20 consejos para hacer un safari en África - El rincón de Sele

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20 consejos para hacer un safari en África

No cabe duda que hacer un safari en África está entre las ensoñaciones de muchos viajeros que desean encontrarse cara a cara con la naturaleza más auténtica. La mera posibilidad de salir a buscar leones, leopardos, elefantes o rinocerontes a los que tomar fotografías a una distancia que sólo creías posible en documentales televisivos es algo que podríamos calificar de apasionante. Si estáis pensando en hacer próximamente este viaje tan especial me gustaría poder brindaros una serie de recomendaciones o consejos para hacer un safari en África y lograr que la experiencia sea óptima.

Leona en el Parque Nacional Kruger (Sudáfrica)

Qué hacer y qué no hacer, en qué países se pueden vivir los safaris más espectaculares, cuál es la mejor época para irse de safari o cómo diferenciar un rinoceronte blanco de un negro (y ya adelanto que la clave no es el color) son algunas de las cosas que conviene tener muy claras antes de emprender una gran aventura que poco o nada tendrá que ver con la película Memorias de África, pero que puede ser si cabe más gratificante. 

PLAZAS DISPONIBLES PARA EL próximo viaje de autor que haremos a Kenia y Tanzania en mayo de 2024.

RECOMENDACIONES Y CONSEJOS A TENER EN CUENTA PARA IR DE SAFARI

Fotografía de una cebra, uno de los animales que más se ven haciendo un safari por África

Si bien esto no pretende ser un manual del perfecto safari, ni mucho menos, porque me harían falta bastantes más viajes y diría que alguna que otra vida para tener una visión más amplia, he tratado de aprender muchísimo de las salidas de naturaleza que he podido hacer en estos años, y no sólo en África. Al fin y al cabo, la experiencia y los consejos que uno aprende de los demás pueden resultar siempre prácticos, una ayuda que no sobra ante algo que estamos a punto de realizar. En este tiempo he tomado notas de cosas que creo está bien hacer y no hacer cuando estamos de safari, unas más evidentes y otras menos, así como de información práctica que nunca está de más si pretendemos realizar un viaje de este tipo para el que deseamos que sea mucho más especial. Desempolvo mi cuaderno de notas y, de ese modo, poner a vuestra disposición esta breve lista de consejos para hacer un safari en África y que puedan resultar de utilidad:

La importancia de escoger el lugar y la época para hacer un safari en África

– Los mejores países para hacer un safari son los clásicos de Kenia y Tanzania, en el este del continente africano. El número de compañías que hacen tours allí es enorme y las posibilidades son inimaginables. El tipo de paisaje de sabana del Masai Mara o el Serengeti es ideal para ver animales con más facilidad, dada la escasa vegetación del mismo y la numerosísima población de fauna existente. Lo negativo en este caso es que suele haber una cantidad de turistas elevado en según que épocas.  Mientras tanto en el sur de África tenemos a Sudáfrica con el Kruger como máximo emblema o a Botswana con el Delta del Okavango, incluso el Parque Nacional Chobe como mejores recursos naturales (y menos transitados). No nos olvidamos de Namibia y el Etosha National Park y las grandes infraestructuras de este país. Por otro lado Uganda, Ruanda, Zimbabwe, Zambia o incluso Swazilandia o Mozambique son países a tener en cuenta para hacer también viajes de naturaleza. En el caso de Uganda o Ruanda (O RD Congo) se encuentra además la atractiva posibilidad de combinar un safari corriente con un trekking para salir a buscar a los últimos gorilas de montaña en los montes Virunga (o en el Bosque Impenetrable de Bwindi), así como ver chimpancés en libertad, una especie extremadamente amenazada hoy día.

La acacia, árbol típico de la sabana africana

– En Kenia y Tanzania se ve mucha más cantidad de animales, pero al ser destinos turísticos es fácil coincidir varios coches ante una manada de leones o el mismo hipopótamo. Sudáfrica, Botswana, Namibia, Zimbabwe o Zambia, en cambio, proporcionan safaris más íntimos y cercanos, aunque haya que trabajarse un poco más eso de salir a buscar animales. En todo caso conviene recurrir a profesionales que saben identificar los rincones y momentos en los que contemplar a determinadas especies. Si bien es cierto que en Sudáfrica, Botswana o Namibia existe una cultura de «hacerte tu propio safari» alquilando vehículo y siendo tú el conductor del mismo (ver ejemplo de Viaje al Sur de África en 4×4) mayor que en otros países africanos. Aún así esta última opción es compleja y bastante arriesgada.

