Ruta por los pueblos negros de Madrid (Arquitectura de pizarra en la Sierra Norte de Madrid)
No resulta demasiado conocido que dentro de la Comunidad Madrid, en la esquina nororiental coincidente con la Sierra Norte, existen buenos ejemplos de arquitectura negra, es decir, construcciones elaboradas básicamente con pizarra como material principal. Aunque no cabe duda de que goza de mayor popularidad, así como amplitud, la célebre ruta de pueblos negros de Guadalajara, cierto es que en Madrid se hallan algunas localidades con el denominador común no sólo de la pizarra sino de magníficos emplazamientos en una de las caras más fértiles que ofrece a los visitantes a la Sierra de Ayllón.
La ruta de los pueblos negros de Madrid nos traslada a una versión bucólica de esta comunidad autónoma, la cual contrasta con el consabido bullicio de la capital. Encantadoras aldeas con una entrañable uniformidad arquitectónica, la dulce constancia del aroma a chimenea encendida, a los viejos hornos de pan y a flores frescas en una ventana enrejada. Y mil senderos que surgen de las mismas.
Por los pueblos negros de la Comunidad de Madrid
La comarca Sierra Norte de Madrid ofrece planes diversos. Buena parte guardan relación con la espectacular naturaleza del entorno, las múltiples propuestas de senderismo y turismo activo. Pero también destacan las villas históricas con importante patrimonio como Buitrago del Lozoya o Torrelaguna, cuna del Cardenal Cisneros, así como, por supuesto, pueblos con encanto que afortunadamente no han sucumbido a una caótica planificación urbana y que han sabido mantener su estilo y armonía arquitectónica para no perder su personalidad. Es el caso de los conocidos como pueblos negros o de pizarra que sobreviven casi intactos en las tres caras de la Sierra de Ayllón (Sobre todo en Guadalajara, aunque también en Segovia y en la Comunidad de Madrid, que es donde me estoy refiriendo en este escrito). Todos o la mayor parte de los mismos formarían parte, además, de cualquier selección de los pueblos más bonitos de Madrid que se precie.
¿Qué es lo que conocemos por arquitectura negra?
Cuando nos referimos a arquitectura negra lo estamos haciendo a una técnica de construcción propia de algunas localidades españolas (no sólo en los pueblos del macizo de Ayllón sino también en la comarca leonesa El Bierzo, por ejemplo) donde el principal elemento utilizado es la pizarra cuando en zonas donde este mineral resulta abundante, mientras que otro tipo de materiales pueden escasear. De color oscuro o parduzco, forma parte de las fachadas de las viviendas, iglesias, caminos, cerramientos para el ganado (tainas) e incluso otras estructuras como lavaderos, puentes o de muros con los que delimitar terrenos de labranza.
¿Cuáles son los pueblos de pizarra en la Sierra Norte de Madrid?
No existe duda de que la de tratar de recorrer los pueblos negros de la Sierra Norte se confirma como una de las escapadas más interesantes que se pueden hacer muy cerca de la ciudad de Madrid. Si se escogen una o dos localidades, por cercanía, puede tratarse perfectamente de una ruta de medio día, mientras que si se tiene cierto interés en recorrer todos, es posible que la excursión conlleve una jornada completa. O, mejor aún, un fin de semana aprovechando que en la zona hay numerosas propuestas de casas y hoteles rurales y, de ese modo, unir a esta visita de los pueblos de pizarra otras actividades en Sierra Norte como trekking, kayak, recorridos naturales o culturales (Hayedo de Montejo, ruta de los búnkeres en Paredes de Buitrago, montar a caballo, paseo de ronda en las murallas de Buitrago del Lozoya o un baño en las Piscinas de Riosequillo). O dar más tiempo a digerir un buen asado o un plato de cuchara (o de setas durante el otoño), que la gastronomía serrana es capítulo aparte.
