Guía de lugares increíbles que ver en un viaje a Santo Tomé y Príncipe
Entre palmeras, baobabs y otros árboles inmensos haciéndole cosquillas al cielo se entremezclan las nubes de un pedacito verde y florido que permanece varado en el Golfo de Guinea. Su nombre, Santo Tomé y Príncipe, un paraíso insular de cacao, vainilla y café donde antes hubiera territorio portugués y que vuela libre desde el año 1975. Un país tan insólito que cuesta ubicar en el mapa y del que muy pocos han hablado. De hecho suele aparecer en las listas de los lugares menos visitados del planeta. Una hermosa y apreciada rareza que guarda entre sus dones el haber salvaguardado sus parajes naturales de los millones de pisadas del turismo masivo y, por tanto, ser capaz de regalar al visitante la oportunidad de volver a sorprenderse.
Durante mis últimos viajes al país he recopilado una buena cantidad de lugares maravillosos e increíbles que ver en Santo Tomé y Príncipe. Auténticos alardes de naturaleza virgen, de experiencias culturales y, sobre todo, humanas. Porque este paraíso no sólo lo es de selvas primarias o playas de postal, sino también de esa gente amable que forma parte de tu recorrido. Pocas maneras más gratificantes se me ocurren de llamar a la puerta de África.
No te pierdas el reportaje de 30 preguntas y respuestas para viajar a Santo Tomé y Príncipe.
Santo Tomé y Príncipe, una colección de lugares fantásticos
Cuando viajo a China tengo anotadas muchas de las maravillas que me esperan. Se llame Gran muralla, el Buda gigante de Leshan, los guerreros de Xi’An, la panorámica urbana y futurista de Shanghai desde el Bund o el centro de cría de los osos panda de Chengdú. Con India me vienen a la cabeza el Taj Mahal y los lugares que nos contó Rudyard Kipling en El Libro de la Selva y donde todavía se pueden ver tigres en libertad. Lo mismo con Francia y la Torre Eiffel, Grecia y sus ruinas milenarias, Egipto y sus pirámides y un largo etcétera. Es decir, es raro no partir con referencias de un país que vas a visitar. En el caso de Santo Tomé y Príncipe os aseguro que tuve que buscar, y de lo lindo, para saber algunos lugares por los que había pasar sí o sí.
La ruta-prospección con Pangea que supuso mi primera vez en Santo Tomé y Príncipe fue un reto para todos los miembros de la expedición y, aunque partimos con los deberes hechos, no teníamos apenas idea de lo que podía depararnos el destino. Era como viajar a un mapa en blanco que ir coloreando a base de recomendaciones y encontronazos no previstos. Pero estaba tan ilusionado por ser uno de los primeros bloggers que formaran parte de una prospección en la que definir posibles rutas en un rincón del mundo tan insólito, con una clara apuesta por el turismo sostenible y ecológico, que me pasé varias noches soñando con rincones que sólo existir en mi cabeza. Aunque, en este caso, la realidad fue mucho mejor incluso que la imaginación (algo que ya recalqué en el artículo, Santo Tomé y Príncipe, viaje al último paraíso).
Con el tiempo además tuve la suerte de poder regresar en otras tres ocasiones, lo que me sirvió para completar mi conocimiento del archipiélago.
¿DÓNDE ESTÁ SANTO TOMÉ Y PRÍNCIPE? Este país insular que formó parte de Portugal durante cinco siglos se encuentra en el Golfo de Guinea. La isla grande, Santo Tomé, queda frente a las costas de Gabón (a 250 km aprox), mientras que Príncipe se sitúa frente a las costas de Guinea Ecuatorial.
Por esta razón me gustaría plasmar a continuación todos esos lugares fantásticos y 100% recomendables que formaron parte de mis distintos viajes a Santo Tomé y Príncipe y, de ese modo, poder ayudar a quienes no conocen las islas a hacerse una composición de escenarios que convendría no perderse. Referencias, al fin y al cabo, de lo que un país tan desconocido puede ofrecer a sus futuros visitantes. Empezando por la isla grande de Santo Tomé (donde incluyo también Ilhéu das Rolas) y terminando por Príncipe. Y siempre teniendo en cuenta los lugares visitados en mis distintas andaduras en el país-archipiélago, ya que muchos otros, como es normal, quedaron atrás para futuras ocasiones. ¿Preparados? ¡Allá vamos!
¿Qué ver en Santo Tomé? Algunos rincones imprescindibles
SÃO TOMÉ CAPITAL
El mercado municipal de Santo Tomé
La capital del país toma el nombre de la isla principal, Santo Tomé (en portugués São Tomé). Es el punto de partida de los viajeros que llegan en avión (desde Europa con TAP o con São Tomé Airways partiendo desde Lisboa) y por donde se pasa obligatoriamente en distintas ocasiones. Si bien la ciudad no es un desecho de virtudes y carece por completo de rasgos monumentales, tiene bastante animación puesto que allí se concentran saotomeses venidos de todas partes de la isla.
Si tuviera que recomendar un solo lugar de la ciudad de Santo Tomé ese sería el mercado municipal y sus alrededores. El área donde se van a juntar Avenida Conceição y Avenida da Independencia se llena de hombres y mujeres que venden los colores de la isla a través de frutas, verduras, hortalizas, especias, pescado fresco (desde barracudas a peces voladores) y así como carnes. Y toda clase de utensilios y materiales que nos podamos imaginar.
Sin duda el mercado municipal es el lugar más fotogénico y pintoresco de la capital. Tanto por dentro como por fuera en las calles aledañas. Eso sí, no conviene olvidar pedir permiso en el caso de querer tomar fotografías de gente, puesto que no son tan proclives al retrato como en las aldeas de las islas. Un buen consejo es subir las escaleras hasta el piso superior del edificio del mercado y poder contemplar el ajetreo de un día cualquiera de Santo Tomé. Con sus puestos, sus taxis amarillos y la humedad concentrada en los tejados.
¿Pero no hay monumentos en la ciudad de Santo Tomé?
Por supuesto que existen rincones interesantes reflejo de una historia de colonización y supervivencia. La Santa Sé o Catedral dedicada a Nossa Senhora da Graça, frente al palacio presidencial, es probablemente uno de los edificios catedralicios más antiguos del África subsahariana (aprox 1576). A pesar de haber sufrido incesantes remodelaciones que le hacen no parecerse un ápice a la original, tiene en su interior interesantes muestras en azulejo portugués que nos trasladan a un periodo que duró nada menos que cinco siglos. Alrededor de la catedral, así como en la Avenida Marginal 12 julho (el malecón) sobreviven desgastados varios edificios de la época colonial (muchos del siglo XIX y principios del XX). Mucho más antiguo dería el Forte de São Sebastião, la primera fortaleza destinada a la defensa del que fuera enclave portugués (de 1575), la cual ahora sirve como sede del humilde Museu Nacional de São Tomé e Príncipe (precio 50 dobras o, lo que es lo mismo, 2 euros) donde se exponen algunos vestigios históricos del país. Especialmente interesante la reproducción del comedor de la casa grande del patrón de una vieja roça de la época colonial. Aledaño al fuerte existe una pequeña playa donde suelen venir a bañarse los locales capitalinos. Aunque muy lejos de la espectacularidad de los arenales privilegiados que se encuentran a lo largo y ancho de la isla.
