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Postales de una primavera en Islas Lofoten

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Al otro lado del Círculo Polar Ártico, bañadas por el Mar de Noruega y tocadas con la varita de las noches infinitas del invierno, así como de un verano en el que nunca se apaga el sol, surgen las Islas Lofoten. Un archipiélago de picos nevados casi todo el año, fiordos horadando acantilados y secaderos de bacalao nutriéndose de viento y salitre. La región de Laponia en Noruega cuenta con el privilegio de poseer una adorable colección de estampas de naturaleza y tradición varadas en el oleje nórdico, logrando una fusión de paisajes deslumbrantes salpicados de minúsculas aldeas que apenas logran reunir unas pocas cabañas de madera que los pescadores pintaron de rojo o amarillo hace mucho tiempo.

Paisaje de Islas Lofoten (Noruega)

La intensa noche polar hace a Islas Lofoten enormemente atractivas durante el invierno, mientras que el sol de medianoche las convierte en un destino perfecto para visitar en verano. Pero es quizás la primavera uno de sus recursos más preciados, ya que buena parte de la misma permite una mezcla con lo mejor de ambos períodos. Auroras boreales y largas jornadas de sol, un clima más benévolo para recorrer en coche o hacer buenos trekkings y la apetitosa posibilidad de escapar de la temporada alta.

¿Por qué Islas Lofoten en primavera?

Si bien no era la primera vez que visitaba las Lofoten, nunca había tenido la posibilidad de viajar a la zona en época de auroras boreales. Y eso era algo que me llamaba muchísimo la atención, además de imaginar las múltiples opciones que me permitiría vivir estos paisajes nevados aún en abril realizando actividades puramente invernales pero a su vez de disfrutando más horas de luz (anochece 8 minutos más tarde cada día). Años más tarde tuve la ocasión también de ir a las islas Lofoten en invierno. ¡Otro espectáculo!

Mapa de las Islas Lofoten y Vesteralen en Noruega

Surgió una expedición con mi amigo Isaac (Chavetas), compañero de aventuras en Irán, Islas Galápagos, Tíbet, Benín y Togo, Alaska o Botswana, entre otras, en la que nos unimos ambos para experimentar lo mejor de Laponia Noruega durante la estación primaveral. Se trataba de una de las rutas de Tierras Polares, expertos en destinos nórdicos como Groenlandia, Noruega, Finlandia y muchos otros. Soy muy fan de las hazañas de su fundador, el explorador Ramón Larramendi, quien ha dado la vuelta a Groenlandia o entusiasmado en Antártida subido al trineo de viento que él mismo inventó. Éste cuenta con varios hitos polares dignos del Guinness de los Records como la Circumpolar en la que durante 14.000 km le hizo pasar de Groenlandia a Alaska utilizando tan sólo trineo de perros y kayak.

Sele e Isaac en Islas Lofoten (Laponia Noruega)

La mera posibilidad de cumplir el sueño de ver auroras boreales en directo, algo que se nos había resistido a ambos en no pocas ocasiones, nos hizo decantarnos por llevar a cabo este viaje a Laponia centrado en Tromsø y su entorno, pero sobre todo, en esa suerte que supone recorrer las pintorescas Islas Lofoten así como Vesteralen en una época del año en la que la oscuridad polar deja paso a días cada vez más largos.

Islas Lofoten explicadas a través de postales

Tengo que asumir que un viaje a Islas Lofoten se puede explicar con imágenes mucho mejor que con palabras. No me queda otra opción que ser consciente de que los mejores epítetos del archipiélago lapón son sus cabañas rojas, su bacalao secándose con la brisa marina, los larguísimos atardeceres primaverales apurando su marcha bajo montañas o fiordos y una gran recopilación de picos nevados descongelándose lentamente. Y, por supuesto también las auroras boreales. De hecho se trata de una de las mejores regiones del planeta para observar sin filtros las míticas luces del norte que para el pueblo sami representan los lazos de la muerte atrapando nuevos miembros a su causa o para los inuits groenlandeses es una fiesta de origen divino que merece celebrarse. Y en abril, por ejemplo, todavía se dejan ver las auroras boreales en estas islas, alejándose del sempiterno error de que finalizan en marzo.