Pero… ¿Qué pueblos de Madrid son reflejo de la arquitectura negra? ¿Cuáles han logrado preservar sus características originales? Este breve listado estaría compuesto por los siguientes municipios: Patones de Arriba, La Hiruela, Montejo de la Sierra, Horcajuelo de la Sierra y Puebla de la Sierra. Todos ellos, a excepción del primero, se hallan dentro de la Sierra del Rincón, Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Aquí unas notas de cada uno de estos pueblos madrileños de pizarra:
Patones de Arriba, el pueblo que tuvo su propio rey
Es probable que la de Patones de Arriba sea una de las excursiones más clásicas de cuantas llevan a cabo los madrileños en la comarca de la Sierra Norte de Madrid. No todos los días se visita un antiguo reino, tan oculto en la montaña que se cuenta que ni las tropas de Napoleón, las cuales tanto anduvieron por este territorio serrano, no fueron jamás capaces de encontrarlo. En la cuenca del río Jarama, muy próximo a su prodigioso encuentro con las aguas del Lozoya, surge un altozano donde durante un buen puñado de siglos existió una aldea o alquería de pizarra que levantarían pastores de Uceda (Guadalajara) a la que llamaron Patones, ya que, al parecer, Patón era el apellido de uno de sus fundadores.
Patones tuvo rey. Y no es ninguna broma. De tan aislados que estuvieron, siendo un barrio olvidado de Uceda, sus vecinos nombraron a un líder, el Rey de los Patones, que en realidad era una especie de alcalde con amplios poderes (administración y justicia entre ellos) cuyas funciones se heredaban de padres a hijos. Esta institución, no exenta de adornos legendarios en su mayoría irreales, funcionaría como tal hasta bien entrado el siglo XVIII con Carlos III reinando en España. Ya en los siglos XIX y XX, tras la construcción de importantes infraestructuras hidráulicas (La presa del Pontón de la Oliva, distintos canales, etc.) y el abandono de los núcleos rurales durante la posqguerra, Patones fue quedando cada vez más abandonado.
Nacería la localidad de Patones de Abajo donde se trasladarían sus habitantes aprovechando un emplazamiento más accesible, mientras que Patones de Arriba quedaría anclado en su soledad y un acuciante estado de ruina hasta que en las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI se reconstruyeron algunas casas manteniendo ciertas premisas arquitectónicas de antaño. Y de pronto pasó a ser uno de los enclaves preferidos por los ciudadanos de Madrid y visitantes de otras provincias españolas para hacer turismo rural y disfrutar de un pueblo de los de antes en un entorno privilegiado.
Patones de Arriba ha emergido para ser un pueblo de postal. De ventanas repletas de flores, callejuelas estrechas y ruinas que muestran con lajas de pizarra las que un día fueron cochiqueras, humildes bodegas y majadas. Ahora las casas de labriegos son segundas residencias bien cuidadas, encantadores hoteles rurales y restaurantes cuyos fogones no dejan de estar calientes un solo fin de semana. Son los sábados y domingos por la mañana, sobre todo, los momentos cumbre donde si no se acude temprano, dejar el coche se convierte en una quimera (esa es su gran falta). Mientras que de lunes a jueves Patones se queda prácticamente mudo. Desde su antigua iglesia, ahora centro de visitantes, parten unos pocos senderos (con información señalizada vía QR) con los que conocer más sobre este pueblo (miradores, hornos de pan, bodegas, casas emblemáticas, etc).
Y del que parten, además, no pocas rutas de senderismo. Como la del Cancho de la Cabeza (1263 m. de altitud) con vistas al embalse del Atazar. Muy cerca de Patones precisamente los recorridos a pie por el Pontón de la Oliva y Las Cárcavas (ya dentro de Guadalajara) son célebres por los excursionistas. La senda Genaro (GR-300) bordea el embalse del Atazar en una ruta que puede necesitar de varias etapas, aunque los paisajes del valle del Jarama y los cañones del Lozoya, bien lo merecen (también éstos se pueden hacer en kayak). Y sin tener nada que ver con el senderismo, la villa monumental de Torrelaguna, donde naciera el Cardenal Cisneros, está apenas a cinco minutos antes de llegar a Patones por la M-102, y vale mucho la pena.
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¿Dónde comer?: Restaurante Rey de Patones (Calle de Las Azas, 13. Tel: 918 43 20 37, reydepatones.com). El lavadero de Patones (Calle Buenavista, 29. Tel: 918 43 29 47, ellavaderodepatones.com). El primero fue el pionero, pero ambas opciones son magníficas. Fabulosos asados y cocina casera. Muy demandados, conviene reservar con antelación. También muy recomendable y sofisticado, El Poleo (C/ del Despeñadero 3, 918 43 21 01, elpoleo.com).