A escasos dos minutos delante del Fuerte, la reconversión de los antiguos talleres donde se arreglaban los trenes del cacao ha dejado un espacio cultural gratuito muy especial. Se trata de CACAU, palabra clave cuyas siglas se destinan para definir a esta Casa das Artes Criação Ambiente Utopias con exposiciones permanentes y temporales, así como eventos, tienda o bar para tomarse algo, desde la que descubrir este pequeño y desconocido país que por fin parece que empieza a quitarse los complejos de encima.
Degustación de chocolate
En el país del cacao merece la pena tener, al menos, una experiencia chocolatera. Las dos empresas principales son Claudio Corallo (un italiano que invirtió sus millones para exportar cacao de la isla de Príncipe y producir chocolate hace ya muchos años) y, más reciente, Diogo Vaz. Ambas poseen tiendas en la ciudad de São Tomé, pero si tuviera que decantarme por con una, me quedo con la loja o boutique del chocolate de Diogo Vaz en la Avenida Marginal 12 de julho. Instalaciones modernas, lugar donde quedarse a tomar algo y posibilidad de degustar los mejores chocolates de la compañía que posee una gran plantación en el nordeste de la isla (y a la que se pueden organizar visitas guiadas a muy bajo precio). Más información en diogovazchocolate.com.
Particularmente creo que la mejor tableta de chocolate de la marca es la «70% Unroasted Amelonado», la cual recibió varios premios. El precio por tableta ronda los 6€.
UN RESTAURANTE LOCAL PARA RECOMENDAR: Papa Figo (Av. Kwame N’Kruma, teléfono +239 222 7261) pasa por ser, probablemente, el mejor restaurante calidad-precio en la capital. Experiencia absolutamente local con platos abundantes. Además de ser uno de los pocos sitios donde se pueden pedir distintos mariscos (la langosta grelhada es excelente, así como la santola o centolla), aunque la carta es realmente variada. Los postres caseros, que difieren cada día en función de lo que decidan preparar allí, son también para tener en cuenta.
Con cocina más de autor recomiendo el restaurante del Omali Lodge (mi hotel favorito de la isla), frente a Praia Lagarto a medio camino entre el aeropuerto y la ciudad. Por supuesto es más caro que comer en un restaurante local, pero el producto, la presentación y el ambiente son excelentes. Sólo por el mero hecho de probar la mejor mousse de chocolate de este planeta, y no exagero, merece la pena pasarse aunque no sea para dormir.
¿Y PARA IR DE COMPRAS?: Curiosamente Santo Tomé y Príncipe no es un país para compradores compulsivos. De hecho existen escasos lugares donde se venda artesanía típica. Pero en la ciudad de Santo Tomé conviene tener en cuenta a Pica Pau, una pequeña cooperativa de artesanos que venden in situ sus estatuillas, máscaras de colores, pinturas, bisutería y demás souvenirs para llevarse algún a casa algún recuerdo de las islas. Su tienda se encuentra exactamente al final de la Rúa de Santo António do Príncipe, justo frente a la Biblioteca Nacional.
RUMBO AL INTERIOR
El distrito Mé Zóchi (con Trindade como ciudad principal) es la única parte poblada que se aproxima más al corazón de la isla. Hablamos del interior, rozando con la yema de los dedos (e incluso tocándolo) el Parque Natural Ôbo (ocupa un 30% de la superficie de Santo Tomé y en torno a un 50% de Príncipe, que comparten esta reserva de la biosfera protegida). Por su situación en altura concentra buena parte de las antiguas plantaciones coloniales (llamadas roças) y es una de las puertas más accesibles al Ôbo. Ideal para hacer trekking (de aquí, por ejemplo, parte el sendero para subir a la cima del Pico São Tomé, el más alto del país con 2024 m. de altura, aunque hay otras rutas más asequibles), bañarse en cascadas y visitar las antiguas haciendas de cacao o café, muchas de las cuales aún siguen funcionando aunque sin las connotaciones de la época colonial.
Roça Monte Café
Esta zona de la isla tiene un buen número de roças o plantaciones en un buen estado de conservación, aunque quizás destaque entre todas la Roça Monte Café. Está situada a 3 km de Batepá y 6 km de Trindade por carretera asfaltada. Y se trata de una de las más antiguas haciendas coloniales que ver en Santo Tomé y Príncipe. Fue fundada en 1858 por Manuel da Costa Pedreira, un empresario relacionado con prácticas esclavistas en Angola, Santo Tomé y Príncipe así como Brasil. Aprovechando la altura de los terrenos, con distintas cotas pero buena parte a 670 metros, convirtió a esta roça en uno de los mayores puntos de producción de café en esta parte del mundo. Aunque también contó con plantaciones de cacao, del que cabe destacar que Santo Tomé y Príncipe fue primer exportador mundial a finales del siglo XIX y principios del XX.
Hoy día se produce café y cacao a pequeña escala y la comunidad saotomense está completamente involucrada en el proyecto. Ya muy lejos de los tiempos en que a los trabajadores se les explotaba y se les hacinaba en barracones separados de los blancos (el tal da Costa Pedreira trajo además a gente venida de Macao a trabajar) y en que las roças eran auténticos reinos de taifas donde el dueño no sólo lo era del terreno.
Además de poder visitar los edificios históricos de esta roça hay habilitado un interesante museo del café donde conocer más sobre este producto y la historia de esta hacienda. Por supuesto, una buena taza de café se incluye con la entrada a este lugar donde se conserva maquinaria y documentación de la época.
UN RESTAURANTE LOCAL PARA RECOMENDAR: Efraim Restaurant es un pequeño restaurante de madera en el corazón de la Roça de Monte Café en el cual se sirve una comida excelente basada en productos locales sin perder de vista a la innovación en cocina. ¡Su ceviche es una delicia! Y justo en el edificio anexo, para quien lo desee, explican cómo hacen café/cacao, que además tiene venta al público.
Otras roças interesantes para visitar en la zona son Nova Moca (a 3 km por carretera no asfaltada camino de la cascada de São Nicolau) así como Roça Saudade, donde vivió sus primeros años el polifacético y artista modernista luso Almada Negreiros (1893-1970), ahora convertida en restaurante con menú degustación y vistas espectaculares.
Cascada de São Nicolau
Si bien el distrito está lleno de cascadas y saltos de agua entre la maleza, muchas de las cuales permiten el baño, una opción interesante si además se va a combinar con la roça de Monte Café o Nova Moca es acudir a São Nicolau. Para llegar a ella hay que olvidarse de la carretera asfaltada y tomar una pista que suele permanecer embarrada todo el año (con un utilitario con la suspensión baja mejor no atreverse e ir caminando). Sus 30 metros de caída conforman la que para muchos es «la mejor ducha al aire libre» del país. Dispone además de unos cómodos escalones para bajar hasta ella y darse un chapuzón.
