Planes diferentes para redescubrir la Sierra Norte de Madrid
Si me lo permitís voy a hacer una generalización, aunque suela estar bastante en contra de ellas. O, al menos, tengo el deseo de compartir por aquí una sensación personal. Siempre he tenido la impresión de que son muchos los madrileños y madrileñas que no sólo no conocen su propia ciudad, lugares, calles, monumentos e historias. Sino que además, por extensión, ignoran por completo otros muchos rincones de la Comunidad de Madrid. La Sierra Norte de Madrid es, por ejemplo, una de esas grandes desconocidas. Con la salvedad de clásicos recursos para escapadas de medio día como Patones de Arriba, Buitrago del Lozoya o, más recientemente, el Hayedo de Montejo cuando llega el otoño, existe una lista interminable de parajes y pueblos magníficos que nos permiten descubrir «el otro Madrid» los cuales aún, por fortuna, siguen inalterados incluso durante buena parte de los fines de semana del año. Y eso en Madrid, donde solemos afirmar con cierto hartazgo y desazón que «está todo hasta los topes», puedo asegurar que se trata de un tesoro. Y de ahí trata de la historia que os voy a contar a continuación, la de una ruta improvisada con coche buscando vivir planes distintos, algunos bastante sorprendentes, por lo que se conoce como Sierra Norte de Madrid.
Mi intención es compartir unos cuantos lugares insólitos, experiencias que no son muy célebres pero que bien merecen la pena. A través de una sucesión desordenada de planes diferentes para redescubrir la Sierra Norte de Madrid pretendo hallar entre montañas, valles, campiña y pueblos de piedra las respuestas que a muchos nos esperan en ese otro Madrid. Una ruta fantástica entre búnkeres de la Guerra Civil, un eremitorio medieval a los pies de La Cabrera, la cuna del Cardenal Cisneros (que no es Alcalá), una necrópolis milenaria, un valle repleto de esculturas (y sueños), regalos firmados por Picasso, chocolate recién hecho o un otoño absolutamente mágico. ¿Me acompañáis?
NO TE LO PIERDAS: 52 escapadas a menos de dos horas de Madrid (para una mañana, un día entero o un fin de semana).
La Sierra Norte de Madrid, la gloria está a las puertas.
¿Qué abarca este territorio?
La Comunidad de Madrid tiene un inmenso sombrero copa en su cabeza que nada tiene que ver con los ingredientes de una gran ciudad como Madrid, capital de España desde los tiempos de Felipe II. Que la villa y corte no nos ciegue. De hecho os propongo que os olvidéis por completo de ella. Porque algo más arriba, a poco más de media hora de donde termina el Paseo de la Castellana, se extiende un vasto territorio de aproximadamente 1.200 km² con 42 términos municipales y tan solo 25.000 habitantes. Se trata de la Sierra Norte, considerada comarca a nivel turístico y popular porque administrativamente hablando no existe tal denominación.
Un territorio acunado por montañas y nieblas matutinas, árboles de hoja caduca, encantadores pueblos serranos de pizarra (que, además, están entre los más bonitos de toda la Comunidad de Madrid), grandes embalses, carreteras secundarias e inspiradoras donde aún es posible perderse y, en definitiva, rincones sorprendentemente solitarios y auténticos. Con el denominador común de mantener un secreto que se desliza en voz baja, sólo para quien desee escucharlo de verdad. Un paraíso de un gran valor geológico y natural, con picos nevados, una campiña verde sin mácula e incluso algunos lugares cargados de monumentalidad, historia y tradición.
La conocida como Sierra Norte de Madrid abarca un amplio espectro de propuestas en seis áreas delimitadas como son los valles Alto, Medio y Bajo del río Lozoya, la Sierra de la Cabrera, el valle del Jarama y, cómo no, la Sierra del Rincón, proclamada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en junio de 2005 por su riqueza paisajística y biodiversidad.