¿Dónde dormir?: Hotel El tiempo perdido (Travesía del Ayuntamiento, 7. Tel: 676 10 02 30, elpoleo.com), de los mismos dueños que el Restaurante El Poleo. Casa Rural Melones (Avenida de Madrid, 109. Tel: 659 54 50 84, casaruralmelones.com), con siete habitaciones y un amplio espacio común
¿Qué hacer en los alrededores?: Senderismo hacia el Cancho de la Cabeza o en el Pontón de la Oliva; Las Cárcavas; Espectacular mirador del embalse del Atazar (de los mejores que hay en la Comunidad de Madrid) o ruta en kayak desde Cervera de Buitrago; iglesia de la Magdalena en la vecina Torrelaguna (con una sensacional plaza porticada). Talamanca del Jarama y su casco histórico amurallado.
Montejo de la Sierra, tras la senda del Hayedo
Entramos a la Sierra del Rincón, una de las áreas naturales más privilegiadas de la Comunidad de Madrid. Entre las sierras de Ayllón (este) y Guadarrama (oeste) se ubica un frondoso paraíso de montaña de árboles caducifolios que se convierten cada otoño en una explosión de color inenarrable. Con el Hayedo de Montejo a la cabeza de un auténtico imán de naturaleza desenfrenada y unos extensos aledaños limpios y despejados visualmente de impurezas urbanísticas (algo de lo que no escapó buena parte de la Sierra de Guadarrama). El apellido que recibe el hayedo más meridional de Europa se debe a su localidad vecina, Montejo de la Sierra, en la cual se concentra la llegada de los visitantes que tienen posibilitado el acceso a este soberbio paraje natural (Sale un cupo concreto de entradas al día. La mitad se venden online a través de la web www.sierradelrincon.org y el otro 50% de manera presencial durante el mismo día en el que se piense acudir en el Centro de Información Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón situado en la Calle Real 64, casi a la entrada del pueblo).
Pero el propio Montejo de la Sierra bien merece un paseo tranquilo. Su casco urbano tiene algo de mezcla con edificaciones más modernas con las vetustas construcciones de pizarra. Más grande que Horcajuelo de la Sierra o La Hiruela, por ejemplo, es un núcleo con muestras importantes de la arquitectura popular predominante en la comarca.
En el lado sur de la iglesia y en torno a la calle Puerta del Sol se concentran algunos delos edificios más viejos y característicos. Destaca, en el callejón del turco, un singular horno exterior suspendido a media altura por el que prácticamente hay que acoplar la cabeza si se quiere cruzar sin un coscorrón. Se trata del único en la Sierra del Rincón que no se halla al ras del suelo. Pero lo de los hornos sobresaliendo de sus muros es un clásico de las viviendas más antiguas de la zona. De hecho este elemento abrazado a la cocina de la casa servía no sólo para hacer pan sino para servir de fuente de calor. Y al calor acudía presta la familia y las visitas para sentarse a charlar, comer lo que se podía y pasar las horas muertas.
La iglesia de San Pedro en Cátedra no es de pizarra sino de sillarejo y ladrillo. Del siglo XV, le delata en cuanto estilo su portada mudéjar. En el interior no escasean los ornamentos barrocos, aunque también destaca el artesonado también mudéjar o una preciosa talla románica de la Virgen con el niño.
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¿Dónde comer?: Monte del Tejo (Calle Pozo 23. Tel: 91 869 74 45, hotelmontedeltejo.blogspot.com). Con chimenea, amplias raciones, buenas carnes y en un hotel del mismo nombre donde subir a reposar la comida. Asador Rincón de Lalo (Avenida de Madrid 18. Tel: 672 47 22 81, asadorrincondelalo.makro.bar). Asados en horno de leña, croquetas, judiones. Un lugar para ponerse las botas. Mesón El Hayedo (Calle Turco 13. Tel: 91 869 70 23, www.mesonelhayedo.es) conocido por sus judiones y sus excelentes carnes. No defrauda.
¿Dónde dormir?: Monte del Tejo (Calle Pozo 23. Tel: 91 869 74 45, hotelmontedeltejo.blogspot.com). Hotel rural de los mismos dueños que el Restaurante Monte del Tejo. Con habitaciones amplias y confortables, todas diferentes. Especial encanto, sobre todo la coqueta abuhardillada.