Otras cascadas que merecen la pena en la zona son Bombaim, Cascata Milagrosa o Cascata Formosa, aunque esta última requiere un trekking de cerca de dos horas desde la propia Bombaim. Probablemente la más fotogénica y accesible es la ya mencionada São Nicolau.
Desde la cascada de São Nicolau si se sube por la carretera (si se desea dejar el coche abajo e ir a pie no lleva más de 15 minutos) se encuentran las ruinas de una antigua plantación donde todavía vive gente. No hay nada en particular pero digamos que es un lugar con alma al que no suele llegar nadie y donde es posible charlar amigablemente con los locales, que salgan los niños a jugar al fútbol contigo o tomar unas fotos fantásticas en un entorno semiabandonado (y extremadamente fotogénico).
NOTA: Lamentablemente la que fuera la Casa Grande de Roça São Nicolau (arriba en la foto) se vino abajo durante una tormenta a finales de 2021. Queda apenas la marca de dónde se situaba. El abandono de muchos de estos lugares de la época colonial que no se protegen hace presagiar que en pocos años irán quedando menos restos del pasado de las islas del cacao.
Lagoa Amélia (trekking al interior del Ôbo)
En Bom Sucesso, casi cuando no queda más carretera que tomar, hay un curioso jardín botánico con múltiples especies de plantas y árboles. Desde aquí parten senderos de trekking que se internan en el Parque Nacional Ôbo y se dirigen, por ejemplo, al Pico de São Tomé (hay que echarle un par de días mínimo entre ida y vuelta). Por supuesto, requiere guía. Pero como casi cualquier ruta que hagamos. Una que no es demasiado exigente es la del Lagoa Amélia, que lleva en torno a un par de horas (más para quienes nos vamos parando todo el tiempo a tomar fotos…o aire) y que entra de lleno en la selva primaria del Ôbo, de una frondosidad apabullante.
Tras dejar atrás toda clase de especies vegetales endémicas, árboles del Jurásico y un tramo interesantísimo donde el bosque se vuelve de bambú, se llega a un antiguo cráter volcánico que un día contó con una laguna pero que ahora está seca. Aunque nadie se engañe, es peligroso internarse en él porque además de juncos y hierba, hay muchas partes donde las arenas son movedizas. Por eso, entre otras cosas, conviene ir con guía desde Bom Sucesso. El nuestro nos mostró cómo podía hundir en el terreno sin dificultad una rama gruesa de más de diez metros. Y además viene al pelo la historia de una muchacha llamada Amélia y que desapareció tras entrar al cráter. Desde entonces el nombre de este lugar lleva su nombre.
RUTA DEL ESTE
Desde la capital São Tomé hasta Praia Inhame, desde donde se suele tomar el bote a isla de Rolas, hay un poco más de 70 kilómetros. Y éstos se pueden hacer en apenas un par de horas. Pero sólo quien no mira por la ventana y es frío como un témpano de hielo. ¡Porque resulta imposible! Esta ruta por carretera (en su mayor parte en perfecto estado) constituye uno de los itinerarios más interesantes y fotogénicos de la isla de Santo Tomé. Acantilados, playas que dejan la boca abierta, roças, aldeas pintorescas, más cascadas y las mejores panorámicas de Su Majestad el Cão Grande, una chimenea volcánica de 663 metros de altitud que parece de otro planeta. Son muchos los lugares increíbles que recomendaría ver en esta parte de Santo Tomé. Pero si tuviera que escoger algunos de los que he tenido la suerte de conocer hasta ahora me quedaría con estos (en sentido norte-sur):
Água Izé
A 16 km al sur de la capital y 5 km una vez hemos pasado Santana se halla probablemente la roça o explotación agrícola de la época colonial más grande del archipiélago (consideración que se disputa con la Agostinho Neto, antes llamada Rio do Ouro, al norte de la isla). Es toda una ciudad que, a diferencia de otras muchas que fueron abandonadas, cuenta con una importante población en desgastados pero evocadores edificios de finales del siglo XIX y principios del XX. El pavimento aún permite apreciar los raíles del tren que trasladaba el cacao a puerto (hay un señor que guarda un ferrocarril alemán en una antigua nave). Subir a la antigua casa hospital a través de una bellísima escalera y observar las dimensiones de la roça es toda una aventura (con los colores del atardecer mucho mejor además). La compañía de los niños y otros lugareños, eso sí, está garantizada.
Boca do inferno
A 2 km de Água Izé se encuentra un lugar que si estuviera en otro país sería el súmmum. ¿A quién no le suena la Calzada del gigante en Irlanda del Norte? Pues en Santo Tomé y Príncipe pueden presumir de la suya, aunque en versión tropical. El origen es el mismo, el de la lava enfriada rápidamente en el agua creando columnas de basalto de forma hexagonal. Pero el escenario es completamente diferente. En vez de colinas casi esteparias y una niebla casi perenne le acompañan las palmeras propias de un país tropical.
Para más inri esta catedral de basalto cuenta con un corredor rocoso por el que se mete el agua convirtiendo el oleaje en una auténtica estampida de espuma de mar que termina explotando en un agujero. A veces la fuerza del agua es tal que se recomiendan todas las precauciones posibles y observarlo con cierta distancia por pura seguridad. No hay ni señales ni vigilante y ya ha habido más de un susto por confiarse estando el mar muy fuerte. Es muy bello de ver (en las últimas horas de la tarde más aún) pero extremando todas las precauciones.
Praia Micondó
Una de las PLAYAS con mayúsculas de la isla se encuentra a mitad de camino de Ribeira Afonso y São João dos Angolares (aprox 9 km). Tan sólo hay que dejar el coche y tomar una breve bajada desde la carretera por un camino que no lleva ni 5 minutos. Arena fina, aguas transparentes. Hay muchas playas en Santo Tomé pero esta es una de las más bonitas y fácilmente accesibles.
En el tramo por carretera entre Micondó y São João dos Angolares se encuentran las mejores panorámicas para fotografiar el Pico Maria Fernandes, otro tapón volcánico característico de la isla de Santo Tomé que se formó de la misma manera que el Cão Grande y el Cão Pequeño, aunque de un grosor considerable y cubierto en su mayor parte por vegetación.
Roça São João
En Santo Tomé y Príncipe se han juntado muy buenas ideas para mantener la esencia de las islas, por lo que son no pocas las propuestas de ecoturismo. Con vistas a la Bahía de Santa Cruz y a la villa de São João dos Angolares se encuentra uno de los mejores ejemplos. A Roça São João sólo le queda en su arquitectura y en sus flores la muestra tangible de una vieja plantación colonial. Y es que se ha sometido a una reconversión tal que ahora no sólo ofrece hospedaje en su edificio principal sino además un restaurante con vistas y cocina de autor (con menús a 30€ que constan de numerosos platos basados en la creatividad con productos saotomenses). Comprobar la labor del chef João Carlos Silva es un lujo delicioso y, muy importante, asequible a todos los bolsillos. Al parecer su labor es muy popular en Portugal, ya que tuvo su propio programa de televisión. Sobre cocina, por supuesto. Aunque él es todo un showman que daría para presentar lo que se propusiera.
