Santo Tomé y Príncipe de la A a la Z (Abecedario viajero)
Cada vez que le digo adiós a Santo Tomé y Príncipe (y van tres ya) no puedo evitar sentir cierta congoja en el estómago. Separarse del paraíso, aunque sea de forma temporal y consensuada, nunca resulta fácil. Pero tener la posibilidad o, más bien la ensoñación, de poder regresar, me alimenta cada día. Mi pequeño lugar en el mundo, acurrucado por el paralelo cero mientras de una mano se sujeta del meridiano cero en pleno Golfo de Guinea, siempre merecerá toda mi atención. Y, lo creáis o no, me hace mucha ilusión mostraros ese pedacito del Edén que un día emergió del océano para configurar en el mapa un paisaje tropical de formas sorprendentes bajo la melodía que John Williams diseñó magistralmente para Parque Jurásico allá en 1993. Algunos han tenido o tendrán posibilidad de conocerlo in situ conmigo. Otros lo harán de por cuenta propia. Pero sea en aquel escenario increíble o a través de estas palabras e imágenes calculadas en píxeles, mi intención es que este minúsculo país isleño que fuera colonia portuguesa durante cinco siglos, pueda ser conocido un poco más. Aunque siendo uno de los diez países menos visitados del planeta, estoy seguro de que queda trabajo por delante.
Creo que podría ser buena idea descubrir algunas particularidades sobre Santo Tomé y Príncipe a través de un abecedario viajero con aquellas palabras o términos esenciales que definen a un destino como este. Se trataría de un juego de conocimiento con el que acercarse un poco más al país del leve-leve.
A–> Aves en un paraíso tropical.
Para los amantes de las aves, Santo Tomé y Príncipe es todo un regalo. Se calculan en torno a 143 especies, siendo 30 de ellas endémicas y, por tanto, presentes únicamente en estas islas africanas. Se ven loros grises, tejedores de plumaje amarillo y un montón de pájaros de vivos colores. Por lo que en todo viaje a Santo Tomé y Príncipe que se precie unos buenos prismáticos así como un teleobjetivo de calidad en la cámara fotográfica son bienvenidos para contemplar y captar el movimiento de las aves.
B–> Ballenas y delfines.
El avistamiento de ballenas es uno de los atractivos de los veranos en Santo Tomé y Príncipe. Durante los meses de junio y, sobre todo, julio y agosto, sus aguas se convierten en un refugio para las ballenas jorobadas y sus crías que se quedan varias semanas aquí alimentándose. Los lugareños cuentan que resulta sencillo apreciar los saltos de las ballenas sin, ni siquiera, precisar de barco, desde la propia orilla. Aunque, por supuesto, se organizan salidas en bote desde puntos esenciales como el islote de Rolas, BomBom (Príncipe) o Morro Peixe, este último al norte de la isla principal de Santo Tomé.
Los delfines, llamados en portugués con el entrañable nombre de «golfinhos», también se dejan ver con cierta facilidad durante las travesías en barco.
En julio de 2020 volveré junto a Pangea liderando un viaje de autor a Santo Tomé y Príncipe coincidente con la temporada de ballenas (Ya no quedan plazas). Y para septiembre de 2020 estamos a punto de anunciar el mejor viaje que habremos planificado hasta la fecha. Hacia un lugar recóndito con fauna salvaje y etnias que viven como sus ancestros. Una región donde el turismo no existe ni se le espera. Serán muy pocas plazas las disponibles, una aventura realmente única. Si quieres que te informe ponte en contacto conmigo.
C–> Cacao, café y chocolate.
A finales del siglo XIX se introdujo el cacao en las islas, así como el café (sólo en plantaciones que se ubicaban a una altura muy determinada, siendo Monte Café la principal). De hecho durante décadas Santo Tomé y Príncipe fue uno de los países que más exportaban cacao en todo el mundo. Hoy día, aunque la mayor parte de las plantaciones y haciendas coloniales (roças) quedaron abandonadas al dejar de ser colonia portuguesa, se sigue cultivando el cacao, a veces por medio de cooperativas locales y otras por medio de entidades extranjeras como Claudio Corallo o Diogo Vaz que, a su vez, producen chocolate (se pueden visitar sus fábricas y hacer degustaciones así como compras en sus sedes en la capital, São Tomé).