¿Qué hacer en los alrededores?: Visita guiada al Hayedo de Montejo; Itinerario circular (5 km, fácil) por la Dehesa Boyal de Montejo de la Sierra; Visita a los pueblos de Horcajuelo de la Sierra, Prádena del Rincón y La Hiruela. Ruta del Frente del Agua en Paredes de Buitrago (búnkeres y trincheras de la Guerra Civil española). Kayak en el embalse de Puentes Viejas (Paredes de Buitrago).
Horcajuelo de la Sierra, una delicia sorprendente
Horcajuelo de la Sierra está tan cerca de Montejo (apenas a un par de kilómetros) que incluso puede resultar apetecible acudir a pie y bajar la comida. El resultado no puede ser más gratificante puesto que este pueblo, el cual no llega al centenar de habitantes, mantiene una excelente armonía arquitectónica. Y constituye una buena muestra de casas y construcciones civiles donde la pizarra reina sin fisuras este tablero cargado de rusticismo y silencios prolongados en mitad de un paisaje arrebatador.
Esta localidad no poseedora de la fama de La Hiruela, Patones o el propio Montejo de la Sierra, se gana a sus visitantes sorprendiéndolos. Horcajuelo de la Sierra no es portada de revista ni copa de fotos los folletos de la Sierra Norte de Madrid. Pero tiene lo que muchos venimos buscando en los pueblos negros de Madrid. Autenticidad, calma y la posibilidad de admirar la buena mezcla que se logra con este tipo de arquitectura popular cuando mantiene el discurso con el entorno natural que le rodea. Aquí se respiran, casi como en ningún lado, los aromas de la Sierra del Rincón.
Lo mejor que se puede hacer en este pequeño municipio serrano es pasear. Desde la iglesia de San Nicolás de Bari, gótico-mudéjar con un interesante retablo barroco, emergen lindas callejuelas donde serpentear sin rumbo suele ser una buena idea. Con apenas unos pasos se llega a la Calle Fuente, donde un potro de herrar nos traslada a uno de los elementos más usuales de esta zona. Pero llama poderosamente la atención un edificio de pizarra de fachada circular que funciona como Museo Etnológico de Horcajuelo (visitas guiadas y gratuitas) desde donde se dialoga a través de distintos objetos y escenarios sobre las costumbres y tradiciones más ancestrales de los habitantes de la Sierra del Rincón. Cuenta con cuatro espacios diferenciados para mostrar utensilios agrícolas y ganaderos, cómo era el interior de una vivienda cuando aquí no llegaba ni la luz eléctrica, trajes típicos en el desván y una sala utilizada para exposiciones temporales.
Desde este museo también se organizan visitas a la fragua y, de ese modo, conocer de primera mano un antiguo taller donde los herreros trabajaban el hierro.
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¿Dónde comer?: Entre naranjos (Calle Comunidad de Madrid, 9. Tel: 667 92 69 31). Suena raro, pero en este lugar se comen unos arroces y una fideuá que uno llega a pensar si cuando abandone el restaurante se van a respirar aires mediterráneos o de la sierra. Restaurante El Rincón del Cárabo (Calle Pozas, 40. Tel: 602 21 41 22, elrincondelcarabo.com). Comida tradicional en una casona rústica y unos platos realmente apetecibles.
¿Dónde dormir?: Casas rurales El Bulin (www.elbulin.es). En El Bulin se han especializado en casas rurales con encanto y están en toda la Sierra del Rincón. En Horcajuelo poseen seis casas con sus propios patios independientes.
¿Qué hacer en los alrededores?: Visita guiada al Hayedo de Montejo; Ruta de senderismo por el Camino de Pilillas al viejo molino o el de Nuestra Señora de los Dolores; Visita a los pueblos de Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón y La Hiruela. Ruta del Frente del Agua en Paredes de Buitrago (búnkeres y trincheras de la Guerra Civil española). Kayak en el embalse de Puentes Viejas (Paredes de Buitrago)
La Hiruela, el mejor ejemplo de arquitectura negra en Madrid
De Montejo de la Sierra a La Hiruela hay apenas una decena de kilómetros por la carretera escénica M-137. El momento en que se llega al Puerto de la Hiruela (1478 metros de altitud) se roza todo un súmmum paisajístico de la Comunidad de Madrid. Desde este paso pedregoso utilizado por miles palomas torcaces durante su migración a los rincones más meridionales de Europa se pueden tomar increíbles fotografías. Compensa aparcar el vehículo unos instantes y detenerse para merodear por las formaciones graníticas (y jugar con la cámara).
