Islandia, la Tierra tal cual era - El rincón de Sele

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Islandia, la Tierra tal cual era

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Hay viajes que te llevan a conocer de verdad el planeta en el que vives. Lugares donde escuchas respirar al suelo que pisas, ves avanzar una alfombra de hielo procedente de grandes glaciares y piensas en erupciones volcánicas más de lo normal. Son incursiones a la geografía terrestre en todo su esplendor. Y en las que te das cuenta que algún día la Tierra fue así, se creó así. Ese viaje es Islandia, un país que se abre entre placas tectónicas, el musgo se apodera de campos de lava infinitos y las fumarolas se convierten en las improvisadas chimeneas de los elfos.

Laguna Jökulsárlón de Islandia

Acabo de regresar de Islandia, vasto territorio que los vikingos ocuparon para perpetuar su leyenda, y tengo la sensación de que vengo del mismo centro de la Tierra que nos narrara Julio Verne.

Islandia, un punto caliente en el globo

Islandia es una maravilla geológica en su máxima magnitud. No deja de moverse, de crecer. En definitiva, de crearse una y otra vez. Basta con escuchar las noticias y aprender nombres eternos de volcanes que escupen lava e interrumpen el tráfico aéreo (¿Recordáis el Eyjafjallajökull ?). Basta con leer sobre el país y comprender que no sólo se sitúa a un paso del Ártico en la división de las placas americana y euroasiática sino que también es uno de los puntos más calientes de la Tierra.

Géiser en Islandia

En Islandia siempre se aprende

Como viajero tengo que reconocer que Islandia para mí era un reto. Deseaba recorrer la isla, dar la vuelta completa con el coche por su mítica Ring Road (la carretera circular que bordea el país) y ser testigo de algunos de los paisajes más maravillosos del mundo. Tenía mis dudas sobre si hacerlo solo, y más cuando el viaje lo llevaba a cabo un par de meses antes de que llegara el verano y el clima no era el más óptimo. Pero tras el regreso no sólo no me arrepiento sino que me reafirmo en que Islandia es ese país que venía buscando. Y que este era el momento adecuado. Las expectativas, que eran altas, se han visto seriamente superadas por la realidad.

Carretera circular de Islandia

He visto romperse grandes témpanos de hielo, he oído cómo cruje un glaciar, me he bañado en una poza de agua caliente mientras estaba nevando y he asistido a la llegada primaveral de cientos de frailecillos que se apoderaban de los acantilados. También, y es que todo hay que decirlo, me las he visto y deseado para avanzar en el norte sin quedarme tirado por un temporal con tormenta de nieve incluida y vientos que cortaban la piel. Pero eso fue parte del reto, del aprendizaje. Islandia no es un viaje idílico. En Islandia, como en todas partes, existen los contratiempos, los instantes inesperados que nos llegan a exasperar y, por supuesto, las sorpresas positivas que nos regalan algo que ni habíamos imaginado. Son cosas relacionadas con depender de la naturaleza y en las que, por fortuna, el ser humano no ha podido meter mano todavía.

Sele en un glaciar de Islandia

Cuando venía un día malo, aparecía una sonrisa de la nada que me sacaba del atolladero y me prestaba su pala para sacar el coche de la nieve. Si me había desesperado por no ver una sola aurora boreal (cosas de abril, que las probabilidades de fortuna en este sentido son menores) se me pasaba cuando salía del mar la cabecita inocente de una foca justo en el preciso momento en que se ponía el Sol. Si el salto de una ballena se me resistía entonces se fragmentaba un iceberg para dar vueltas sobre sí mismo y regalarme sus destellos azules. Porque cuando la luz acompaña el hielo llega a ser azul. Y eso es algo que me sigue pareciendo increíble por muchas veces que lo haya presenciado.

Sele en la laguna Jokulsarlon (Islandia)

Islandia, paisaje de paisajes

Islandia abruma con su paisaje en bruto, tan hecho a sí mismo que resulta imponente hasta el extremo. Hay cascadas por doquier, algunas de ellas con un caudal sobrenatural, con una posición que ni el mejor de los genios sería capaz de imaginar por sí mismo. En ocasiones te ilustran con un doble arco iris, una pared de columnas tan irreal como incomprensible o incluso se congelan convirtiendo el agua en picos helados aferrados a una montaña en la que siempre es invierno. Gullfoss, Skógafoss, Seljalandsfoss, Godafoss o Svartifoss son nombres que debería conocer todo viajero que llegue a Islandia y sea de difícil emoción. Frente a ellas el mismísimo lobo feroz termina convirtiéndose en la tierna Caperucita Roja. Y la Señorita Rottenmeier puede llegar a parecerse a Copito de nieve.

Cascada Seljalandfoss (Islandia)

He dado la vuelta al país en el sentido de las agujas del reloj con un coche de alquiler en un viaje en el que he tenido completa libertad para ir donde me diera la gana pero donde he dejado varias cosas cerradas antes de partir. En Islandia cierta planificación (y antelación) tiene premio, sobre todo cuando se aproxima la temporada alta y las plazas hoteleras (o hasta del albergue más rancio que te puedas echar a la cara) menguan de la noche a la mañana. Con asesoramiento y muchos consejos terminé dibujando un viaje a Islandia en el que he tratado de mezclar la improvisación con ciertos toques de previsión. En el término medio está la virtud. Y más en un país en el que en una hora puede hacer sol, ponerse a nevar con ansia, venir una fuerte ventisca y volver a despejarse.

Coche en Islandia

 
Y para quienes no podáis asistir, permaneced atentos al blog porque en los próximos días desmenuzaré el viaje a Islandia a través de distintos escritos con un tamiz más práctico para echar un cable a los próximos viajeros al país de hielo y fuego. De esta aventura hay mucho que contar. Que no os quepa duda.

Frailecillos en Islandia

Este escrito que nació en un avión entre nubes tiene que ver más con las emociones, con la alegría de saber que he estado en uno de los países que más me han impresionado en toda mi vida. Y que lo recomiendo de forma encarecida. Vivir Islandia es la vía más cercana de conocer la Tierra tal cual era…
Sele
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PD: Ya puedes leer 50 consejos prácticos para viajar a Islandia, la Guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia así como la del norte de Islandia.

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