El todoterreno con el que hicimos nuestro safari móvil en Botswana

– Cualquier época puede resultar buena para irse de safari. Sólo existen diferentes momentos y oportunidades. Generalmente es un común en los distintos países africanos que la época seca suele ser la mejor para hacer un safari. Suele coincidir con junio, julio y agosto acuden a Kenia millones de animales en la migración anual de los ñúes procedentes del Serengeti y otros parques tanzanos. Parece, sin duda, un momento excepcional para viajar a este país, aunque al ser en plenas vacaciones europeas y norteamericanas la temporada se convierte en alta y, por tanto, tenemos mayores costes y menor disponibilidad de alojamientos y excursiones. Es el precio a pagar por presenciar uno de los grandes shows de la naturaleza. Si bien justo antes de dicha migración, por ejemplo, Tanzania es perfecta para viajar puesto que se encuentra muy verde tras las últimas lluvias y los animales aguardan las semanas que faltan para saltar al otro lado del río Mara. Incluso en febrero hay buenas oportunidades, puesto que coincide con el nacimiento de los ñúes y otros herbívoros, lo que provoca que los depredadores anden al acecho.

Primer plano de un impala en el Parque Kruger de Sudáfrica

En el caso del sur de África el verano europeo coincide con el invierno austral, pero la vegetación está más seca por los rigores del último verano, por lo que los parques de Sudáfrica, Botswana y compañía reducen un tanto su frondosidad (mucho mayor que la del oriente africano) dando más posibilidades de avistar fauna. Ser invierno no significa que haga frío todo el día sino que la temperatura sea templada tirando a calurosa durante las horas de luz y gélida durante la noche.

Grupo de suricatas

He preparado un cuadro donde reflejar todo más claro y darnos cuenta, entonces, que cualquier época es buena para hacer un safari en África.

Dónde y cuándo hacer un safari en África

Las mejores horas para ver animales estando de safari

– Gran parte de la fauna que puebla los parques naturales africanos (aunque es algo extensible a selvas de otros continentes) es eminentemente nocturna. Los grandes depredadores salen a cazar por la noche y no soportan demasiado bien el calor, reservando energías durante las horas centrales del día que aprovechan para echarse una siesta de campeonato. Por ello los mejores momentos para ver animales estando de safari es por la mañana muy temprano y por la tarde cercando la puesta de sol. Coincide con el fin o principio de jornada de múltiples especies, tanto en mamíferos como en aves o reptiles, y tendremos más posibilidades de observar en acción a los grandes protagonistas de nuestro viaje. Por tanto madrugar no es una opción sino una obligación cuando se está de safari. A mediodía escucharemos cantar a las chicharras y poco más (aunque tengo que reconocer que la mejor escena de naturaleza que he visto en mi vida fue en ese preciso momento). Como en la vida, mucho de lo interesante que sucede lo hace al amanecer o al atardecer. Y, sobre todo, por la noche cuando con suerte escucharemos rugir a los leones si nos hospedamos dentro de los parques o reservas naturales.

Leonas bebiendo agua en el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica

Paciencia, silencio, respeto y sentido común: virtudes esenciales en un safari

– El que piense que en los parques naturales africanos se ven animales como en un zoológico mejor que no se moleste si quiera en comprar su pasaje de avión. Nos dejarán ver lo que ellos quieran, mucho, poco o regular, siendo la fortuna un factor vital de cara a nuestra experiencia. Conviene armarse de paciencia y no atosigar al ranger de turno si llevamos media hora y no hemos visto más que una manada de impalas. Podemos estar teniendo una mañana poco prolífica en animales y en dos minutos ser testigos de un espectáculo que ni en los documentales de National Geographic. Estamos en plena naturaleza y no existen horarios o ubicaciones fijas, aunque los guías expertos tratarán de hacérnoslo siempre más fácil con su valiosa experiencia y la coordinación con otros trabajadores del parque o la reserva en que nos encontremos. De ahí que sea idóneo saber con quién se hace un safari porque si es con gente que sabe, las probabilidades de observar escenas de fauna en libertad serán mucho mayores. Lo importante es no desesperar, todo vendrá solo cuando menos lo esperemos.