Durante muchos años me he ido moviendo en esa zona en fugaces escapadas. Caminando por la historia entre las murallas de Buitrago del Lozoya, por los pueblos negros de pizarra en Patones de Arriba, La Hiruela y otros, fotografiando el otoño en el Hayedo de Montejo (probablemente no exista mejor lugar que éste para retratar el otoño en la Comunidad de Madrid), practicando senderismo en Canencia o recordando en el terreno la famosa Batalla de Somosierra entre españoles y las tropas napoleónicas en 1808. Incluso, aunque no tenga nada que ver con los viajes, debo confesar que me casé por lo civil en el consistorio de Rascafría (aunque la gran ceremonia y festejos tuvieron lugar en Robledo de Chavela), una de las localidades más destacadas del norte madrileño.
12 planes diferentes que hacer en la Sierra Norte de Madrid
El objetivo: A través de una ruta en coche de dos días salí a buscar lugares y planes diferentes que se puedan realizar en una visita (o en muchas) a la Sierra Norte de Madrid. En realidad, mi intención era rizar el rizo y encontrar enclaves singulares y desconocidos para mí. Perderme por mi propia tierra, por la Comunidad de Madrid en su extremo más septentrional y vagar por rincones solitarios, curiosos e incluso enigmáticos. Ir más allá de los grandes nombres sobradamente conocidos y descubrir ese otro Madrid que nos aguarda a las puertas, justo en el costado más accidentado y montañoso que representa el norte. Escuchar la llamada del otoño mágico que se vive por aquí (y que no se reduce únicamente al maravilloso y admirado Hayedo de Montejo) y completar con la mirada algunos capítulos esenciales de nuestra Historia que convendría no obviar.
Muy útil para inspirarme y tomar ideas de cara a mi ruta fue la web www.sierranortemadrid.org con un montón de lugares y actividades para todo tipo de visitantes. Turismo cultural, activo, restaurantes, etc. Una herramienta informativa realmente completa.
Nota: Los lugares aparecen no aparecen estrictamente en el orden del recorrido realizado (sí según orden del propio artículo).
1. La ruta del frente del agua: Un paseo entre búnkeres de la Guerra Civil española.
A los pocos días de comenzar la Guerra Civil española varias columnas militares lideradas por el General Mola, quien era el responsable del Frente Norte en el bando nacional, con la misión de tomar Madrid cuanto antes, bajaron raudos por el puerto de Somosierra. El objetivo más inmediato era dominar los embalses de Puentes Viejas y El Villar, así como otros acuíferos esenciales en la Sierra Norte de Madrid y, de ese modo, controlar el abastecimiento de agua en la capital (y, al fin y al cabo, ponerla a sus pies). Pero las tropas de los sublevados vieron detenido su meteórico avance a la altura de Paredes de Buitrago. Sería la milicia gubernamental en defensa de la República, con un fuerte apoyo de la aviación militar, la que lo impidiera. Después de unos días de lucha cruenta ambas posiciones quedaron claramente fijadas en lo que se vendría a denominar el Frente del agua. A la espera de nuevos movimientos se llegaría hasta el final de la contienda con una calma tensa en un paisaje completamente militarizado que viviría una transformación drástica con el levantamiento de búnkeres, refugios, observatorios, nidos de ametralladoras y kilómetros y más kilómetros de laberínticas trincheras.
El tiempo ha permitido conservar a estos recuerdos de piedra y tierra que fueron testigos de uno de los momentos más complejos de nuestra historia reciente. Como parte de un valioso patrimonio resulta posible llevar a cabo una ruta circular de 4/5 horas recorriendo a pie las zonas de búnkeres o siguiendo en zigzag las trincheras que horadaron este territorio serrano.
Si bien hay mapas que señalan todos los lugares que entran dentro de la ruta del frente del agua así como un centro de interpretación en el propio Paredes de Buitrago donde se cuenta qué sucedió durante aquellos años, recomiendo hacer esta visita de manera guiada de la mano de expertos. Por suerte se encuentra la empresa turística local Paredes Paradise, la cual por entonces (Ya no existe) proponía salidas (a medida) por la zona y no sólo te llebana a los mejores emplazamientos militares de ambos bandos sino que se encargaba de explicar de forma instructiva y amena cómo se construyeron, las diferencias de los búnkeres nacionales y republicanos, cómo era la vida durante la guerra o anécdotas de un territorio completamente dividido por la línea del frente.