Esta roça en altura (lo que permite darle tregua al calor) también es un centro de reunión y exposición de artistas locales (y también de habla portuguesa). Cuenta con un pequeño museo abierto al público, un hermosísimo palomar así como múltiples detalles expuestos en el jardín que demuestra que la tradición no está reñida con expresiones artísticas modernas.
En Roça São João es posible contratar clases de cocina, asistir a showcookings así como contratar diversas opciones de senderismo (muchos enfocados al avistamiento de pájaros y especies endémicas de la isla). Su situación estratégica lo convierte en ideal para explorar la zona este de la isla de Santo Tomé (pudiendo también hacer el sur en el día). Un modo original de vivir una roça a un precio competitivo (aunque al haber poco más de una decena habitaciones se agota si no se reserva con suficiente antelación).
Otra alternativa para comer también MUY RECOMENDABLE
Pasada la ciudad, en la carretera que sigue al sur, el Restaurante Miónga, también ofrece un delicioso menú degustación con vistas a una playa desierta y a un pequeño manglar. Representa una opción excelente para quien no encuentre sitio para comer en Roça São João, o quiera probar un sitio diferente donde una grata experiencia viene garantizada. Lo verdaderamente ideal es escoger uno para la ida y otro para la vuelta cuando se haga la ruta oriental de la isla.
Cascada de Praia Pesqueira
A 10 km exactos al sur de São João dos Angolares la carretera permite tomar un pequeño desvío hacia una aldea con casas de madera apostadas de forma paralela. Estamos en el área de Ribeira Peixe, concretamente en lo que se conoce como Praia Pesqueira. Un lugar del que supimos no por una guía o una recomendación, sino por una fotografía descolorida que encontramos en un hotel de São Tomé de una original cascada de paredes de basalto. Investigamos al respecto y cuando supimos dónde se encontraba no dudamos en colarla como fuera en el itinerario final (en este caso para cuando subiéramos de la Isla de Rolas). Y la realidad nos dio completamente la razón.
La cascada en sí es una preciosidad, pero el paisaje no es, en este caso, el único protagonista. Nos vimos con los pies prácticamente metidos en el río mientras unos pescaban, otros bajaban a fregar los platos y un montón de niños se tiraban al agua de todas las formas posibles al agua. Aquellos minutos en Praia Pesqueira, en esa cascada a la que le faltaban unos metros para desembocar en el océano, fueron la metáfora perfecta que explicó y redondeó nuestro gran viaje a Santo Tomé y Príncipe.
En 2022 han creado un pequeño bar mirador al que se accede por una carretera diferente a la de la aldea. Se llama Complexo Miobá y se asoma justo a la orilla opuesta que si se entrara directamente por la aldea (como se hacía antes).
El Pico Cão Grande, la rareza volcánica más fotogénica de la isla
A partir de Ribeira Peixe hay que permanecer muy atentos porque la presencia del gran icono de la isla de Santo Tomé se deja ver, si las nubes no lo impiden. En el horizonte surge como si nada una chimenea volcánica de más de 600 metros de altura que desafía toda lógica. El Pico Cão Grande (en castellano, el perro grande) es una oda a la verticalidad más arriesgada, un desafío visual difícil de comprender salvo si viajamos al momento de una cruenta erupción de un volcán ahora extinto. La lava solidificada y la erosión hicieron el resto. De ahí el nacimiento de un rascacielos de piedra en mitad de la selva, concretamente en el corazón sureño del Parque Natural Ôbo.
Se ha logrado tocar la cima en muy pocas ocasiones. Dicen que la dificultad no sólo la da la peculiar orografía de este curiosa columna volcánica sino también la presencia de serpientes y las lluvias torrenciales propias de un país tropical como es Santo Tomé y Príncipe.
A lo largo del camino contamos con múltiples momentos en los que detener el coche y tomar fotos del Cão Grande. Las instantáneas más típicas son las del pico al final de una carretera rodeada de palmeras. Y más adelante hay un puente en el que la composición puede ser todavía más a lo parque jurásico (también desde Praia Grande). La suerte es encontrarlo bien despejado porque no es extraño verlo tapado por, como diría mi amigo Roberto, un auténtico «tiramisú de nubes». Concepto sumamente descriptivo que, si él me lo permite, me lo apropio para esta y futuras ocasiones.
Además del Cão Grande existe en la isla el Cão Pequeno. En este caso mide 390 metros de altura pero su origen es exactamente el mismo que el de su hermano mayor. Como si fuera un dedo meñique emergiendo también en el Ôbo se deja ver desde el extremo sur y suroeste de la isla. También, en días despejados, se distingue parte de la silueta de esta aguja volcánica cuando se navega hacia o desde la isla de Rolas
SUR DE SANTO TOMÉ – ISLA DE ROLAS
Normalmente quienes visitaban Santo Tomé e iban hacia el sur lo hacían para tomar un barco a Ilhéu das Rolas desde Ponta Baleia. Pero hay mucho más en esta parte de la isla. Roças abandonadas, playas fabulosas como Piscina, Inhame o Jalé, en el considerado como núcleo más importante de desove de tortugas de Santo Tomé. Destinos muy centrados en el ecoturismo y para los muy «tortugueros». Con Porto Alegre como «pueblo» principal del área y Rolas como el objetivo predilecto. Un islote volcánico con un solo hotel-resort atravesado por la línea ecuatorial (El Pestana Equador, cerrado por reformas desde 2020 y que no tiene fecha de reapertura).
Islote de Rolas
Santo Tomé y Príncipe se compone de varias islas. Pobladas sólo tres como son Santo Tomé, Príncipe y, la más pequeña, Isla de Rolas. Esta última tiene aproximadamente dos centenares de habitantes, la mayoría de ellos dependientes de su único resort, Pestana Equador Ilhéu das Rolas (cerrado por reforma). Sólo hay una aldea justo detrás de las instalaciones hoteleras donde también viven algunos pescadores con sus familias. Aunque no deja de ser una calle que se aproxima a Praia Café en la que suele haber apostadas varias canoas de madera.
Esta pequeña isla también permite dejar disfrutar de su entorno volcánico tapizado por las palmeras. Posee algunas calas deslumbrantes, sobre todo en la parte sur. La más fotogénica Praia Bateria, aunque otras como Praia Escada no le va a la zaga. Más grande (y accesible) es Joana, ya que las otras requieren alguna que otra maniobra para bajar hasta ellas.
Eso sí, la mayor parte de su litoral no es de arena sino de lava solidificada y de paredes basálticas. De una de ellas destaca un bufón que nada tiene que ver con esta figura medieval que servía para entretener a reyes y aristócratas, sino con una especie de géiser marino. Concretamente se trata de As Furnas, una chimenea natural abierta en la roca que comunica con el fondo marino. Cuando hay pleamar y buen oleaje el agua sale disparada hacia arriba formando este efecto «géiser».
Entre la selva de cocoteros, ya en el interior, destaca un monumento que recuerda que por allí pasa la línea del Ecuador. Si tenemos en cuenta que el meridiano cero no queda lejos, podemos asegurar que se trata del núcleo terrestre más próximo al centro del mundo (siguiendo las líneas imaginarias). Un curioso lugar que me recordó, aunque mucho más modesto, a la mitad del mundo que se sitúa precisamente en la República del Ecuador, al norte de Quito.