D–> Dobra.
La dobra es la moneda nacional de Santo Tomé y Príncipe. Su traducción al castellano es «doblón», que curiosamente así fueron llamadas las monedas de oro acuñadas en el Imperio español desde los Reyes Católicos cuyo valor era similar al de dos escudos. Actualmente la cotización de este nueva moneda es permanente, pues se fijó en 2017 a 24,47 STN por 1€. Antiguamente, dada la gran inflación del país, tenía tres ceros más. Hay billetes de 5, 10, 20, 50, 100 y 200 que se pueden obtener en bancos (no existe oficina de cambio ni en el propio aeropuerto), aunque las casas de cambio más usuales por los visitantes están en la calle, pues hay lugareños, sobre todo en el entorno de la catedral o el mercado central de São Tomé, quienes cambian euros por dobras. Fuera del país no se puede cambiar, por lo que conviene cambiar de poco en poco.
Las tarjetas de crédito sólo funcionan en los hoteles de categoría 4 estrellas o superior. Y, a veces, ni siquiera. Más información al respecto en la guía de consejos para viajar a Santo Tomé y Príncipe publicada en este blog.
E–> Esclavitud.
Cuando en 1472 los navegantes lusos João de Santarém y Pedro Escobar llegaron en sus navíos a estas islas, las hallaron completamente deshabitadas. Con el tiempo fueron pobladas con esclavos comprados en las costas del Golfo de Guinea (Benín, Togo, Costa de Marfil y, sobre todo, Angola), los cuales fueron utilizados en primer lugar para la plantación de la caña de azúcar. Después las islas, tras dejar de cultivar azúcar tras el auge de las islas del Caribe, se convirtieron en un auténtico mercado de esclavos que eran llevados a América hasta que, de nuevo, fueron utilizados para las propias haciendas dedicadas a cultivar cacao, café y otros frutos de carácter tropical. Incluso tras la abolición de la esclavitud se mantuvo este régimen muchas más décadas y las roças (haciendas) fueron auténticos reinos sin control que llevó incluso a que el cacao de Santo Tomé y Príncipe sufriera el boicot de multitud de países europeos, sabedores del trato vejatorio a los trabajadores de las plantaciones por parte de los portugueses.
¿Quién es O Rei Amador?
Un 9 de julio de 1595, un esclavo llamado Amador inició junto a los angolares, pobladores del sudeste de la isla de Santo Tomé, una revuelta contra los portugueses. Se refugiaron en los profundos bosques del interior (actual Parque Natural Ôbo) constituyendo un verdadero quebradero de cabeza a los lusos que gobernaban con mano de hierro las plantaciones. Sus seguidores mostraron una bandera a los colonos, proclamando a su nuevo rey, «O Rei Amador» como monarca de las islas y único libertador de los negros esclavizados en esta recóndito territorio ultramarino de Portugal.
F–> Forro.
Forros eran llamados los esclavos liberados pero hoy este término es referido exclusivamente a la lengua criolla portuguesa que es hablada por algo más de un tercio de los habitantes de Santo Tomé y que utiliza o fusiona términos del portugués con otros de lenguas bantúes que hablaban los esclavos africanos que fueron llevados a las islas para trabajar en las plantaciones. A pesar de que el 93% de las palabras proceden del portugués, cuando se escucha a un local de Santo Tomé o de Príncipe (allí hay una variación criolla conocida como lunguyê) hablar en criollo resulta realmente complicado comprenderlo.
G–> Geología caprichosa.