El entorno de Paredes de Buitrago y el embalse de Puentes Viejas (ideal para navegarlo en kayak con la llegada del buen tiempo) es un buen ejemplo de la belleza de la Sierra del Rincón. Aún solitaria, aún con muchos secretos bajo su manto campestre. Y que, quién lo diría, cuenta con una de las mejores rutas que existen sobre la Guerra Civil española.
2. El románico más primitivo en el convento de San Antonio en La Cabrera.
Toda la vida pasando junto a la Sierra de la Cabrera, ese macizo granítico de cimas dentadas tan madrileño y que tanto recuerda a la barcelonesa Montserrat, y nunca me había detenido lo suficiente como para darme cuenta de que a escasos minutos del pueblo de La Cabrera, agarrado a las faldas de esta peculiar montaña, había un convento del siglo XI con muchísima historia. Solitario y apartado, otrora benedictino y el cual hospedó, entre otros, al mismísimo Cardenal Cisneros, este cenobio cristiano medieval guarda tras sus muros uno de los mejores ejemplos de la arquitectura románica más primitiva que se puede hallar en la Comunidad de Madrid. De hecho se cree que quienes levantaron estos muros procedían de Cataluña, puesto que el interior de la iglesia, que es lo mejor que se conservó tras los daños sufridos por los destrozos cometidos por las tropas napoleónicas en el siglo XIX, recuerda muy mucho a algunas construcciones románicas en tierras catalanas. Y, para más inri, se cuenta que albergó una Virgen de Montserrat, la cual desaparecería entonces. Los paralelismos entre ambos macizos se suceden de manera constante en el lugar.
Mimetizado con el entorno de granito erosionado en sus múltiples formas se halla este convento o eremitorio que pude visitar bajo la tutela de Constantino, uno de los tres misioneros identes que viven actualmente en el complejo religioso. El cual durante los años cincuenta y sesenta ocupara y conservara con dedicación el doctor Carlos Jiménez Díaz (el benefactor de la Fundación Jiménez Díaz, famoso hospital madrileño). Gracias a este personaje médico tan ilustre todavía podemos ver tanto la iglesia con sus cinco ábsides así como parte de lo que fuera el claustro (movido unos metros de su emplazamiento original) y las diversas fuentes y canales de los manantiales desviados al conjunto monacal.
Horarios de visita
El convento de San Antonio en La Cabrera se puede visitar de manera gratuita los martes, jueves y sábados a las 11:00, 12:00, 16:00 y 17:00 (domingos y festivos únicamente a las 11:00). Si está cerrado hay que llamar a la puerta y será el propio Constantino quien haga el recorrido y ofrezca las explicaciones correspondientes. Más información actualizada en www.conventolacabrera.es/?page_id=101.
3. La cuna del Cardenal Cisneros (y no es Alcalá).
Comentaba hace un momento que el Cardenal Cisneros sería hospedado en más de una ocasión en el convento de La Cabrera. Y es que este personaje esencial para el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna en la Historia de España no es, como mucha gente piensa, oriundo de Alcalá de Henares. Por supuesto en Alcalá yace uno de sus máximos logros como es la universidad, pero Francisco Jiménez de Cisneros nació realmente en Torrelaguna en el año 1436. A tan sólo mitad camino de La Cabrera y Patones de Arriba (apenas un cuarto de hora de ambos) sorprende al visitante una villa de trazado medieval cuyos caminos confluyen en una hermosísima y monumental plaza mayor capitaneada por la iglesia de la Magdalena (gótica con elementos platerescos) y varios edificios porticados.
Torrelaguna es Conjunto Histórico Artístico (leer artículo completo sobre este destino) con notables ejemplos de la arquitectura popular castellana, el gótico tardío y esa transición al renacimiento vivida en tiempos del propio Cisneros, benefactor de mucho más que la torre del campanario de la imponente iglesia que bien podría se catedral. Frente al ayuntamiento, antiguo pósito, se encuentra la oficina de turismo donde se orienta a los visitantes con valiosa información sobre la propia villa así como de otras escapadas próximas (Patones queda un paso, así como el Embalse del Atazar). También se ofertan visitas guiadas en modo Free Tour (se paga la voluntad) ofrecidas por expertos locales.