Pero este esperanzador momento sirve como catapulta hacia el último rincón de Madrid. Aquí ya son 105 kilómetros desde la Puerta del Sol. Ninguna localidad madrileña (con excepción de Puebla de la Sierra) se encuentra tan alejada de la capital. La Hiruela es el último suspiro de los pueblos de pizarra antes de cambiar de Comunidad Autónoma y entrar a Castilla-La Mancha (una buena idea es continuar por aquí para hacer la famosa ruta de los pueblos negros de Guadalajara).
La Hiruela se trata no sólo de uno de los pueblos mejor conservados de la Sierra Norte sino también de uno de los más bonitos de Madrid. Probablemente no exista mejor ejemplo que éste para analizar los condimentos de la arquitectura negra. Cosas del aislacionismo y de las buenas medidas para proteger esta maravilla rural de los desmanes arquitectónicos que hubieran arramplado con todo. En La Hiruela todo está medido al detalle, bien lo saben quienes tienen allí sus casas y tienen que llevar a cabo alguna obra en las mismas. El resultado es un núcleo urbano de personalidad robusta, una alegoría de las poblaciones serranas de antaño que se ha hecho realidad. Años y trabajo ha costado. Por supuesto, su fama le está trayendo turistas, como es normal, pero medidas como impedir el tráfico en el interior del pueblo y planear aparcamientos disuasorios a la entrada, hace más amigable transitar a pie por el pueblo.
Sea por la calle Pilón o la calle Abajo hasta convertirse en la de Enmedio se discurre por una hilera de encantadoras casas de pizarra. Algunas de ellas distribuyen color desde las rejas para contrastar con las fachadas parduzcas. Descienden como lo hace un arroyuelo. Como lo haría el que se aproxima al molino harinero del siglo XVIII o al curioso museo etnológico. O los que acompañan a los visitantes por las sendas verdes que les permiten deslizarse por auténticos túneles de vegetación y recodos donde culminar total de cuitas mundanas. La Hiruela es un enjambre de senderos de naturaleza. De un molino a otro, a la Pila de Riego o por un colmenar tradicional. Las posibilidades son tan gratificantes como incalculables.
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¿Dónde comer?: Restaurante Ad Libitum (Calle Pilón, 64. Tel: 674 30 54 45). Exquisiteces en una casona rústica. Realmente es de lo mejor de la zona. Restaurante Casa Aldaba (Calle Pilón, 51. Tel: 629 62 62 24, casaaldaba.com). Una maravilla con muy pocas meses, un ambiente íntimo y una cocina deliciosa, que es parte de un hotel con encanto. En La Hiruela también el bar social del centro del pueblo junto a la iglesia es una opción para salir del paso, refrescar el gaznate o tomar algo rápido sin buscar otro tipo de pretensiones a nivel cualitativo pero sí unas buenas vistas.
¿Dónde dormir?: Hotel Rural el Papamoscas (Calle Pilón, 30. Tel: 633 464 747, hotelruralelpapamoscas.es). El sueño de Sandra y Rubén convertido en un alojamiento rural encantador y auténtico donde se miman los detalles y el trato personalizado a los clientes. Casa Aldaba (Calle Pilón, 51. Tel: 629 62 62 24, casaaldaba.com) Tres habitaciones tipo apartamento muy cuidadas, una de ellas abuhardillada y dos con una hoguera ideal para las tardes/noches de invierno. Casas rurales El Bulin (www.elbulin.es). Poseen tres casas en el pueblo (Clemente I, Clemente II y La Fragua).
¿Qué hacer en los alrededores?: Visita guiada al Hayedo de Montejo; Visita a los pueblos de Montejo de la Sierra, Horcajuelo de la Sierra o Prádena del Rincón. Ruta del Frente del Agua en Paredes de Buitrago (búnkeres y trincheras de la Guerra Civil española). Kayak en el embalse de Puentes Viejas (Paredes de Buitrago)
Puebla de la Sierra y el Valle del Silencio
Otro de los últimos confines de esta escapada por la Sierra Norte. Tras este pueblo no hay más Madrid. Sólo montaña, buitreras y los refugios donde los pastores se refugiaban de las inclemencias del tiempo. Aislacionismo puro. Se entiende cuando se acude a la búsqueda de Puebla de la Sierra tomando la carretera de subida al puerto de montaña desde Prádena del Rincón o, mejor aún, desde Robledillo de la Jara, con una de las mejores rutas en coche, moto o bicicleta que se me puedan ocurrir en toda la Comunidad de Madrid. Alcanzar Puebla de la Sierra es recibir la recompensa de sus bosques caducos, incluido un antiguo robledal, y el color castaño, rojo y amarillo de los otoños imposibles que aquí se suceden no exentos de genialidad.