Guepardo de África

– El silencio es el mejor de las armas que puede tener el viajero que hace un safari, ya sea en Tanzania o en el bosque que queda cerca de casa. Los animales nos oyen a kilómetros e ir berreando en el 4×4 no hará otra cosa que espantarlos. Y además no sólo es por eso. Nuestros compañeros de safari nos lo agradecerán, dado que como nosotros han pagado mucho dinero por vivir una experiencia única. Es preferible escuchar a los pájaros a primera hora o el eco de los elefantes barritando que a un personaje muy plasta contando una historia para no dormir o el timbre molesto de un teléfono móvil. Para eso ya habrá tiempo.

Escena típica de un safari por África

– No perturbar a los animales provocando ruidos y, ni mucho menos, arrojando comida, algo que tendría un impacto perverso en el entorno. Tampoco es necesario provocar al conductor para que se aproxime más de la cuenta a los animales, les corte el paso y logre molestarlos para obtener una mejor fotografía. No es responsable. Pero es que además puede ser peligroso. Una carga de un elefante tiene como resultado 6000 kilos golpeando un vehículo, algo que no parece lo más recomendable para un viaje vacacional de este tipo.

Avistamientos responsables

– Cuando vayamos en un vehículo al descubierto hay que hacer caso de las indicaciones del guía o el conductor y no levantarse salvo que sea imprescindible. Cuando pasas cerca de una manada de leones, que no se caracterizan por su buena visión, no seremos más que una piedra rodante y es casi seguro que ni se molesten en aproximarse al vehículo. Pero ponerse de pie o hacer algún aspaviento puede significar que dejen de vernos como una roca y que no quepa duda de que saltan muy pero que muy bien. Todo, como veis, está en el tono de la lógica y el respeto del que estamos hablando en todo momento.

Leopardo en el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica

– Ni los hipopótamos de África son como los de los anuncios de dodotis, ni todos los elefantes son tan tiernos como Dumbo. Confiarse y envalentonarse no es la solución y siempre debemos hacer caso a las personas que vayan con nosotros. Basta un poco de sentido común para entenderlo. Nunca o casi nunca sucede nada, pero si se tiene la feliz idea de dar un paseo por la noche a la luz de la luna en el camping de un parque nacional (no siempre están vallados ni tienen por qué estarlo, pero tienen vigilancia) no olvidemos que para las criaturas que allí viven somos como unos deliciosos solomillos andantes a los que sólo nos falta un puntito de sal.

Hipopótamo en el río Chobe (Botswana)

El equipo fotográfico

– Ir a un safari fotográfico sin una buena cámara y un buen objetivo con un zoom mínimamente potente es como escuchar la radio tapándose los oídos. Tampoco es necesario llevar un equipo de 6000 euros, pero sí escoger bien la cámara fotográfica o de vídeo que vamos a traer con nosotros a África. Las compactas o bridge con un zoom de a partir de 16 aumentos son super eficaces (y económicas) para este tipo de viajes mientras que para las reflex hará falta haber invertido en un buen teleobjetivo. No siempre los animales los vamos a tener a un palmo de nuestras narices, por lo que resulta muy necesario asegurarnos que vamos bien cubiertos en este sentido (y no, la cámara del teléfono móvil no vale salvo que al bicho le tengamos encima). Todas las fotos que estáis viendo en este artículo, así como en reportajes de safaris están hechas con bridges Panasonic Lumix FZ45 y FZ82, modelos económicos de fácil manejo y que dan un resultado espléndido para este tipo de viajes de naturaleza.

Sele fotografiando un rinoceronte en el Parque Kruger de Sudáfrica

– Conviene traer consigo suficientes tarjetas de memoria para la cámara fotográfica, incluso más de las que se puedan prever en un principio. En un safari se toman muchas fotos y el modo ráfaga nos ayuda mucho en determinados momentos. Para estas cosas escatimar es un error. Más vale que sobre que luego nos falte y nos quedemos sin espacio en la tarjeta justo cuando el leopardo empiece a darse un festín. El mismo sentido común podemos aplicarlo con las baterías de memoria. Si llevamos alguna que otra de repuesto y las tenemos siempre cargadas al 100% mucho mejor para nosotros puesto que no damos pie a pasar de ON a OFF en el instante más inoportuno.

El rinoceronte es uno de los famosos Big Five que podemos encontrar en muchos safaris por África

¿Qué ropa debemos llevar en un safari?