Aunque nos salimos de la comarca de Sierra Norte, si vamos en coche a 10 km al sur de Torrelaguna por la N-320 se llegaría a Talamanca de Jarama, uno de los pueblos donde se han rodado más películas en la Comunidad de Madrid y con una monumentalidad que sorprende al visitante.
4. Necrópolis medieval en las rocas de granito de Sieteiglesias.
De Torrelaguna dirección Buitrago del Lozoya, evitando la A-1, nada mejor que la carretera secundaria M-131 para admirar el paisaje y dejar a un costado la Sierra de La Cabrera. Apenas veinte minutos después de haber dejado atrás Torrelaguna uno se encuentra con una pequeña localidad llamada Sieteiglesias que pasaría desapercibida si no fuera porque alrededor de su iglesia parroquial hay horadadas en el granito numerosas tumbas pertenecientes a una necrópolis medieval (se estima que superan las 80). Se trata de un berrocal con túmulos excavados (en su mayoría) en el propio granito y otros en cista (entre lajas rectangulares de piedra), algunas imponentes como la denominada «de los reyes» apartadas del resto y con una especie de nicho u hornacina que se cree pudo haber guardado diversas ofrendas. Muchas de ellas calcan la silueta humana y se calculan decenas sólo en el entorno de la iglesia, el cual se ha restaurado, vallado y musealizado para la visita. De hecho aún continúan las excavaciones y siguen saliendo a la luz muchas más tumbas correspondientes a un período de entre los siglos IX y XI en pleno proceso de repoblación en tiempos de Reconquista.
Horario y precio de la visita
Se llevan a cabo visitas a la necrópolis con guía turístico de lunes a domingo, bajo disponibilidad y previa reserva en los teléfonos: 91 869 41 29 o 671 545 951. (Precio: 1€). Los horarios son de lunes a sábado de 10:00 a 14:00 horas y domingos de 11:00 a 14:00. Existe la posibilidad de no visitar el yacimiento de manera guiada pero es necesario que abran las instalaciones. Para ello conviene preguntar en el Bar-Restaurante El Serón de la propia Sieteiglesias (viernes a domingo).
5. Picasso en Buitrago del Lozoya.
¿Quién iba a pensar que en pleno valle medio del Lozoya, dentro de Buitrago, pudiese encontrarse una amplia colección de obras de Picasso? ¡Y vaya si había estado veces antes que nunca había entrado a este peculiar museo! Soy un incansable aficionado a hacer el camino de ronda entre las murallas de este conjunto medieval cuyo casco histórico parece encontrarse flotando sobre el agua. De hecho hablo sin equivocarme de que se trata de uno de los lugares más visitados, hermosos y monumentales de la Sierra Norte de Madrid. Pero además de un alcázar, largas murallas y gótico mudéjar en Santa María del castillo hay espacio para uno de los grandes genios del siglo XX, Pablo Ruíz Picasso, quien cuenta un museo en la localidad dedicado a su figura. La pregunta común que se hace la gente es por qué demonios se guardan tantas obras del malagueño en un pueblo serrano de Madrid. La respuesta se encuentra en un personaje llamado Eugenio Arias Herranz, quien fuera barbero y amigo íntimo de Picasso durante el tiempo que ambos coincidieron en Vallauris (Costa Azul, Francia). Los muchos regalos recibidos por éste a lo largo de 26 años de exilio en el país vecino fueron donados a la Diputación de Madrid para ser exhibidos en un museo que se sitúa desde 1985 los bajos del ayuntamiento de Buitrago del Lozoya. Eugenio Arias era oriundo de la localidad y esa fue su única exigencia, llevar todas estas obras y grandes recuerdos a su pueblo natal.
El museo Picasso de Buitrago es un homenaje al arte y la amistad en el exilio. Su contenido se basa en una colección de alrededor de sesenta obras de todo tipo. Además de dibujos, carteles o litografías también hay cerámicas del artista y múltiples objetos dedicados con cariño. La temática taurina, pasión que unía a ambos, está presente en buena parte de los presentes recibidos por Arias que, por fortuna, están a la vista de quienes quieran contemplarlos.