Paisaje de Islas Lofoten (Noruega)

Si os apetece, vamos a darnos un paseo por Islas Lofoten un día cualquiera del mes de abril y así disfrutaremos juntos nuevamente de las escenas y escenarios más fascinantes con los que nos encontramos durante nuestro viaje al norte de Noruega. ¿Me acompañáis?

Los picos de Lofoten

Nada más pasar el coche de las Vesteralen a las Lofoten en ferry nos encontramos con un cambio radical en el paisaje. Islas Lofoten poseen montañas muy altas y se caracterizan por la cantidad de picos que forman parte de una silueta absolutamente reconocible en Noruega. La nieve que ha pintado de blanco el archipiélago meses atrás, empieza a reducirse en territorios poco elevados, pero se mantiene fuerte en valles, collados y esas formaciones puntiagudas que se resisten a despojarse de su traje invernal hasta que no se topen directamente con el estío que devuelve al archipiélago su verdor original.

Paisaje nevado de Islas Lofoten (Noruega)

Fiordos que son espejos

A medida uno avanza por Islas Lofoten (mayoritariamente comunicadas por puentes y buenas carreteras) se suceden las ganas de detenerse continuamente para fotografiar el panorama. Son muchas las ocasiones en que durante nuestro viaje dimos con localizaciones en las que los fiordos funcionaban como espejos. Sus aguas quietas paralizaban montañas, casas, faros e islotes hasta situarlas en absoluta simetría.

Reflejos de los fiordos de Islas Lofoten (Noruega)

Los reflejos de las Lofoten en sus propios fiordos representan la locura de quienes su cámara fotográfica es otra parte más del cuerpo. Asimilar lo que uno tiene al frente es tan complicado que no existen fotos suficientes para contentarse. Pocos roadtrips en Europa proporcionan mejores escenarios naturales que los que se ven en las islas Lofoten (me vienen a la cabeza Islandia u otras partes de Noruega, pero no muchos más).

Los secaderos de bacalao

Si bien decir Noruega nos lleva a pensar inmediatamente en el salmón del Mar del Norte, el archipiélago de las Lofoten tiene a otro pescado como máximo exponente. Probablemente el mejor bacalao del mundo se pesque y se prepare aquí. Y su presencia es absoluta no sólo en los menús de los restaurantes, en los puertos o los barcos pesqueros que vienen de faenar sino también en los secaderos. En marzo los peces capturados se empiezan a colgar de unas rígidas estructuras de madera (originalmente triangulares, ahora rectangulares) para ser secados por la brisa marina. Se retiran al final del verano para ser vendidos y consumidos en numerosos países del mundo como, por ejemplo, Portugal donde forma parte de sus platos más típicos.

Secadero de bacalao en Reine (Islas Lofoten)

La de los secaderos de bacalao es una de las estampas más típicas de las islas Lofoten. Unas veces con el pescado descabezado y otras veces reuniendo las propias testas para ser consumidas dentro de un mejunje proteico vendido en polvos a los países africanos. En ambos casos el aroma no es precisamente el del jazmín, pero una vez el bacalao está en la mesa la cosa cambia bastante. Y en Noruega se consume de todas las maneras posibles, incluso en tiras secas que las madres dan a sus hijos por ser buenas en Omega 3 (y que no saben tan mal como el aceite de hígado de bacalao que tanto recuerdan nuestros abuelos).

Cabezas de bacalao secándose en Nusfjord (Islas Lofoten, Noruega)

NOTA: Muy recomendables para fotografiar los secaderos de bacalao de Henningsvær que, además se encuentran en uno de los pueblos de pescadores más pintorescos de las islas.