Ante nosotros tenemos un pueblo negro con excelentes ejemplos que acompasan este tipo de arquitectura serrana. Más pequeño, aún si cabe, que La Hiruela o Montejo, seduce con sus dos plazas contiguas donde se ubica el ayuntamiento y su diminuta iglesia, más allá de la calle principal. Quizás hay buenos ejemplos de fachadas levantadas con las lajas de pizarra en la calle de la iglesia y en la calle de la Fuente de Abajo que discurre paralela al arroyo de la Cuesta. Pero si algo reclama la atención del visitante es lo que se ha venido a denominar el Valle del Silencio. Una idea con la que a finales de los noventa se convirtió tanto el pueblo como su entorno en un museo de arte al aire libre. Desde que el escultor Federico Eguía impartiera un taller de escultura en 1998 se han recopilado infinidad de obras de arte (esculturas) para ser exhibidas en este enclave de la Sierra norte. Gracias a este sueño existe hoy día una ruta escultórica señalizada y bien diversa con más de centenar de obras de escultores de todo el mundo. La mayoría fueron donadas de manera altruista. Se seleccionan, además, en una bienal de arte con cada vez mayor repercusión.
Dentro de Puebla de la Sierra se puede visitar, aunque protegidos dentro de un edificio, el Museo de Dibujo y Obra Gráfica, donde se exhiben trabajos de Picasso, Antoni Tàpies y muchos otros. También hay obras arte contemporáneo japonés procedentes de una importante asociación cultural nipona con la que se está colaborando desde hace años.
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¿Dónde comer?: La Posada de la Puebla ( Plaza de Carlos Ruiz, 2. Tel: 918 69 72 60). El restaurante de la hospedería, situada en el centro del pueblo frente al ayuntamiento es el único lugar donde se puede comer en Puebla de la Sierra. Sus instalaciones son modestas, como sus propuestas desde cocina. Lugar muy transitado por los moteros que llegan aquí buscando buenas carreteras escénicas.
¿Dónde dormir?: Madre Terra (Calle del Pradillo, 3. Tel: 679 42 39 09, madreterra.es). Alojamientos rurales con bañera de hidromasaje. Casas rurales El Yayo (Carretera de Prádena 1-6. Tel: www.casasruraleselyayo.es), muy bien equipadas. La Posada de la Puebla ( Plaza de Carlos Ruiz, 2. Tel: 918 69 72 60). Habitaciones muy básicas.
¿Qué hacer en los alrededores?: Ruta del valle del Silencio (por pueblo y entorno); Senda de los robles centenarios (para todos los públicos); Ruta de los linares (senderismo fácil); Carretera a Robledillo de la Jara (miradores); Visita a los pueblos de Montejo de la Sierra, Horcajuelo de la Sierra, La Hiruela o Prádena del Rincón. Ruta del Frente del Agua en Paredes de Buitrago (búnkeres y trincheras de la Guerra Civil española). Kayak en el embalse de Puentes Viejas (Paredes de Buitrago)
¿Qué otros planes se pueden llevar a cabo en la Sierra Norte de Madrid?
Aquí se pueden leer algunas recomendaciones «alternativas» en Sierra Norte de Madrid. Muchas de ellas en el área de la Sierra del Rincón, otras también en La Cabrera o incluso la zona de Rascafría y el valle del Lozoya. No cabe duda de que la Sierra Norte, anteriormente llamada «Sierra pobre» tiene mucho que ofrecer. Es algo más que un respiro para quienes deseamos establecer contacto con parajes y pueblos extraordinarios a menos de una hora de la capital. Personalmente se trata de mi zona preferida de Madrid (de largo) y, en cuanto puedo, acudo para desconectar de todo. Y funciona. Vaya si funciona.
NO TE LO PIERDAS: 52 escapadas a menos de dos horas de Madrid (para una mañana, un día entero o un fin de semana).
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: Puedes encontrar todos los artículos sobre la Comunidad de Madrid reunidos en este blog. Y todo lo de España en su apartado correspondiente: RINCONES DE ESPAÑA.
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