Horarios de visita del Museo Picasso en Buitrago del Lozoya
Este museo ubicado en la Plaza Pablo Picasso nº1 (edificio del ayuntamiento) se puede visitar de manera gratuita de martes a viernes entre las 11:00 y las 13:45 y las 16:00 y 18:00 horas. Sábados de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas. Domingo y festivos: de 10:00 a 14:00 horas. Los lunes permanece cerrado.
No te pierdas este post para tomar ideas sobre qué ver y hacer en una escapada de un día a la villa amurallada de Buitrago del Lozoya.
6. Más otoño mágico de la Sierra Norte de Madrid (y no es el Hayedo de Montejo).
Si pienso en el otoño en su máximo fulgor dentro de la Comunidad de Madrid me vienen a la cabeza, en primer lugar, el Hayedo de Montejo, el más meridional de Europa y de un valor incalculable. La auténtica joya de Sierra Norte de Madrid. Y, en segundo lugar, por razones sentimentales (aunque no estén en la Sierra), los románticos jardines del Real Sitio de Aranjuez. ¡Menuda postal de otoño forman ambos sin tener absolutamente nada que ver el uno con el otro!
Acudir en otoño al Hayedo de Montejo se ha convertido en una misión cada vez más compleja puesto que los permisos de acceso son pocos y se agotan pronto los de la venta online. Por fortuna siempre queda la posibilidad de madrugar y presentarse en el Centro de Interpretación en Montejo de la Sierra ( C/ Real 64) para lograr alguna de las plazas (50% que se venden) de manera presencial desde las 9:30 hasta que se agotan. De lo que mucha gente no es consciente es que hay alternativas otoñales excelentes en la Sierra Norte de Madrid que no son el Hayedo de Montejo y no están sujetos a control de visitas alguno. Como, por ejemplo:
- Los paisajes que rodean a Puebla de la Sierra, el municipio más aislado de Madrid. La senda de los robles centenarios, bien señalizada, es un valor seguro para los amantes de los parajes otoñales.
- El abedular de Canencia. Tiene una ruta circular magnífica con cada vez más adeptos en cualquier época del año, aunque más con la caída de la hoja.
- La dehesa bonita en Somosierra, un frondoso bosque con abedules, acebos, robles, cerezos y una larga lista de árboles que se visten en otoño con sus mejores galas.
- La acebeda más grande de la Comunidad de Madrid en Robregordo.
7. El valle de los sueños en Puebla de la Sierra.
Llegar a Puebla de la Sierra supone acariciar el último confín de esta escapada por la Sierra Norte madrileña. No existe en toda la Comunidad de Madrid un municipio más apartado y aislado que éste. Bien desde Prádena del Rincón o desde Robledillo de la Jara (con esa última le separa una carretera panorámica maravillosa) se alcanza esta odisea de piedra rodeada de miles de árboles de hoja caduca, incluyendo un antiquísimo robledal y otras rutas señalizadas para los amantes del senderismo tranquilo en hermosos paisajes. Pero la peculiaridad de Puebla de la Sierra no sólo es esa. Sino también que en los últimos años tanto la propia localidad como su fascinante entorno natural se ha convertido en todo un museo de arte al aire libre. ¿La razón? Una genial idea del pintor y escultor Federico Eguía, quien durante un taller de escultura en 1998 barruntó junto a otros artistas la posibilidad de reunir obras de arte en plena naturaleza. Y hoy ese sueño, esos sueños, son realidad con la existencia de una inspiradora ruta escultórica inspiradora y señalizada con más de cien obras de escultores de todo el mundo. Muchas de ellas donadas de manera altruista y seleccionadas en una bienal de arte que ha tomado un gran impulso en los últimos años.
Sin salir de Puebla de la Sierra se puede visitar, esta vez en interior, un interesante Museo de Dibujo y Obra Gráfica, con trabajos de Picasso, Tàpies, Antonio López y muchos otros, incluyendo un buen número de obras arte contemporáneo japonés provenientes de una importante asociación cultural nipona con la que se ha llegado a un ventajoso acuerdo de colaboración.