Secadero de bacalao en Islas Lofoten (Laponia Noruega)

Las últimas auroras boreales de la temporada en Lofoten

De octubre a marzo la actividad geomagnética acompañada de la larga noche invernal a este lado del Círculo Polar Ártico convierte a las islas Lofoten en uno de los mejores lugares del mundo para ver auroras boreales. En abril las noches se acortan día a día, pero no llegan a su plenitud lumínica con el sol de medianoche hasta finales de junio. Por tanto durante este mes y principios de mayo existe aún la posibilidad de observar la aurora boreal. Su grado de intensidad puede ser el mismo que en meses previos, pero conviene estar atentos a los momentos en que la noche esté más cerrada para tener más posibilidades.

Aurora boreal en Laponia Noruega

La primera mitad de la primavera no sólo trae luz solar hasta casi media noche sino el trasiego de las luces del norte llenando de verdes los cielos nórdicos con sus bailes y contoneos. Dependemos de si hay tormenta geomagnética, de que el cielo esté despejado y, por supuesto, de la suerte. Se puede realizar un safari de auroras en Islas Lofoten en el que basta con consultar los pronósticos (hay muchas webs que lo indican), esperar que no haya demasiadas nubes, alejarse de la contaminación lumínica (que allí es algo tan sencillo como dar dos pasos), desplegar el trípode de la cámara de fotos y una buena dosis de paciencia. Porque si aparecen las auroras el premio paga por sí solo un viaje de este tipo.

Auroras boreales fotografiadas en Laponia Noruega

Durante nuestra expedición nórdica con Tierras Polares (programa invierno) salimos casi cada noche a cazar auroras. Y Laponia Noruega nos devolvió con creces nuestros ruegos, puesto que observamos tres días seguidos este fenómeno natural propio de estas latitudes tan septentrionales. Lofoten es un paraíso para los amantes de las auroras boreales, no cabe ninguna duda.

Información útilSi las luces del norte son también tu sueño no te pierdas estos 10 consejos para ver auroras boreales en el norte de Europa. Mejor época, lugares más idóneos, trucos fotográficos y otras recomendaciones.

La iglesia roja de Flakstad

Las islas Lofoten son famosas por sus paisajes, el bacalao, las actividades invernales o el sol de medianoche, pero no por sus monumentos. Sencillamente no los tienen. Pero sí que se puede llegar a encontrar construcciones interesantes que traernos en una “postal” de nuestro viaje. Uno de los lugares más recomendables es la iglesia de madera de Flakstad (de 1780), completamente pintada de rojo y con puertas y ventanas blancas, que resulta del todo fotogénica por el contraste que provoca con las montañas nevadas del fondo.

Iglesia de Flakstad (Islas Lofoten, Noruega)

Playa de las ballenas

Este archipiélago del Mar del Norte resulta excepcional para quienes gusten de hacer senderismo. El trekking de las Lofoten es una de las actividades más interesantes que se pueden llevar a cabo. En invierno y buena parte de la primavera con raquetas de nieve, mientras que en verano bastan un par de bastones y buenas ganas de caminar. Sin duda el trekking es el valor añadido de las expediciones “made in Tierras Polares” y nosotros anduvimos tanto por la nieve como por lagos que continuaban congelados durante la primera mitad del mes de abril. Una de las rutas más interesantes (nivel medio-fácil) que pudimos llevar a cabo fue la caminata que lleva a la Playa de las ballenas, un escenario marítimo completamente salvaje en el que uno se siente golpeado por su soledad y su dureza.