– La vestimenta idónea para un safari es la que más nos resulte confortable. Ni más ni menos. Dado que a primera hora de la mañana (estamos hablando de las 4 ó 5 de la mañana) puede hacer bastante frío y un calor terrible cuando estemos a pleno sol, lo mejor es llevar varias capas que poder ir quitándonos en el transcurso de la jornada. Se puede iniciar un safari con un forro polar y terminar en manga corta y abanicándonos con la gorra habiendo pasado sólo una hora de diferencia. Aunque los tonos blancos lucen más, dado que no estamos actuando para la segunda parte de la película «Memorias de África», trataría de evitarlos todo lo posible. El color beige o kaki es más agradecido de cara al polvo con el que seguro nos impregnaremos hasta que volvamos a la ciudad. Lo que si es seguro es que no nos hace falta ponernos un sombrero tipo salacot (en forma de casco) o seguir a rajatabla el código de vestimenta del Doctor Livingstone y los exploradores británicos del siglo XIX. Esa moda ya pasó hace muchos años y no debemos pecar de trasnochados.
– Con respecto al calzado que debemos llevar debe primar la comodidad. Los safaris se hacen en coche al 99% (salvo que escojamos uno a pie, que los hay), por lo que no es necesario volvernos locos ni complicarnos demasiado la vida. Al igual que con la ropa debemos ser prácticos y abogar por sentirnos confortables.

El equipo de Aventura África haciéndonos una foto en el Kruger de Sudáfrica

– Una gorra o un sombrero siempre vienen bien, sobre todo cuando se viaja en un vehículo abierto y se pasan muchas horas seguidas al sol. El pañuelo a lo Jack Sparrow también vale, con tal de cubrir la cabeza y no incitar a una insolación que nunca es bienvenida. Al igual que los sombreros que cubran la nuca (a esos me gusta decirles «modelos África Corps». Debemos ser estrictos con las cremas solares, sobre todo en los safaris planteados para todoterrenos sin capota. El sol siempre pega fuerte, pero más aún en los Kenia, país dividido por la línea del Ecuador (esto aplica también a Uganda e incluso a Tanzania o Ruanda, ambos muy cerca de la línea equinoccial). No debemos fiarnos ni siquiera de los días nublados, ya que el sol actúa de la misma manera y sigue siendo tanto o más necesario protegernos.

Surcando el Delta del Ovagango (Botswana) en mokoro

– Sería bueno que, al menos, uno de los miembros de la expedición, ya sea el guía, el conductor o alguno de los viajeros que formen parte del grupo, llevara consigo unos prismáticos más que aceptables para poder observar mejor las escenas que se desarrollen en la lejanía o incluso a media distancia. 8 aumentos y mínimo 30 de campo de visión (si son de 40 mucho mejor) sirven de sobra para nuestro propósito. Aún así habrá un 99% de posibilidades de que en un safari organizado haya unos prismáticos en el vehículo para uso y disfrute de los clientes cuando realicen una salida. Y siempre nos quedarán los super zooms de las cámaras de fotos o vídeo que vayan con nosotros en el coche y nos ayuden a mirar mejor lo que está pasando en la distancia de la sabana.

Los Big Five y lo que no son los Big Five

– El término Big Five lo aplicaban los cazadores para definir a sus piezas más codiciadas. Estos son los leones, elefantes, hipopótamos, leopardos y búfalos. Con el nuevo concepto de safari turístico en el que sólo se disparan fotografías (los safaris de caza me parecen del todo despreciables) es muy típico irse marcando objetivos en torno a los animales que hay que ver. Es una manera divertida y siempre motivante de cara a disfrutar, sobre todo, esa primera vez que hacemos un safari en la vida. Y los famosos cinco grandes son todo un aliciente durante el viaje, no cabe duda.

Manada de elefantes fotografiados en un safari por el Kruger de Sudáfrica

– Una equivocación corriente en los safaris es estar tan centrados en el objetivo de los Big Five, que nos olvidamos que hay casi 150 especies más de mamíferos que pueden aparecer en cualquier momento en el parque nacional o reserva en que nos encontremos. ¿O acaso no es excitante ver correr a los guepardos, que los hipopótamos asomen la cabeza en el agua o mirar cómo comen las jirafas? En realidad en un safari hay tantos alicientes como nosotros queramos ponernos. Darse cuenta rápidamente de que de los cinco grandes no vive África será positivo para mejorar nuestra experiencia.