Puebla de la Sierra es uno de los pocos pueblos negros o de pizarra que se conservan en la Sierra Norte de Madrid. Los otros serían Patones de Arriba, La Hiruela, Montejo de la Sierra u Horcajuelo de la Sierra.
LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE MADRID
He aquí una selección de los pueblos más bonitos que ver en Madrid, entre los cuales destacan no pocos de la Sierra Norte, pero que permite indagar al visitante en otros muchos rincones de la Comunidad.
8. ¿La mejor carretera escénica de la Comunidad de Madrid?
Estoy convencido de que no le voy a descubrir nada nuevo a ningún motero o motera que conozca con mayor o menor precisión la Comunidad de Madrid. Son auténticas enciclopedias sobre las dos ruedas a los que no se les escapa ninguna carretera secundaria que resulte mínimamente interesante para recorrer. Y puedo asegurar que lo de la M-131 entre Puebla de la Sierra y Robledillo de la Jara no es cosa menor. Las vistas panorámicas de las montañas y las buitreras seducen a los conductores amantes de las curvas y los lugares solitarios y perdidos. Esta carretera ofrece unas sensaciones inigualables que la convierten en una de las mejores carreteras escénicas de todo Madrid.
Carretera de carácter fronterizo, ya que a pocos metros estaríamos en la vertiente más serrana de Guadalajara, ofrece unos paisajes arrebatadoramente seductores.
9. La fábrica de chocolate en Rascafría.
A nadie le amarga un dulce cuando estamos de ruta, ¿verdad? Pues aquí va un consejo delicioso Rascafría. En el número 35 de la Avenida del Paular número 35 se encuentra la fábrica de chocolate natural de San Lázaro. Hablamos de un obrador tradicional de chocolate que trabaja como antaño en un proceso artesanal para conseguir un producto cuya fama, con el tiempo, ha ido mucho más lejos que sus hipnóticos estantes en una de los municipios más importantes de la Sierra Norte (y uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad de Madrid). A escasa distancia del Monasterio de Santa María del Paular y de numerosísimas rutas de trekking. Por lo que terminar (o empezar) aquí no deja de ser una buena manera de hacer las cosas.
10. El valle de los Neandertales.
Hay un lugar próximo a Pinilla del Valle, en el área del Valle Alto del río Lozoya, que no deja de darle alegrías tanto a arqueólogos como paleontólogos. Y es que allí salieron a la luz nada menos que siete yacimientos con muestras del paso de seres humanos, animales y plantas que habitaron el valle desde el Pleistoceno Medio hasta el Superior (hablamos de una horquilla realmente amplia entre 300.000 y 40.000 años antes de Cristo). Ese registro está permitiendo documentar a través de múltiples hallazgos un periodo histórico muy poco conocido en la región. Y se trata de un lugar arqueológico con vida propia, ya que todavía le queda mucho a este proyecto liderado por Juan Luis Arsuaga, el mismo profesional que sigue aportando nuevos descubrimientos en el yacimiento burgalés de Atapuerca, que en gargantas y cavidades está dibujando con precisión la Madrid del Pleistoceno en la que moraban plácidamente rinocerontes, bisontes, uros, hienas, que eran cazados por los neandertales.
Afortunadamente esta prospección arqueológica se puede conocer de la mano de los profesionales que la trabajan por medio de interesantísimas visitas guiadas (tanto en grupo como individuales) que se pueden reservar online por el módico precio de 2 euros (hay un número máximo de visitantes prefijado). Dado el carácter de la zona resultaría tan imposible como absurdo hacerlas por cuenta propia. Pues impediría adivinar ni un 0,0001% de lo que sí te pueden contar las personas implicadas en el valle de los Neandertales.