El archipiélago de Santo Tomé y Príncipe, así como la islas de Bioko o Annobón (Guinea Ecuatorial) e incluso el Monte Camerún, tienen un origen volcánico común hace muchos millones de años. Forman parte de una cadena montañosa de volcanes extintos, mayoritariamente bajo las aguas del Océano Atlántico en el Golfo de Guinea, que, debido a sus situación en el mapa (sobre la línea del ecuador) cubrió todo el territorio (rico en basalto, es decir, lava solidificada) de una vegetación excelsa. El tiempo y la erosión hicieron el resto. De ahí que los paisajes de este diminuto país africano estén modelados por completo a capricho de la naturaleza, dejando a la vista curiosas formaciones como picos o cuellos volcánicos (Como el Cão Grande) que no parecen de este planeta. O auténticas alfombras de basalto que bajan hasta el océano y que hacen que lugares como Boca do Inferno no tengan nada que envidiarle a la celebérrima «Calzada del gigante» en Irlanda del Norte. Eso sí, sin apenas turistas visitándolos.
H–> Herencia portuguesa.
La herencia portuguesa, tras una colonización de cinco siglos, va más allá de la lengua con la que se comunican sus habitantes. Queda mucho de Portugal en sus ricos edificios coloniales tanto en los cascos históricos de São Tomé como de Santo Antonio en Príncipe y, sobre todo, en las roças que han logrado sobrevivir a décadas de abandono en plena selva. También se nota en la gastronomía, aunque con mezcolanzas africanas y un uso evidente de frutas tropicales, en un buen café solo después de comer y en esa saudade o nostalgia inherente a la idiosincrasia lusa cuyos tiempos como Imperio ya quedaron muy atrás. Y, por supuesto, en la amabilidad y simpatía con el visitante que, aunque es escaso todavía, siempre es bien recibido en estas islas.
I–> Islas e islotes.
Este país archipiélago está compuesto de dos grandes islas habitadas (Santo Tomé así como Príncipe, esta última menos de la mitad de tamaño que la primera), un islote como Rolas con apenas 150 habitantes (y un solo hotel) y otros islotes despoblados que raras veces se visitan. Como, por ejemplo, Ilhéu das Cabras, muy próximo a la capital y que se aprecia cuando se aterriza en el aeropuerto, BomBom (con uno de los mejores resorts del país) o Caroço en Príncipe, así como las enigmáticas y aisladas islas Tinhosas (Tinhosa Grande y Tinhosa Pequena), cuyo suelo de piedra sirve para la anidación de miles de aves marinas, algunas de las cuales se encuentran en evidente peligro de extinción. Dada la distancia por mar de la isla de Príncipe así como de que no existen medios de transporte que lleven hasta allí para muchos amantes de las aves no nos queda más que quedarnos con las ganas y soñar poder pisar las Tinhosas algún día (cuando suceda creo que tomaré biodramina por encima de mis posibilidades, que me mareo en los barcos).
J–> João Carlos Silva, el Chef.
Si algo tiene la cocina de Santo Tomé y Príncipe es que no es aburrida. Y, si no, que se lo pregunten al Chef João Carlos Silva quien en el restaurante de la Roça São João (en São João dos Angolares, al sureste de la isla de Santo Tomé) propone un «viaje gastronómico» a lo mejor de la isla a través de un elaboradísimo menú degustación de más de diez platos (a un precio de 25€). Bajo unas vistas arrebatadoras de la bahía se van sucediendo una tras otra ideas geniales que, a partir del producto de la tierra (y el mar), permite gozar de una de las mejores experiencias gastronómicas de un país en el que se come realmente bien. Como diría el propio João Carlos, lo que de aquí salen son «obras de arte efímeras». Doy fe. Cada vez que voy no me pierdo este concierto culinario donde las notas son siempre sublimes.
K–> Kizomba.
Género musical de origen angoleño, aunque presente en multitud de países de habla portuguesa. En Santo Tomé y Príncipe es religión, así como bailarlo pegado a la pareja y, de ese modo, como dicen los entusiastas de este estilo tan sensual en el que se «cierran los ojos para juntar las almas».
L–> Leve, leve.
Llegas al aeropuerto y tardan en sellar el pasaporte… pues «Leve, leve». No viene el transporte en hora… «Leve, leve». Pides pollo y parece que han ido a por él a una granja en el otro extremo de la isla… «Leve, leve». Ese es el lema más repetido y reconocible de Santo Tomé y Príncipe. Toda una declaración de intenciones, una forma de vida. Sería algo así como «Despacito», «no se me estrese» o el tan repetido en Marruecos «prisa mata, amigo». Y, en cierto modo, tienen razón. Los que llegamos de fuera, sobre todo de las ciudades, lo queremos todo antes de ayer. Y aquí para sobrevivir sin soliviantarse hay que bajar el ritmo, dejarse de exigencias y disfrutar de la buena vida de un lugar llamado paraíso.