Jirafas en el Chobe National Park de Botswana

– Asistir a una de esas escenas de caza que vemos en los documentales es, no imposible pero sí poco probable. La dificultad es máxima pero la posibilidad está ahí, también es cierto. Hay que pensar, de todos modos, que los documentalistas que graban las imágenes que después salen en televisión se tiran meses, y a veces años, recopilando tomas que recortan para un reportaje de una hora máximo. He hecho muchos safaris en mi vida y durante años sólo había visto algún que otro amago. Fue en Savuti, Botswana, donde pude ser testigo de una espectacular escena de caza en la que una manada de leones sorprenden a un búfalo solitario. Y acabaron con él delante de nuestras narices. Esto es como tirar a los dados, depende mucho del número de intentos y, sobre todo, de la suerte que tengamos. Lo que quiero decir es que no debemos obsesionarnos con cosas como estas, porque en un safari debe caber de todo en nuestra maleta menos la decepción. Demasiado es ya estar en el hogar de leones, leopardos o hienas. Demasiado es ver correr a 30 cebras a la vez o escuchar barritar de cerca a los elefantes.

Leones cazan búfalo (el vídeo)

Si quieres ver el vídeo de leones cazando un búfalo haz clic sobre la imagen

– Una duda muy recurrente por parte de quienes viajan a África para irse de safari es cómo diferenciar un rinoceronte blanco de uno negro. Curiosamente la denominación de ambas especies poco o nada tiene que ver con el color. Los colonos holandeses se referían a la boca tan recta y ancha de los rinocerontes blancos con el término wijde, que significa «ancho» precisamente. Cuando los ingleses escucharon esta palabra la confundieron con white, cuyo significado no es otro que blanco, por lo que se los terminó llamando white rhinoceros traducido al español como rinoceronte blanco. El negro, en cambio, tiene la boca muy picuda y, lamentablemente, verlo en libertad es casi que nos toque la lotería, ya que se encuentra críticamente amenazado de extinción y de cada 100 rinocerontes que podamos ver en nuestra vida, sólo un par podrían ser negros. Recientemente se extinguió la subespecie occidental y se cree que en 2013 se cazó furtivamente al último rinoceronte negro de Mozambique. Al final, su atractivo cuerno está tan cotizado por los chinos y su estúpida creencia sobre las propiedades afrodisíacas que tiene, que si no se detiene la tendencia actual dentro de veinte o máximo treinta años se podría declarar la extinción total de los rinocerontes que viven en libertad en África, ya sean blancos o negros.

Rinoceronte blanco tras los arbustos. Uno de los animales más deseados para fotografiar en un safari por África

POR SUPUESTO, VIAJA SEGURO Y CON SEGURO

Siempre me ha parecido IMPRESCINDIBLE viajar siempre con un seguro. No sólo a África sino a cualquier parte. Y no escatimando en la cobertura médica disponible y teniendo muy en cuenta las cláusulas de las pólizas. Para un viaje de este tipo donde puede haber escasez de hospitales y medios, viajar sin seguro sería una irresponsabilidad que podría salir muy cara. Yo suelo utilizar siempre el seguro de viajes de IATI (además quien adquiera su seguro con ellos pinchando en este enlace o en la imagen reciba un descuento por ello). Con las coberturas médicas y de accidente más elevadas, con cláusulas para poder anular en caso de enfermedad o no poder asistir al viaje, así como con la tranquilidad de recibir la mejor atención posible.

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Y hasta aquí esta serie de recomendaciones o consejos para hacer un safari, ya sea sea nuestra primera o décima vez. Realmente la de ver animales corriendo libres, lo que supone mirar a la naturaleza directamente a los ojos es una de las sensaciones más gratificantes que se pueden tener viajando. Quizás porque podemos presenciar y valorar la vida en todo su esplendor, dejándonos de mirar tanto al ombligo y asumiendo de una vez por todas que nosotros fuimos los últimos en llegar y los primeros en desordenarlo todo. Hace ya tiempo me di cuenta que la felicidad en mis viajes tiene mucho que ver con contemplar la belleza irrefutable de la libertad.

León macho en Chobe (Botswana)

TANZANIA Y KENIA COMO VIAJES DE AUTOR EN 2023… y 2024

En el mes de mayo de 2023 pudimos llevar a cabo un maravilloso viaje de autor a Tanzania (el cual repetiremos en mayo de 2024 sumándole Kenia, aún hay plazas disponibles). Y lanzamos otro con gran éxito a Uganda en octubre de 2023. Si te apetece venirte a Tanzania este mismo año, no dudes en preguntarme si quieres asistir, por esta vez, desde este lado de la pantalla, donde realmente suceden las cosas. Única salida del año: 20 de mayo a 3 de junio de 2024.

Gorila de montaña en Uganda

Sele

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