como museo sino que abren sus persianas cada mañana.
Tomando la calle Teodoro Perianes desde el Café Bar La Posada (lugar excepcional para comer de raciones) se advierten algunas fachadas ilustres, destacando sobre todas ellas la conocida como Casa de los Carvajales, palacete de aires flamencos que destaca por una pequeña ventana geminada en la parte superior posada sobre el escudo de la familia Carvajal. Se sabe que tuvo como morador a un escribano del siglo XVI llamado Rafael Castaño.
No cuesta entonces alcanzar la iglesia consagrada a la Virgen de la Asunción donde se abre otra plazuela. Casualmente aquí se ubicó en sus tiempos el barrio judío, aunque ahora apenas queda nada de entonces. El templo ha tomado varios estilos arquitectónicos desde sus inicios en el siglo XIII hasta alcanzar el aspecto que tiene en la actualidad. Llama la atención el órgano, traído de Amberes (Flandes) y que tiempo atrás formó parte del monasterio de Yuste. A a vista de todos está en la cúspide el escudo de la Orden de los Jerónimos.
Cuando se sube por la calle en honor al poeta Gabriel y Galán se llega al que, a mi juicio, es el rincón con más encanto y fotogenia del pueblo. Se trata de la Plaza de la Fuente de los Chorros, un rincón extremadamente coqueto que plasma la mejor arquitectura rural de La Vera y donde merece la pena sentarse a escuchar el susurro líquido que brota del viejo surtidor. No es para nada extraño que dicha fuente se haya convertido en el icono de la Mancomunidad Intermunicipal de La Vera, cuya sede se encuentra precisamente en la vieja casa de Jeromín en la ya mencionada Plaza Juan de Austria. Sería ésta un buen lugar donde redondear esta bonita ruta a pie por las calles del pueblo. De eso no me cabe duda.
Acudir al mirador del paraje de Las Ollas de Cuacos
Antes hablaba del mirador que se asoma a la vieja abadía. Se debe salir del pueblo hacia el viejo cementerio municipal (y dejar allí el vehículo) para arribar a este recién acondicionado escenario desde el que descubrir un paisaje donde el agua ejerce una labor escultórica con las rocas. La Garganta de Cascarones aguarda a los visitantes tras unas novísimas escaleras de madera que desembocan en una pequeña plataforma. En la misma el mero hecho de contemplar cómo cae el agua en este curioso entramado natural se convierte en uno de esos momentos donde conviene respirar fuerte y borrar de la memoria los días aciagos del confinamiento.
Un día de campo en Valfrío
Después de abandonar el mirador, continuando durante varios kilómetros por la misma carretera (Calle Cáceres) sin volver la mirada a Cuacos se alcanza una pradera donde es posible disfrutar de un precioso día de campo junto al mismo río que veíamos caer hace un momento. Sale a la palestra un entorno completamente bucólico con puente de piedra, refugio y una delicada explanada de hierba a la cual en verano la gente se lleva la comida y aprovecha a darse un buen baño.
La carretera para llegar a Valfrío es lo bastante estrecha como para no ir muy deprisa, ya que no son pocos los tramos en las que si se encuentran dos coches, al menos uno debe apartarse para dejar paso.
Refrescarse en «El bañaero»
Para ir a «El bañaero» no hace falta coche sino un tranquilo paseo desde el pueblo. Hay apenas kilómetro y medio saliendo por la Plaza de España por la calle Teodoro Perianes y desviándose por la Francisco Pizarro. Es la piscina natural más próxima al casco viejo de Cuacos y tiene bastante ambiente cada verano, sobre todo en fines de semana, para aliviar de un plumazo los rigores del estío. ¿Quién dijo que en Extremadura no había playa?
Echarle a la vida un poco de pimentón (de La Vera, por supuesto)
Nada menos que cinco fábricas de pimentón son las que cuenta Cuacos de Yuste en su término. ¡Casi nada! El oro de La Vera es color rojo y lleva denominación de origen. No es sólo un condimento que arroja toneladas de sabor y que quien os escribe utiliza siempre que puede. En cierto modo se trata la plasmación de una y mil tradiciones de esta comarca que no duda echarle en pimentón a la vida.
Hay varios comercios en el pueblo donde adquirir este y otros productos de la tierra. Así como a pie de fábrica, como sucede con Hijos de Salvador López SL (Avda Constitución 4), donde se desarrolla un producto atractivo no sólo en sabor sino en diseño artístico de sus envasados (sus botes son dignos de coleccionar). Se trata de «Las Hermanas», marca gourmet que mima todos los procesos para obtener un estupendo resultado culinario bajo el sello que aporta la Denominación de Origen Protegida Pimentón de La Vera.
Hacer la ruta del Emperador desde Jarandilla
Un momento señalado para acercarse a la zona es el primer fin de semana de febrero, cuando se realiza el trayecto entre Jarandilla de la Vera y el monasterio de Yuste. Se conmemora el último viaje del Emperador Carlos V desde el castillo de los Condes de Oropesa (actual Parador Nacional de Turismo) a su retiro en la abadía Jerónima. Para la ocasión, año tras año acuden múltiples visitantes para disfrutar de una travesía de diez kilómetros durante aproximadamente tres horas, aunque esto depende del ritmo de cada uno o de si nos entretenemos, como es lógico, con las representaciones teatrales programadas así como de los mercados donde se retrasa la manecilla del reloj unos cuantos siglos.
Una actividad que unos hacen a pie, otros en bici y más de uno… ¡A caballo!