Si fueramos todos más «Leve, leve» y sonriéramos más estoy convencido de que nos irían mucho mejor las cosas. O, por lo menos, seríamos más felices.
M–> Mitad del mundo.
Si hacemos caso de la división artificial que se hace de los mapamundis con sus meridianos y paralelos, círculos polares, trópicos, etc. nos encontraríamos que el lugar habitado más céntrico del planea sería… ¡Santo Tomé y Príncipe! Lo atraviesa la línea ecuatorial (concretamente pasa sobre el islote de Rolas) por un lado, mientras que el meridiano cero o de Greenwich queda muy cerca, aunque sin llegar a tocarlo. De ahí que sea usual decir que este país es el ombligo del mundo si nos atenemos a las líneas divisorias imaginarias utilizadas para orientarse en la superficie terrestre.
N–> Naturaleza salvaje (y protegida).
Si hubiera que catalogar a Santo Tomé y Príncipe en una tipología de viaje lo más acertado sería decir que se trata de un destino de naturaleza. Alrededor de la mitad del territorio está compuesto por selvas vírgenes, siendo buena parte de las mismas completamente inaccesibles (como el corazón del Parque Natural Ôbo tanto en Santo Tomé como en Principe). Aunque parezca raro hoy día, aún quedan en este país lugares sin explorar.
Ñ–> ¡Ñam! Sobre el yantar saotomés.
La gastronomía de este país isleño tiene un poco de Portugal, aderezado con platos típicos del Golfo de Guinea y donde la materia prima resulta excelente en cuanto a frutas tropicales y deliciosos productos del mar (pescado, pulpo, etc.). Su cocina no resulta, de ningún modo, monótona. Los saotomeses gustan de mezclar sabores y plasmar mimo a sus platos, nunca exentos de detalle y buen gusto.
El uso de la maracuyá, el mango, la papaya y el plátano frito es evidente. Aunque quizás para quienes no les guste el cilantro (y levanto la mano) convendría decir que forma parte de muchos de los platos locales.
O–> Ôbo (Parque Natural).
El Parque Natural Ôbo es santuario y reserva de la biosfera por la UNESCO delimitado en 2006 para salvaguardar el gran tesoro de la naturaleza que posee Santo Tomé y Príncipe. Ocupa 235 km² en la cara sur de Santo Tomé (el 30% de la isla) mientras que en Príncipe su extensión es de 85 km² (alrededor del 50% de la isla). Su tupida selva tropical primaria es de una gran riqueza biológica, aunque existe una inmensa variedad de biotopos como bosques de montaña, manglares (como Malanza), así como sabana. La biodiversidad de estas islas es un bien muy apreciado por los naturalistas de todo el mundo. Algo digno de preservar lo mejor posible.
Buena parte del mismo es inaccesible (e inabarcable) y son todavía escasos los senderos marcados en dicho parque para realizar trekking.
P–> Playas de ensueño.
Algunas de las mejores playas del mundo están aquí, en Santo Tomé y Príncipe. Alfombras de arena fina que se te escapa de las manos, aguas color turquesa y, todo ello, sin nada que rompa el equilibrio del paisaje. Ni hoteles mastodónticos, ni resorts, ni chiringuitos. ¡Nada! Sólo playa y vegetación. Quizás la canoa de algún pescador o algún bañista sonrojado por haber descubierto uno de los últimos paraísos vírgenes de la Tierra.
En Santo Tomé y Príncipe las playas son para ti. Las más hermosas son Praia Banana en Príncipe (aunque las cercanas Macaco y Boi no le van a la zaga), Praia Bataria en el islote de Rolas o al sur de Santo Tomé, Jalé o Inhame, conocidas por ser lugar de desove de varias especies de tortugas marinas. Pero lo mejor de todo es que muchas aún, dado que son únicamente accesibles por barco, están por descubrirse.
Q–> ¡Qué maravilla!