Para más inri en Rolas se organizan patrullas o visitas guiadas cada noche en la época de desove de tortugas (noviembre a febrero) y se puede ver también salir a las tortugas de sus cascarones para dirigirse al mar. ¡Nosotros en una noche llegamos a tener a casi un centenar de chiquitinas recién nacidas!
PARA BUCEO O SNORKELING: Ilhéu das Rolas, es también destino de buceadores. El Pestana cuenta con un centro de buceo propio que organiza salidas a áreas destacadas para esta práctica como Sete Pedras, Ponta da Furna, Braga, Hirondino o Ponta Baleia (donde se dejan ver nadando las tortugas laúd). Asimismo imparten cursos de buceo de todos los niveles, pudiéndose obtener el PADI in situ. Por lo que tenemos entendido también existen posibilidades de buceo nocturno.
En época de ballenas (de finales de julio a octubre) también se organizan salidas en Rolas. Sin duda este pequeño destino ecuatorial es de los más completos y activos en Santo Tomé y Príncipe.
NOTA: Para llegar se debía tomar uno de los barcos diarios que parten del embarcadero de Punta Baleia, aunque la embarcación tenía que ver con el resort de la isla (ahora cerrado). Existen otras formas de llegar en otro tipo de embarcaciones desde Porto Alegre, el principal pueblo del sur de Santo Tomé, o mejor aún desde Praia Inhame Ecolodge.
Praia Jalé
No existe carretera sino camino embarrado para llegar hasta la playa de las tortugas por antonomasia en la isla de Santo Tomé. Kilómetros de arena y palmeras, un ecolodge con tan sólo cuatro bungalows (que no vienen a costar, si es que se encuentra plaza, más de 40 euros la noche) es lo único que hay en este lugar. Para quienes les interese el tema de las tortugas marinas en el proceso de desove es perfecto. Se pueden ver varias tortugas desovando en una sola noche (noviembre a marzo) así como el momento de la salida del nido de las crías.
Praia Inhame
Otra playa tortuguera del sur bastante más pequeña que Jalé. También cuenta con un magnífico ecolodge compuesto por espaciosas cabañas. Suele haber más espacio que en Jalé y, de hecho, lo recomiendo por encima de éste. Cuentan con un buen restaurante y organizan numerosas salidas diarias en bote hasta Rolas.
En diciembre de 2019 tuve la ocasión de ver desovar a cuatro tortugas marinas en una misma noche en Praia Inhame. Fue una experiencia formidable que te cuento aquí.
Praia Piscina
Geológicamente hablando puede ser la playa más interesante del sur de la isla. También suele ser de las preferidas de los visitantes. Nosotros nos quedamos con la boca abierta nada más llegar y ver el efecto de la lava volcánica apropiándose de buena parte de la playa. También hay espacio para los bañistas en la arena o en las propias rocas donde se ha colado el agua marina dejando una «piscina» natural indescriptible.
Si no se quiere ir en coche y se está pernoctando, por ejemplo, en Praia Inhame o Praia Jalé, a ésta se accede muy próxima a pie.
TOUR EN CANOA POR LOS MANGLARES DEL RÍO MALANZA: En Porto Alegre o en los ecolodges de Praia Jalé o Praia Inhame se puede contratar un paseo de una hora en canoa por una zona de manglares en la desembocadura del río Malanza. Su precio es de 10 euros y lo gestiona MARAPA, una ONG que lucha por el desarrollo sostenible y la conservación de la naturaleza en Santo Tomé y Príncipe.
NORTE DE SANTO TOMÉ, PESCADORES Y BAOBABS
La zona norte de la isla de Santo Tomé no se caracteriza precisamente por su frondosidad, pero sí por la presencia de encantadoras aldeas de pescadores y de grandes baobabs a pie de playa. Es otra de las zonas elegidas para avistar por las noches el desove de las tortugas marinas, practicar snorkeling en Lagoa Azul o visitar una de las haciendas coloniales más importantes de la isla.
Morro Peixe
Una de las aldeas más emblemáticas de la costa norte de Santo Tomé es Morro Peixe (colina del pez traducido del portugués). Apostadas en una pequeña cala están las largas canoas desde las cuales parten y llegan los pescadores. Considerado núcleo base para asistir al desove/nacimiento de las tortugas marinas en el norte de la isla. En el propio pueblo hay un ecomuseo desde el cual además se organizan salidas a distintas playas norteñas donde anida esta especie (a 15€ por persona).
El mayor experto y defensor de las tortugas en el pueblo es Hipólito Lima. No lo ha tenido nunca fácil porque la tradición de cazar tortugas para vender su carne está todavía muy presente.
Playas del norte de Santo Tomé donde desovan las tortugas marinas
Mientras que en el sur Praia Jalé es la principal para asistir al desove y nacimiento de tortugas marinas, en el norte de la isla las más importantes son las siguientes: Micondó, Tamarindos, Conchas, Governador, São Carlos o Caroceiro. De todas ellas visitamos Tamarindos, aunque nos la encontramos con más basura de la cuenta, lo que ensombreció la experiencia.
Lagoa Azul
Apenas a una veintena de kilómetros desde la capital, regala a la vista una de las postales más especiales de Santo Tomé y Príncipe. No sólo destaca por sus aguas, tan azules que deja corto incluso a su nombre, sino también por la rareza de tener baobabs tan cerca de las olas. Quizás estemos acostumbrados a ver estos grandes árboles en zonas áridas e interiores de África y por eso choque de ese modo. Pero resulta curioso, cuanto menos, poderlos ver junto a un faro o una playa. Se puede considrar una excursión perfecta que se puede combinar con Morro Peixe, las playas tortugueras del norte y la antigua Roça Agostinho Neto.
Además se trata de uno de los puntos más aptos para la práctica del snorkeling y el buceo en la isla. O simplemente darse un relajante baño en semejante paraje.
Roça Agostinho Neto
La que fuera conocida como Roça Rio do Ouro se disputa con la ya mencionada Água Izé sobre cuál fue más grande y tuvo más trabajadores. Se calcula que alrededor de 4000/5000 pudo albergar al mismo tiempo esta plantación inmensa que hoy día la gente ocupa para convertirla en una de las poblaciones de mayor tamaño de la isla. Destaca el inmenso edificio dedicado al hospital, así como la casa del patrón o las viviendas de los capataces y administradores de esta hacienda. Ir caminando por la gran avenida hasta el hospital en un cómodo paseo nos llevará a imaginar cómo fue en su momento esta gran ciudad dedicada al cacao donde se trabajó con mano de obra esclava hasta más allá de mediados del siglo XX.