Abrirse a La Vera desde Cuacos
Desde Cuacos al resto de La Vera hay sólo un paso. Puede considerarse una base excelente desde la cual recorrer esta belleza cacereña en forma de fértil comarca. Con diecinueve municipios donde se conserva buena parte de su típica arquitectura rural verata, castillos y otros vestigios del medievo, costumbres que se pierden en la memoria de los tiempos (me vienen a la mente «Los empalaos» en Valverde de la Vera), gargantas donde el agua construye inmejorables piscinas naturales, senderos por el bosque y la montaña, una deliciosa gastronomía. Y todo envuelto en un paisaje vestido de verde y una climatología envidiable.
Y si se desea seguir la última estela de Carlos V y la influencia de su paso por aquí, existen motivos más allá del célebre monasterio. El ya mencionado castillo de Jarandilla donde éste se quedó varios meses mientras terminaban las obras de su estancia en Yuste. O, aún más cerca, en Garganta La Olla, pueblo pintoresco que por sí mismo merece dedicación, sobrevive un lugar al que se le conoce como Casa de la muñecas (C/ Chorrillo, 3) en el cual se levantó un prostíbulo para el séquito del emperador. Su fachada azul sorprende de por sí, pero le termina de delatar la escultura de una mujer labrada en el dintel de la puerta principal con la clásica falda de «picos pardos», vestimenta usual de las meretrices de entonces. Por la otra puerta se accede a un comercio de productos típicos extremeños (Tu rincón) que pide entrar a gritos. Tanto por el buen género como por la gran conversación que asegura su dueño y morador de la casa de las muñecas, Mario. No tiene Garganta La Olla mejor embajador que él.
DÓNDE COMER BIEN EN CUACOS DE YUSTE (RESTAURANTES)
- Hotel Rural Abadía de Yuste (Avda Constitución, 73): El restaurante del hotel no defrauda en absoluto. Calidad y contundencia gastronómica, atención inmejorable.
- Hotel Moregón (Avda Constitución, 77): Su recetario, con buena muestra de la gastronomía tradicional verata, es tan amplio como su acogedor salón. Precios asequibles. Recomiendo no saltarse su pluma ibérica con torta del Casar.
- Café Bar La Posada (Plaza de España, 3): Perfecto para comer de raciones. Realmente no hay nada que hagan mal. Recomiendo probar las albóndigas caseras o la oreja. Aunque su fuente de alitas de pollo es otro imprescindible.
- El rincón de Yuste (Plaza de España, s/n): También en la Plaza de España. Un lugar con gran variedad de platos.
DÓNDE DORMIR EN CUACOS DE YUSTE (SELECCIÓN DE ALOJAMIENTO)
– Hotel Rural Abadía de Yuste (Avda Constitución, 73): Un hotel cuatro estrellas que recrea un pueblo tradicional de La Vera, con habitaciones amplias y confortables cuyos nombres están relacionados con lugares importantes en la vida de Carlos V (Malinas, Lovaina, etc.).
– Hotel Moregón (Avda Constitución, 77): Una versión más modesta que el anterior pero también una gran opción a ser tenida en cuenta. Habitaciones espaciosas y limpias.
– Casa Rural «Paraje de Yuste» (Pasaje Cerro de Santa Ana s/n): En un antiguo secadero de pimientos frente a la ermita de Santa Ana se encuentra esta casa rural que se puede alquilar por completo para hasta 6/8 personas. Cuidada hasta el último detalle y con jardín para disfrutar de buenos momentos en exterior.
– Entrefuentes (Plaza de España, 17): Apartamentos rurales en una casa restaurada en el corazón de Cuacos de Yuste. Sin duda constituye una de las mejores opciones calidad/precio en la localidad. Espacios muy renovados y con encanto, sobre todo los que ofrecen su balcón a la Plaza de España.
– Casona de Valfrío (tipo villa lejos del casco urbano válida para mucha gente): Una alojamiento rural con categoría 5 estrellas que se alquila de manera íntegra. Se trata de una vieja edificación agrícola convertida en uno de los alojamientos con mayor encanto de la comarca. Con capacidad de 12/15 personas en sus 6 habitaciones dobles con baño dentro. Una parcela importante y, por supuesto, piscina.
¿CUÁNDO VIAJAR A CUACOS DE YUSTE Y LA COMARCA DE LA VERA?
Si algo tienen tanto Cuacos de Yuste, como, por supuesto, la Comarca de La Vera, es que todas las estaciones del año le sientan bien. Esos bosques caducos brillan en primavera y se pintan magistralmente todos los otoños. En verano es tiempo de bañarse al aire libre en decenas de gargantas aptas para esta práctica. Y sus inviernos, nada crudos, a la soledad y la calma ven incorporarse momentos memorables como el de la ruta de Carlos V.
Yo diría que cualquier momento del año es bueno para visitar esta zona de España situada apenas a un par de horas de ciudades como Madrid, Ávila, Salamanca o Toledo. Y a tiro de piedra de Talavera, Cáceres o Plasencia. Para hacer individualmente o combinarlo con otras comarcas cacereñas como el valle del Jerte, valle del Alagón o Tierras de Granadilla por poner unos pocos ejemplos.
Palabra del orgulloso embajador de Cuacos de Yuste. Por cierto, ¿ya has votado para que sea declarado capital del turismo rural?
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: No te pierdas todos los artículos sobre la provincia de Cáceres en este blog. Así como la sección RINCONES DE ESPAÑA.
One Reply to “Cuacos de Yuste y la última voluntad del Emperador Carlos V en La Vera”
Genial artículo y súper interesantes todos los puntos, ¡enhorabuena!