11. El embalse de Puentes Viejas en kayak
En verano (incluso otoño) la posibilidad de navegar en kayak el embalse de Puentes Viejas desde Paredes de Buitrago es un regalo para los sentidos. Surcando sus aguas quietas entre islotes y riscos de pizarra donde anida el buitre leonado y otras muchas especies de aves se halla la desconexión idónea de lo mundanal para engancharse directamente a la naturaleza más pura. No hay carreteras alrededor ni nada que se le parezca. Sólo un glorioso paisaje que invade un sublime horizonte en 360 grados. El kayak puede llevarte a la tranquilidad más absoluta y presenciar una cigüeña negra o la algarabía entre las buitreras o a rodear meandro del río Lozoya en el mismísimo Buitrago del Lozoya al compás de sus murallas medievales y torreones en el enclave más monumental de la Sierra Norte de Madrid.
12. El cañón del río Lozoya junto a la presa de El Villar
Muchos desconocen las vistas prodigiosas que ofrece el río Lozoya desde la presa de El Villar. Una estrecha garganta o cañón de inmensas rocas se convierte en una panorámica perfecta que podemos divisar deteniéndonos en la cabecera del propio embalse de El Villar y mirando hacia donde caen las aguas para proseguir su rumbo. O, mejor aún, realizando una ruta en kayak desde Cervera de Buitrago hasta los cañones del Lozoya con el embalse del Atazar como hilo conductor.
La Sierra Norte de Madrid depara muchas más sorpresas
Son tantas las sorpresas que nos puede deparar la Sierra Norte de Madrid que en el escrito que ahora doy por terminado (salvo próximas y necesarias actualizaciones que pueda ir haciendo en el mismo) sólo hay una pequeña parte de posibilidades para una escapada de una mañana, una jornada completa o varios días.
Espero que os haya gustado esta selección de planes diferentes que poder realizar en ese sombrero de pico que cubre los mapas de la Comunidad de Madrid. Y, por supuesto, son bienvenidas otras ideas y propuestas con las que poder inspirar a futuros visitantes de la Sierra Norte de Madrid.
También puede ser de interés: 52 escapadas a menos de dos horas de Madrid ; Los pueblos más bonitos de la Comunidad de Madrid ; Maravillas del extrarradio de Madrid (Tesoros de Barrio) ; Ruta por los pueblos negros de la Comunidad de Madrid; Guía de escapada a Buitrago del Lozoya (¿Qué ver y hacer en una excursión de un día?) ; Kakak en el embalse de Puentes Viejas desde Paredes de Buitrago ; Ruta en kayak en el embalse del Atazar hasta la presa de El Villar ; Torrelaguna, un paseo por la cuna del Cardenal Cisneros en la Sierra Norte de Madrid.
¡Salud y viajes!
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: Puedes encontrar todos los artículos sobre España en su apartado correspondiente: RINCONES DE ESPAÑA.
6 Respuestas a “Planes diferentes para redescubrir la Sierra Norte de Madrid”
Gracias por la mención de nuestra Necropolis de Sieteiglesias en tu blog , como uno de los lugares peculiares situado en la Sierra Norte de Madrid.
Gracias Eva,
Es que la necrópolis fue una auténtica sorpresa para mí. Y merece formar parte de esta lista de planes distintos en Sierra Norte de Madrid.
Un saludo,
Sele
¡Que articulo tan completó y interesante! Para mí, la sierra es uno de los puntos más positivos de vivir en Madrid : poder escaparse en seguida de la capital con paisaje maravilloso 🙂
Coincido, Célia. Y, en concreto, Sierra Norte sigue siendo un gran secreto.
Un saludo!
Sele
Me ha gustado muchísimo tu artículo sobre la Sierra Norte de Madrid. A finales de Febrero estuve con mi hijo y nuestra furgoneta camperizada por Berzosa de Lozoya y el Embalse del Villar. Me sorprendió tanto que volveremos y más después de leer tu artículo, que nos ha descubierto lugares que no sabíamos que existían, como la ruta del frente del agua. Gracias por descubrirnos estas cosas y por tu blog, al cual estoy superenganchada desde que lo he descubierto. Felicidades por esos viajes y por la información que nos ofreces.
Muchas gracias Eva,
Me alegra saber que te gusta el blog. La idea del artículo era mostrar lugares diferentes. Pero te aseguro que me faltan muchísimos. Estoy deseando que todo esto pase para regresar a la Sierra Norte de Madrid. Me apetece muchísimo.
Gracias!!!
Sele