Un hotel para quedarse toda la vida: HOTEL MUCUMBLI
Durante mis primeros viajes nunca me quedé a dormir en el norte de la isla. Pero en la cuarta fue la vencida. Y el lugar escogido fue Hotel Mucumbli, justo pasado Neves en dirección Santa Caterina. ¡Menuda sorpresa! Se trata de un lodge con cabañas que se asoman al océano y desde donde decenas de especies de aves se posan en la foresta para redondear una experiencia exquisita para quienes busquen algo de sosiego y de interacción con la naturaleza en un lugar confortable, sostenible, limpio y decorado con el mejor gusto. Por no hablar de su propuesta gastronómica y los cócteles para la puesta de sol…
Hasta hace poco sostenía que con hacer base en Santo Tomé capital y otro hotel en el sur (tipo Praia Inhame Ecolodge) era más que suficiente en lo que respecta a la isla. Pero ahora que conozco más sitios, creo que merece la pena quedarse, al menos una noche, en este hotel cuando se haga la zona norte. No digo imprescindible porque para nada lo es, pero sí recomendable.
EL OESTE DE SANTO TOMÉ, EL GRAN DESCONOCIDO
Hasta el momento no hemos podido recorrer el oeste de la isla de Santo Tomé. Y no por falta de ganas. Pero es que tampoco hubiera sido nada fácil hacerlo. Desde Porto Alegre hasta Santa Catarina no existen carreteras. Sólo selva y playas vírgenes. Hay senderos que comunicaban antiguas Rolas y alguna aldea temporal donde se alojan los pescadores. Pero ninguna infraestructura más. Así que las dos únicas formas de hacer esta parte es o a pie durante bastantes días (con el Ôbo como testigo) o conseguir que alguien se atreva a llevarte en barco, siempre que el tiempo acompañe, hasta Santa Catarina. Sin duda es algo que muy pocos han hecho y uno de los retos que me gustaría plantear en caso de volver a hacer un viaje a Santo Tomé y Príncipe.
Mientras tanto continuaré afirmando la obviedad de que el oeste de Santo Tomé se trata del gran desconocido.
¿Qué ver en Príncipe? Algunos rincones imprescindibles
La isla Príncipe es la hermana mayor de este país insular. A pesar de que su extensión es cuatro veces menor que Santo Tomé y que cuenta con una población que ronda el 15% del país es bastante menos conocida, llegando a ella un número bastante reducido de turistas. Son 150 km de océano los que separan Príncipe de la isla grande (sale, como mínimo, un avión diario de São Tomé Airways que dura apenas media hora). Más de la mitad de su territorio es selva primaria que forma también parte del Parque Natural Ôbo. Reserva de la biosfera. Uno de los lugares del planeta con mayor número de desove de tortugas y paso obligado de ballenas jorobadas a partir de verano. Definitivamente, el último paraíso.
Para la isla aconsejo un mínimo de tres días completos. Aunque siempre quedarán ganas de más. Para realizar actividades acuáticas, trekking en el Ôbo y visitar roças perdidas de la época colonial. O disfrutar de la buena vida en hoteles y resorts de categoría como Sundy Praia, Roça Sundy o Belo Monte. Pero para una primera vez en la isla recomiendo visitar, al menos, estos lugares:
Santo Antonio, la ciudad más pequeña del mundo
Con apenas mil habitantes, la capital de la isla, está considerada como la ciudad más pequeña del mundo. Santo Antonio, a diferencia de su homóloga en la isla grande, resulta coqueta, limpia y parece haber sabido conservar en mayor medida los pocos edificios coloniales portugueses que tiene en ambos márgenes del río Papagaio. Una mini-ciudad amable con paredes color pastel, pequeñas tiendas de artesanía y paso obligado durante numerosas excursiones por la isla.
No cabe duda de que este pedacito de Portugal en el Golfo de Guinea es un núcleo urbano amable y relajado que bien merece, al menos, una parada. Cuenta con interesantes muestras de la arquitectura colonial de la que fuera primera capital del archipiélago, mayoritariamente en el entorno de la plaza central.
¿DÓNDE COMER EN SANTO ANTÓNIO? Dos propuestas locales a buen precio y cuyo menú no se elige sino es el que preparan sus cocineras día a día son Rosa Pão y Beira Mar (donde Juditinha), sobradamente conocidas. Para llegar no hace falta dirección porque los locales te indican, puesto que además la ciudad es minúscula y no puede haber pérdida. El coste de una comida con varios platos (arroz, pescado, etc.), bebida y cafés ronda los 10€. Ambos los recomiendo, aunque quizás Rosa Pão me guste más por su amplio espacio en terraza y porque su comida, además de rica, es abundante.
Si el viaje a la isla coincide con la festividad de San Lorenzo (10 de agosto), conviene saber que en estos días se celebra el Auto de Floripes, una representación callejera con discursos y espadas medievales que emulan una batalla de las tropas francesas contra el ejército musulmán en tiempos de Carlomagno. Las dos facciones representan este hecho, vistiéndose con colores llamativos y luchando entre sí como si no hubiera un mañana. Dicen que esta costumbre viene de parte de las representaciones que se hacían en la época colonial para entretenimiento entre las larguísimas jornadas de trabajo en las plantaciones de cacao. Y Santo Antonio en esos días se llena de vida y ganas de pasárselo bien. Aunque ojo… ¡Que los espadazos vuelan!
¿Quién iba a pensar que en un lugar tan recóndito del Golfo de Guinea se celebrarían los clásicos Moros y Cristianos?
Oké Daniel, la mejor panorámica (accesible) de la isla
Para llegar hasta este punto no hay indicaciones. Ni si quiera aparece en los mapas de la isla, aunque se encuentra al suroeste de Roça Sundy (que es plantación y un hotel colonial realmente encantador) después de seguir una pista embarrada con el 4×4. Pero Oké Daniel es LA VISTA con mayúsculas de Príncipe. Con todos los picos y agujas volcánicas componiendo una silueta que no tiene parangón (cuando está despejado). El lugar donde nos dimos cuenta dónde nos encontrábamos realmente y donde los atardeceres son de película de ciencia-ficción con banda sonora de John Williams (en efecto, aquí se tararea el tema de Parque Jurásico por mera inercia).
Aparecer en Oké Daniel durante la puesta de sol es , sin duda, uno de los momentos más emocionantes vividos durante cualquier viaje que se precie a Santo Tomé y Príncipe. Se me pone la piel de gallina sólo con recrear con la mente aquellos instantes.
Miradouro Nova Estrela
Si no es la mejor panorámica de Príncipe, porque lo de Oké Daniel es difícil de superar, sí se puede decir que lo que se ve el miradouro Nova Estrela (a pocos kilómetros al sur de Santo Antonio) poco le falta. A diferencia de la anterior, más enfocada al contorno suroeste de la isla, Nova Estrela mira al sudeste, dejando ver el pequeño y enigmático Ilheu Boné de Joquei. También conforma un escenario excepcional para la toma de imágenes o perseguir el camino de tierra roja por el que se suceden diminutas casas de colores construidas en madera y alcanzar las plantaciones de cacao de Claudio Corallo (quien habita una vetusta mansión colonial) o continuar hasta acceder al litoral oriental del Parque Natural Ôbo en la isla. De hecho por dicho sendero se accede en una caminata de una hora de duración hasta las cascadas de Oquê Pipí, donde además es posible darse un buen baño.
Recomendado: Los mejores miradores de la isla de Príncipe.