La Playa de las ballenas (Islas Lofoten, Laponia Noruega)

Esta caminata que requiere un mínimo de cuatro horas entre ida y vuelta no conviene confundirla con el avistamiento de ballenas. Ésta se hace en las islas entre junio y febrero, que es cuando estos cetáceos, así como orcas, se dejan ver con bastante facilidad. Desafortunadamente eso no formaba parte de nuestro recorrido, aunque sí que entra en el programa de verano de Tierras Polares (Lofoten, Tromso y ballenas). Así que para la próxima vez será…

Paisaje que se ve en el trekking de la playa de las ballenas en Islas Lofoten (Noruega)

Nusfjord, la mayor colección de casas tradicionales de pescadores

En la costa meridional de la la isla Flakstadøya , a unos 95 km de Svolvvær, se ubica uno de los pueblos de pescadores con mayor encanto de Islas Lofoten. Nusfjord es célebre por conservar el mayor número de cabañas de pescadores (rorbuer) de las Lofoten. Muchas de éstas fueron levantadas a finales de siglo XIX, aunque hoy casi todas se utilizan como alojamiento para huéspedes (en Reine dormimos en un rorbuer).

Nusfjord (Islas Lofoten, Noruega)

Su puerto es una preciosidad y aún se puede ver cómo queda la antigua fábrica de aceite de hígado de bacalao o asistir a la partida o llegada de los pescadores que aún se dedican a la actividad número uno en el archipiélago noruego.

Nusfjord (Islas Lofoten, Laponia Noruega)

Reine, mi postal preferida de Islas Lofoten

Si la belleza en Islas Lofoten tuviera un nombre, ésta se llamaría Reine. Casi al sur del todo le aguarda al viajero el significado de todo un archipiélago en un solo lugar. Asomado a un mirador cualquiera surge el prodigio de conjuntar a la perfección la grandiosidad de la naturaleza de las islas con el encaje minucioso de una aldea idílica pintada de rojo.

Reine y su fiordo (Islas Lofoten, Laponia Noruega)

No tengo ninguna duda de que aquí el planeta goza de una de sus mejores estampas. Y de que Lofoten merece un viaje sólo por tener la posibilidad de disfrutar de una vista semejante.

Despertar en un rorbuer (o soñar siempre despierto)

Dormir en un rorbuer o cabaña tradicional de pescadores es una gran experiencia en todo viaje a las islas Lofoten. Pero hacerlo en el entorno de Reine el regalo se escribe con letras mayúsculas. Para rematar nuestra estancia en este hermoso archipiélago noruego tuvimos la suerte de establecernos en un rorbuer en la isla de Hamnøy situada en el interior del famoso Reinefjord.

Rorbuer de Reine (Islas Lofoten, Laponia Noruega)

Allí nos dio tiempo a que un pescador nos regalara filetes de bacalao para cenar (nos hicimos un tataki para chuparse los dedos), a ver cómo el sol se resistía a abandonarnos hasta casi la medianoche y, sobre todo, a despertar con el sonido de las gaviotas, el reflejo de los botes en el fiordo y los picos nevados tiñéndose del naranja del amanecer.

¿Y qué tal en verano?

Ahora que se aproxima la estación veraniega, cabe decir que este viaje no pierde un ápice de intensidad. De hecho es perfecto para llevar a cabo un montón de actividades. Por ejemplo, en esta misma época del año es posible explorar las islas Lofoten y Vesteralen realizando senderismo, navegar en kayak, salir a avistar ballenas, frailecillos y, quien sabe, si orcas o cachalotes. Todo, por supuesto, muy cerca del Sol de medianoche, que ilumina a cualquier hora del día alguno de los paisajes más maravillosos del mundo que se dan en esta parte de Laponia Noruega. VVerr programa de verano «Lofoten, Tromsø  y ballenas».

 

Ballena jorobada

 

+ NO TE PIERDAS: Guía de los mejores lugares que ver en Islas Lofoten en un viaje.

¿Os ha gustado seguir este viaje? Ahora quizás os toque hacerlo a vosotros y traeros unas preciosas postales de Islas Lofoten, donde es genial escaparse en cualquier época del año. Escenas y escenarios no faltan en el que para mí es el destino más hermoso de Laponia Noruega.

Sele

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