Expresión repetida hasta la saciedad por quienes se embarcan en un viaje a Santo Tomé y Príncipe y no dan crédito a lo que ven sus ojos. ¡Qué maravilla! ¿Pero cómo no había venido aquí antes? y otras expresiones variopintas normalmente acompañadas de exclamaciones o incluso signos de interrogación. Es lo que provoca un destino cero masificado (de hecho año tras año está en la lista de los países menos visitados del mundo) del que un 99,99% de la población no sabe tan si quiera de su existencia. De hecho al año un solo hotel de capacidad media de España recibe más visitantes que todo Santo Tomé y Príncipe.
R–> Roça.
Se denomina «Roça» a la hacienda colonial típica portuguesa en Santo Tomé y Príncipe. En su mayoría se trata de plantaciones o explotaciones de cacao y son el súmmum de la arquitectura de los tiempos de las colonias portuguesas de ultramar. Si bien la mayoría están abandonadas y parecen abocadas a la ruina y que se las trague la selva, hay algunas que se han recuperado y restaurado convenientemente para su uso como alojamientos (caso de Roça Sundy o Belo Monte en Príncipe, así como Roça ão João en la isla grande) o incluso para recuperar su origen como cabecera de una plantación. Otras como Agua Izé, en Santo Tomé, son ya todo un «pueblo», ya que sus edificaciones han sido ocupadas por los lugareños para ser utilizadas como vivienda (inclusive el viejo hospital).
S–> Seguridad.
Sin duda Santo Tomé y Príncipe se trata de una puerta amable a África. Sus índices de criminalidad son bajísimos y es, de largo, uno de los países más seguros de África Occidental (probablemente el que más). Se puede ir por la calle con la cámara de fotos y si te dejas algo olvidado, lo más probable es que siga en el sitio o haya alguien buscando a su dueño para devolvérselo.
Aún así siempre conviene extremar las precauciones, no confiarse y viajar con un buen seguro. Que los mosquitos no atracan pero pinchan que da gusto. Y aún no hay vacuna para la gastroenteritis…
T–> Tortugas marinas.
De las siete especies de tortugas marinas que hay en el mundo, cinco de ellas vienen a desovar a las playas de Santo Tomé y Príncipe. En concreto las siguientes:
- Tortuga Verde –> Nombre científico: Chelonia Mydas. La que más presencia tiene. En las islas es conocida como la Mão Branca.
- Tortuga Laúd –> Nombre científico: Dermochelys Coriacea. La más grande que existe en el planeta con hasta dos metros de longitud. Los locales la llaman coloquialmente «Ambulancia» por su increíble tamaño.
- Tortuga Carey –>Nombre científico: Eretmochelys Imbricata. Algo más pequeña que las anteriores, reconocible por su caparazón grueso al que suelen adherirse moluscos. Allí se la conoce como «Tartaruga sada» y su presencia en el archipiélago ha disminuido mucho en los últimos años.
- Tortuga Golfina –>Nombre científico: Lepidochelys Olivacea. A medio camino entre la carey y la verde, aunque muy reconocible por su color oliváceo. En Santo Tomé y Príncipe se la denomina «tartaruga tatô».
- Tortuga Boba –> Nombre científico: Caretta Caretta. De un tamaño similar a la verde, aunque a veces incluso mayor. Sus aletas son muy amarillas. En el país se refieren a ella como «cabeça grande».
A pesar de la tradición de cazar tortugas, ahora prohibido, se están dando una serie de proyectos con los que proteger tanto el proceso de desove como de los nacimientos y la marcha de las crías al mar. Hay numerosas playas en el país donde se produce este fenómeno. En Santo Tomé destacan al sur Praia Jalé y Praia Inhame, así como el islote de Rolas o en el norte Morro Peixe y Praia Micondó. En Príncipe sin duda Praia Grande es todo un imán para las tortugas, aunque su accesibilidad en época de lluvias es algo compleja.
Interesante para leer sobre el tema: La noche de las tortugas en Praia Inhame. Así como el artículo titulado De tortugas marinas y otros milagros.
U–> Ubicación altamente desconocida.