Praia Banana, una playa de anuncio en la isla de Príncipe
Desde que un anuncio de televisión de Bacardi sacara esta lista del anonimato ya nadie dice Praia Banana sino Banana Beach, como si con un cambio de nomenclátor desprendiera un mayor glamour. Pues, qué queréis que os diga, no lo necesita. Praia Banana sólo pasapor ser una más de las muchas playas salvajes que atesora la isla de Príncipe (como Macaco, Praia Boi o Praia Grande), pero reconozco que está tocada con la varita mágica que dibuja los sueños que tenemos en la cabeza. Basta con asomarse a ella desde el mirador que hay en el entorno de Belo Monte (desde allí se puede llegar a la misma caminando cuesta abajo por una zona muy frondosa). O llegar en barco desde Sundy Praia (en el resort organizan salidas a esta y otras playas paradisíacas). Sin duda, esta playa curvada (de ahí su nombre de Banana) de palmeras, arena fina y aguas turquesas se ha convertido en una de las imágenes más perseguidas de Príncipe. Y con razón.
Por cierto, Belo Monte es el nombre de una roça colonial y uno de los mejores hoteles existentes en la isla de Príncipe. Lujo con vistas prodigiosas.
Praia Macaco y Praia Boi
Tras Banana, aparecen otras dos playas que no cuentan con su misma fama pero que no le tienen que envidiar nada en absoluto a su predecesora en el el nordeste de la isla. Praia Macaco y Praia Boi son lo suficientemente atractivas (y con difícil acceso) como para recrear en ellas muchas de las bondades de Príncipe. Su longitud es mucho mayor y las probabilidad de encontrarse bañistas en ellas son realmente bajas.
Muy cerca del mirador de Praia Banana, si tenemos como referencia una antena de telefonía, se dan unas vistas increíbles de Praia Macaco. Por suerte también pudimos verla al ras del agua en una travesía en barco organizada por el universo hotelero de Sundy, el cual nos llevó a gozar de una parte privilegiada del litoral de Príncipe.
Praia Grande, la playa de las tortugas marinas
Y termino con la lista de playas, aunque la cosa da para alargarse hasta la extenuación, con Praia Grande. Kilométrica y solitaria no está indicada para el baño, aunque sea una auténtica pasada, sino que se ha reservado como territorio tortuguero al 100%. A ella acuden a desovar las tortugas marinas a mansalva entre noviembre y marzo. Cada día y cada noche la protege una patrulla que se encarga de que no se cace o importune a estos animales en su proceso de enterrar sus huevos en la arena. Si el nido queda demasiado cerca del agua lo cambian de posición. Y clavan una estaca a su lado con número de referencia y fecha de la puesta para tener controlada así la segunda fase del proceso, que es cuando al cabo de un par de meses las crías rompen el cascarón y salen en busca del mar. Ese momento, que apenas dura unos minutos, es sumamente peligroso para las crías de tortuga y es que las amenazas (mamíferos, reptiles, aves o el propio ser humano) son tantas que se explica que sólo una de un millar de tortugas que nacen lleguen a la edad adulta.
Se organizan visitas a esta playa para ver el desove o la salida de tortugas del cascarón (nosotros asistimos a esto últimos). Y es raro que cuando es época no vengan varias tortugas en una sola noche. No hay más que mirar la infinita sucesión de estacas que apuntan a los nidos. Praia Inhame, Praia Jalé (en Santo Tomé) y Praia Grande son las playas tortugueras por antonomasia. Así que a quienes les interese este tema lo deben tener en cuanta de cara a organizar su propio itinerario.
Recomendado: De tortugas marinas y otros milagros. Narración sobre el gran viaje repleto de dificultades que convierten a esta especie en un auténtico milagro viviente.
Roça Paciência
Como ya he comentado en varias ocasiones, Santo Tomé y Príncipe es tierra de roças. Y algunas de estas plantaciones nacidas en el tiempo en el que el país era una colonia portuguesa todavía funcionan manteniendo las instalaciones de antaño (eso sí, las conocidas como sanzalas barracones de «sólo negros» ya pasaron a mejor vida). Algunas como Roça Paciência, en el nordeste de la isla, trabajan con plantas medicinales y aromáticas que después se utilizan para hacer todo tipo de productos, tanto comestibles como de belleza.
La de Roça Paciencia es una de las visitas a plantaciones más interesantes en Príncipe.
Roça Sundy
En este caso Roça Sundy no sólo es una plantación en la que está involucrada por completo la comunidad sino también un maravilloso hotel colonial (aquí nos alojamos siempre que venimos a la isla). Pero lo que nadie se espera es que fue este el primer lugar del mundo en el que se demostró de manera práctica la teoría de la relatividad de Einstein. Ante el eclipse de Sol del 29 de mayo de 1919 los estudios de Frank Dyson afirmaban que ésta sería una gran oportunidad para estudiar la influencia del campo gravitatorio del Sol sobre un rayo luminoso proveniente de una estrella y así verificar la teoría de la relatividad general de Einstein. Dyson marchó a Sobral mientras que el investigador Arthur Eddington lo hizo a Príncipe, hospedándose en la vieja plantación de cacao Roça Sundy. Y entonces el resultado fue definitivo. Se acertaron en las predicciones de Dyson y desde entonces éste es un lugar histórico para el mundo de la ciencia.
Roça Sundy representa uno de los ejemplos más evidentes de que las protección y conservación del valioso patrimonio colonial de l archipiélago repercute por completo en su presente y futuro.
Al norte de esta Roça se encuentra un ecolodge de lujo llamado Sundy Praia que pudimos visitar en la prospección con Pangea. Un lugar de ensueño para cualquiera, aunque sus precios están a la altura de los más importantes lodges africanos, superando fácilmente los 1000 euros por noche.
Roça de Porto Real
Abandonada, solitaria, escondida por la vegetación, con unos muros casi angkorianos devorados por la selva, viene el contrapunto a Roça Sundy. Me refiero a la Roça Porto Real, muy próxima a Santo Antonio, y con ese aspecto tétrico que adoran los amantes de los lugares abandonados y despojados de su rico pasado por una naturaleza empeñada en recuperar su terreno. Subir las escaleras hacia la Casa Grande, cuyo deterioro ha avanzado mucho en los últimos años, sería la introducción perfecta a una película de terror.
En uno de los edificios de la roça, una asociación de mujeres se encarga de reciclar el cristal de las botellas de cerveza para elaborar collares, pendientes y pulseras.
Ilhéu Bom Bom
Cuando se entra o se sale de Príncipe por avión se aprecia desde arriba un islote unido a la costa por un largo puente de madera. Se trata del islote Bom Bom, que además de ser un bellezón verde rodeado de aguas turquesas es además uno de los mejores hoteles y restaurantes de Santo Tomé y Príncipe (Ahora Bom Bom está cerrado por reforma integral). Sus cabañas cerca de la playa son una delicia. Y además montan unas excursiones increíbles por toda la isla. En barco a playas vírgenes, al área de Cabo Agulhas, avistamiento de ballenas, desove de tortugas, buceo, fotografía de aves, etc.
Recomiendo además dar la vuelta a la isla y ver sus deslices volcánicos en las rocas. Y es que en Príncipe, así como en todo el país, los amantes de la geología y la vulcanología se encuentran en su salsa.