Os propongo realizar un experimiento. Preguntad a diez personas de vuestro entorno (familia, compañeros de trabajo, amigos, etc.) si conocen un país llamado Santo Tomé y Príncipe. En caso de que respondan de manera afirmativa pedid que os indiquen en qué parte del mundo se encuentra. Ya os advierto del resultado. Nadie o casi nadie sabe ni de su existencia ni mucho menos de su ubicación.
¿Qué mejor motivo para mostrar las muchas maravillas que ver en Santo Tomé y Príncipe?
V–> Vulcanología avanzada.
Viajar a Santo Tomé y Príncipe es, sin duda, una clase magistral de vulcanología avanzada. Sobre todo respecto a la influencia en un paisaje de unas islas que emergieron en el océano tras constantes erupciones volcánicas. Las rocas que se encuentran en la costa (Por ejemplo en Boca do Inferno o en las playas al sur de Rolas) delatan un pasado de fuego y explosiones. Aunque el mejor ejemplo está en cuellos volcánicos como el mítico Cão Grande (también el Cão Pequeño) o en las formaciones puntiagudas que sobresalen en las tripas selváticas de la isla de Príncipe. Incluso practicando buceo se encuentran numerosas muestras de lava solidificada tras entrar en contacto con el agua.
W–> Webs de Santo Tomé y Príncipe.
Hace algunos años la información en internet sobre Santo Tomé y Príncipe era realmente escasa. Y en castellano más aún. Poco a poco se van encontrando algunos recursos, aunque aún falta mucho para tener cierta «literatura» en red. Proliferan, además de algunas experiencias en blogs como este (hay también reportajes en Nationl Geographic, El País, etc.), algunas webs que se visten de oficiales pero que son, en realidad, agencias turísticas locales que han sido más rápidas a la hora de comprar un dominio web y donde venden sus servicios. De hecho sigo sin encontrar una web oficial de turismo ni tan siquiera de la Embajada de Santo Tomé y Príncipe en Lisboa.
X–> XV, el siglo de su descubrimiento.
El siglo XV, concretamente en 1472, fueron halladas estas islas por parte de João de Santarém y Pedro Escobar. Al parecer también estaba a bordo un navegante llamado Fernão do Pó, descubridor de la isla de Bioko en Guinea Ecuatorial. En España ese personaje nos suena más como Fernando Poo, que fue como se llamó al país ecuatorial hasta su independencia en pleno siglo XX.
Santo Tomé y Príncipe fue portuguesa durante más de 500 años (1472-1975) siendo probablemente una de las colonias más longevas que jamás haya tenido un país europeo.
Y–> Ya regresaré.
Ya regresaré. Ese es el consuelo que le queda a uno cuando viaja a Santo Tomé y Príncipe y no tiene más remedio que dejar atrás el paraíso y regresar a casa. En mi caso han sido ya tres incursiones a las islas, dos de ellas dentro de un proyecto de viaje de autor en que se viene gente conmigo (aquí los mejores momentos que viví con mi primer grupo). Para principios del mes de julio de 2020 pero las plazas se agotaron enseguida. Quien tenga interés en formar parte de próximas aventuras a las islas, no debe dudar en ponerse en contacto conmigo y le informaré de nuevos viajes.
Consulta todos los viajes de autor con plazas disponibles.
Z–> Zoológico darwiniano.
Para muchos expertos Santo Tomé y Príncipe sería algo así como una especie de islas Galápagos en África Occidental. Su aislamiento permitió que se sucedieran una serie de endemismos y ejemplos evolutivos en sus muchas especies que Darwin hubiese gozado de lo lindo. A pesar de no tener «bichos grandes» el naturalista hubiese podido desarrollar igualmente la Teoría de la evolución de las especies en el archipiélago africano. A nivel de flora y fauna hay infinidad de ejemplos que ilustrarían uno de los estudios más famosos de la Historia.
Y hasta aquí el abecedario viajero con el que espero haber dado algo más de luz a un destino del que se conoce aún demasiado poco.
¡¡¡Salud y viajes!!
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: Se pueden consultar aquí reunidos todos los artículos sobre Santo Tomé y Príncipe realizados hasta la fecha.