LA MITAD SUR DE LA ISLA DE PRÍNCIPE
Las profundidades del Parque Natural Ôbo son una cuenta pendiente. Lo disfrutamos desde la distancia, con la silueta del Pico Agulhas, Pico Papagaio (que recuerda a un tepuy de los de Venezuela), Pico de Príncipe (con 948 m. el más alto de la isla) y otros ilustrando un paisaje soberbio. Es un interior de pura selva donde más que trekkings se llevan a cabo expediciones que requieren bastante tiempo de dedicación. La mitad sur no se ha desarrollado nada (y que siga así siempre) y está reservada para la mayor de las aventuras.
Si se acude a São Joaquim es posible percatarse del Ôbo y sus adentros (está dentro de los mejores miradores de la isla de Príncipe).
Otra opción interesante pasa por realizar una excursión en barco a la Baía das Agulhas para poder visionar el perfil puntiagudo de la isla y, a su vez, darse un baño en las aguas turquesas que tiñen este área.
En este y otros viajes a la isla pudimos ver Príncipe por medio de pinceladas que nos han ido vaticinando algo mucho mayor. La selva quedará para futuros proyectos. Porque a esta isla, la joya de la corona del país africano, pienso volver (de momento a través de viajes de autor). Porque de la noche a la mañana se convirtió en uno de mis lugares en el mundo. Y ya sólo el regreso puede aliviar mi mal.
TEST RÁPIDO SOBRE SANTO TOMÉ Y PRÍNCIPE
Aunque ya podéis acceder a un documento más detallado con preguntas y respuestas repletas de consejos para los viajeros y viajeras que se estén planteando visitar Santo Tomé y Príncipe aquí tenéis una lista de cuestiones cortitas y al pie:
- ¿Hace falta visado para viajar a Santo Tomé y Príncipe?–> No, si es para viajes inferiores a 15 días. Pero en caso de querer estar más tiempo existe una manera de hacerlo (te lo cuento aquí).
- ¿Es obligatoria alguna vacuna?–> Sólo la de la fiebre amarilla, pero únicamente en el caso de venir de un país del continente africano en el que esta enfermedad sea endémica. Ya no se pide certificado covid ni pcr (información confirmada en septiembre de 2023)
- ¿Qué aerolíneas vuelan a este destino?–> Desde Europa TAP y Sao Tomé Airways (partiendo desde Lisboa). También hay aerolíneas africanas que comunican este destino desde Angola, Ghana o Gabón.
- ¿Cuántos días son recomendables como mínimo para este viaje?–> Mínimo una semana completa. Lo ideal para las dos islas es 10-15 días.
- ¿Santo Tomé y Príncipe es un destino seguro?–> Muchísimo. Sus índices de delincuencia son menores incluso que en Europa. De los destinos africanos en los que me he encontrado más tranquilo. Eso no quita que sea recomendable llevar un buen seguro de viaje (recomiendo IATI, con un descuento para seguidores de El rincón de Sele).
- ¿Habrá viajes de autor a este país con lectores de El rincón de Sele?–> La respuesta es SÍ. De hecho ya hemos hecho tres con lectores de este blog. En febrero de 2019 tuvo lugar un viaje de autor a estas islas en el que se pudieron apuntar los lectores de El rincón de Sele y venir conmigo. Las plazas se agotaron enseguida. Y volví a organizar otro para diciembre del mismo año, que fue un éxito (menuda noche de tortugas vivimos). El último viaje fue en julio de 2022, sumando días y novedades con respecto a los anteriores. De cara a 2025 entre el 29 de junio y el 10 de julio volveremos visitar juntos muchos de los lugares que has podido ver en esta guía. Si te interesa tener información al respecto y apuntarte ponte en contacto conmigo y te haré llegar el programa definitivo.
CONSULTA LOS PRÓXIMOS VIAJES DE AUTOR (haz clic sobre el banner):
El día 24 de marzo de 2018, tras mi primera vez, me entrevistaron en Paralelo 20 de Radio Marca para hablar sobre este destino. Si quieres escuchar mi intervención con Santo Tomé y Príncipe como protagonista, puedes descargarte el audio aquí.
Quedan cosas por contar de este país, el cual me ha marcado como pocos.
¡¡¡Salud y viajes!!!
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
9 Respuestas a “Guía de lugares increíbles que ver en un viaje a Santo Tomé y Príncipe”
Que buena informacion, habra que hacer un plan para todo lo que mencionas, Gracias!!
Felicidades Excelente Blog!Es Como vivirlo, las fotos y la narrativa muy completa
Gracias por toda la información, estoy viviendo en la República del Congo desde hace varios años y planeo viajar a Santo Tomé el próximo mes desde Pointe Noire con la compañía Afrijet.
¡Felicidades por el post! Parece un lujazo de viaje y un destino muy original. ¡Gracias por acercarlo hasta nosotros!
Hola Sele,
¡Gracias por toda la info! Super útil para quienes vamos a viajar a este paraíso casi desconocido.
Me gustaría pedirte algo de ayuda, ya que has ido varios veces e imagino que seguro sabras algo al respecto. Me han cancelado el vuelo de ida a Principe pero aun conservo la vuelta, y me quisiera saber si sabes de alguna alternativa para llegar a Principe. He leído que existe un ferry/barco pero nadie tiene más información que esa. ¿Tú sabes de algo de esto? ¿Desde qué puerto sale, dónde puedo conseguir más info? Cualquier info que puedas darme será más que bienvenida 🙂
¡Muchísimas gracias de antemano!
Hola Fiorella,
Gracias por tu comentario.
En el post de consejos creo que comento algo al respecto, pero no recomiendo el barco. Está destinado sobre todo a mercancías aunque lleva pasajeros también, no sale casi nunca cuando está previsto, si el oleaje es malo te quedas en tierra… ha habido no pocos naufragios porque hay un tramo muy peligroso. Por otro lado no es barato y te condiciona mucho la estancia en Príncipe. De diez horas de mala mar a media hora de avión… ni me lo planteaba.
¿No puedes intentar volar antes o después a Príncipe? La verdad que últimamente está habiendo muchas cancelaciones de vuelos internos.
Un saludo!!
Sele
¡Muchas gracias por tu respuesta, Sele! Luego de visitar la oficina de STP en el centro de Sao Tomé y unas cuantas llamadas que ha hecho nuestro guía, finalmente hemos conseguido que nos reubiquen en un vuelo que parte hoy mismo a Príncipe. Seguiremos recorriendo este país con tus increíbles consejos. ¡Tu blog está repleto de info increíble! Gracias 🙏🏻
¡Hola, Sele!
Llevo años intentando ir y siempre tengo tu web como referencia, felicidades por el gran trabajo que realizas.
Te quería preguntar si es mejor ir en junio o julio, ya que por lo que veo julio es el mes de menos lluvia, por el tema del trekking, y para aprovechar también las playas, alquilando un 4×4 para movernos. Y, ¿quince días está bien? Para ver las dos islas y los islotes que merezcan la pena.
¡Muchas gracias!
Trato de buscar amigos de Sao Tomé, del distrito de Caué que hablen español para tratar de localizar a un Ingeniero Industrial que se graduó en 1995 en Matanzas